Cap. 28

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Una lluvia comenzó a tomar potencia por toda la zona, el cielo se hallaba gris y lúgubre, las calles llenas de charcos mientras que para los conductores era un desafío ir manejando sin tener alguna sacudida en su camino.
Truenos se comenzaba a escuchar y los perros de la calle así como los gatos se refugiaban bajo pequeños techos de lámina en algunas casas, mientras que algunos pájaros comenzaban a bajar de los cables hacia los árboles.

Él miraba a través de la ventana, disfrutando de un café negro con galletas, metido en ropa cálida que le mantenía calentito.

Bulma...

—Así que iras de viaje. —mencionó su amigo antes de acompañarlo en sentarse.—Pues bien por ti.

—Gracias, hombre —Vegeta reviso la hora en su celular, y luego se enfoco en Piccolo.

—Debería haber una platica en todo esto.

—Ciertamente, entonces hablemos de algo. —le dio otro sorbo largo a su café, su compañero imito la acción.—¿Te has animado a casarte ya?

—Sería algo muy precipitado tanto para ella como para mi. —dijo, con una sonrisa traviesa— Pero lo tengo presente. Y tú y Bulma, supongo que piensan en casarse.

—Supones bien pero, se verá llenita con el vestido por su embarazo.

Los dos rieron al imaginarse asi a Bulma, seguramente quejándose de no verse perfecta con el vestido.
El sonido de la lluvia no cesaba, y no lo haría durante todo el día.

°°°

Los barrotes de la prisión era fríos, helaba inclusive la sangre sentir esa temperatura, para amortiguar tal atrocidad de clima se abrazaba a sí mismo, mirando a través de las varas de acero como otro de los arrestados estaba tan cómodo durmiendo, como si no sintiera ni en lo más mínimo el frío, conciliando perfectamente el sueño en esa tarde.

Goku había sido arrestado también hasta que su juicio se llevara a cabo, no sabía ni que declarar ni tampoco al lugar donde llevaron a su hermano, lo unico que sabía era que sus manos fueron manchadas por completo de sangre ajena, y que esa sensación había sido tan única...

Flash back.

—Bien, ya llegamos a casa.

—Raditz, no quiero que regreses a la cárcel por mi culpa.

—Goku, ya no vamos a discutir esto.—antes de que articulara otra oración comenzó a caminar rumbo a la casa, saltándose la cinta amarilla que impedía el paso a cualquiera.

Los policías enseguida interrogaron al hombre, Raditz confesó vivir ahí. Entonces fue juzgado como cómplice por uno de ellos, quien lo esposo y metió dentro de una patrulla, alterando el orden público de los expectadores, los vecinos identificaron a Goku con gusto, sintiéndose felices de que el joven agradable estuviese a salvo del loco hermano que podía, y él actúo de la forma que menos esperaron.

—¡Hermano, no dejaré que te lleven, no otra vez!

—¿Usted quién es?—preguntó uno de los policías, mientras que otros apuntaban con sus armas a Goku. —Responda. —Para cuando mencionó aquello, Goku comenzó a golpear al policía para que así también se lo llevarán.

—Yo también vivo aquí... —respondio, dejando de golpear al policía.

La misma acción que con Raditz fue echa con él, sintió la brutalidad con que lo metían a la patrulla, el bullicio de gente volvía a predominar en el contorno, la sirena fue encendida y una de las patrullas comenzó a desplazarse con el dúo dentro.

El galán [AU-DB] #PacmanAwards2019 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora