Las breves vacaciones de invierno habían acabado para Kurt, y el castaño estaba teniendo una pésima mañana de día lunes. El clima afuera cortaba la piel, el viento gélido era capaz de congelar los pensamientos de cualquiera y el ojiazul no lograba cerrar su chaqueta. Se maldijo a si mismo por su particular gusto por las ropas ajustadas, aunque no podía negar que le gustaba como su figura se lucía mejor en algo a su medida. Sin embargo, ahora mismo, estaba debatiéndose en morir congelado o pedirle prestada una chaqueta a Finn; después de todo, la ropa ancha comenzaba a ser tendencia últimamente.
Se dio por vencido, cuando aceptó que la cremallera no subiría más. Caminó cabizbajo al cuarto de su hermano y lo miró con expresión derrotada.
- ¿Qué pasa, hermano? – preguntó el mayor, atándose las agujetas de sus tenis.
- Tengo problemas de vestidor – murmuró, y Finn alzó una ceja sin entender – No tengo ni una sola chaqueta que me cierre – se explicó, soltando un suspiro y bajando la vista hacia su abultado vientre de casi cinco meses.
- Am... Y aquella que usaste en casa de mis abuelos... ¿no...? – el castaño le dio una mirada letal.
- Ninguna, Finn – aseguró.
- Diablos... Y, ¿en qué te puedo ayudar? – cuestionó, mirándolo expectante.
- Pensaba que tal vez... Tú podrías prestarme algo – dijo casi susurrando.
- Er... claro, busca en mi armario y toma lo que quieras – ofreció, sacando una sonrisa del menor. Éste caminó y metió medio cuerpo dentro del closet de su hermano, rebuscando cautelosamente algo que no llamara demasiado la atención y que no contrastara tanto con su estilo habitual. Sería una tarea difícil.
Casi en el fondo, halló una chaqueta negra, simple. La tomó con expresión de triunfo y se la calzó. Tal vez las mangas no eran de su medida, pero podría hacerlo funcionar. Después de todo, él era Kurt Hummel.
Le agradeció a su hermano y salió disparado hacia las escaleras, para alcanzar a desayunar antes de salir hacia el instituto. Su problema de vestidor le había quitado demasiado tiempo valioso y no podía perder más.
No le fue indiferente la mirada curiosa que Blaine le dio al llegar al parqueadero de McKinley, al verlo con ropa prestada.
- ¿Fuiste de compras, cariño? – murmuró, dándole un beso como saludo.
- Hola para ti también – ironizó, caminando hacia la entrada, enlazando su mano con la del moreno. Blaine soltó una risita, pero no apartó su vista de la nueva prenda – Es de Finn, ¿okay?
- Ya me parecía... Además, no tiene tu olor – se acercó a olfatearla, ganándose una rodada de ojos por parte del castaño.
- No tuve opción, esta bebé no deja de crecer y ya nada me queda – se quejó, torciendo el gesto – Terminaré como una morsa obesa.
- Cariño, eres perfecto... No sé porque estás diciendo esas cosas – rió Blaine, divertido – Yo creo que te ves aun más sexi con esa pancita – le pasó una mano por el vientre y Kurt volvió a poner los ojos en blanco.
- Voy a hacer de cuenta que no dijiste eso – negó con la cabeza, llegando a su casillero – Lo único que parezco... es un fenómeno – el semblante de Kurt decayó visiblemente – Y pronto todo mundo comenzará a notarlo.
- Hey, ellos no van a pensar una maldita cosa de ti... Y si lo hacen, o te dicen algo... Yo me encargaré de que mantengan las bocas cerradas, ¿de acuerdo? – la intensa mirada miel de Blaine le reafirmó la seriedad de su promesa, no dejando lugar a discusión.
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¿Quién Es El Padre? [Klaine]
Fanfiction[TERMINADA] #Wattys2019 Tras asistir a la primera fiesta "NO OFICIAL" de inicio de curso, Kurt se ve envuelto en un vergonzoso incidente. Ha ligado con el chico con el cual jamás se debe ligar. El típico malote, que no toma nada enserio, pero que hi...