Blaine Anderson se sentía abatido y sus ojos dolían por llorar tanto. Sí, el chico malo hacía mucho que dejó de ocultar sus sentimientos, exactamente cuando conoció a Kurt. El alegre muchacho de ojos azules y cabello castaño logró romper sus muros, y las cosas comenzaron a importarle demasiado, por lo que ahora, se encontraba tirado en su cama, con un corazón roto y muchas dudas rondando su mente.
Kurt había dicho bastantes cosas en el Lima Bean, y como en una especie de película, sus palabras se repetían una y otra vez, haciéndole reconsiderar todo. Él aseguraba que Sebastian no podía ser el padre y que había un error, pero la simple idea de que su novio, o lo que fuera en ese momento, se hubiera acostado con el odioso de su ex, le dolía horriblemente y nublaba su juicio.
Quizá Kurt tenía razón, y las cosas estaban pasando de esa manera porque mintió más de la cuenta. Él era responsable de lo que ocurría, y Blaine sólo se había visto tristemente involucrado.
No... A pesar de todo, Blaine amaba sinceramente al castaño; y si algo se preservaba intacto en el tiempo, eran sus sentimientos hacia el menor. Tal vez por eso se le hacía todo tan doloroso, consiguiendo que sintiera que debía hacer algo al respecto. El ojiazul se veía destrozado, cuando vino a verle, casi tanto como el mismo Blaine lo estaba. El moreno necesitaba ayudarlo.
Pasaron varios días antes de que Blaine se decidiera finalmente a romper la promesa que se hizo cuando salió de la correccional, pero, si era por Kurt, valdría la pena.
El viaje en motocicleta fue largo, tardando casi hora y media en llegar al lugar. El barrio se veía tranquilo, limpio y lujoso; tal como lo recordaba. Tomó varias respiraciones, antes de llamar a la puerta, pues no estaba seguro de la reacción que podría tener esa persona al verle después de tanto tiempo.
- ¿B-Blaine? – la sorpresa colándose en su tono de voz - ¿Blaine, eres tú? – el moreno sólo pudo asentir, rememorando la última vez que vio a ese hombre. La edad se hacía presente en su rostro y en su cabello oscuro, ahora cubierto por algunas hebras grises – Realmente eres tú, muchacho.
Los grandes brazos del mayor lo rodearon con cariño, palmeándole la espalda, invitándole a pasar.
- Oh, Dios... ha pasado tanto desde que te vi, Blaine... - el moreno miró el interior del lugar, recordando las incontables veces que había estado allí en el pasado – Creo que fue en el juicio...
- Sí – lo cortó el menor, no queriendo recordar aquello – Yo... lo siento por... no avisar que vendría, es sólo que... perdí su número de teléfono...
- Pudiste pedírselo a tu padre – dijo con una sonrisa, notando la mueca de disgusto en el rostro del chico – Por cierto, ¿cómo está él? Llevo mucho tiempo sin hablarle...
- Yo también – respondió seco, dándole una sonrisa forzada – Y... si no le importa... no quisiera hablar de eso, por favor.
- Oh, claro... - el hombre anduvo un par de pasos, hasta sentarse en el sofá de la sala, señalándole a Blaine que lo acompañara – Ven, muchacho...
Blaine se acomodó en el cómodo sitial, frotando sus manos, perdiéndose un poco en los abrumadores recuerdos que pretendía evitar a toda costa.
- Señor Miller... - el hombre frente a él negó con un gesto de su mano, interrumpiéndole.
- Llámame Oliver... ya no eres un niño – sugirió, dándole una sonrisa paternal.
- Muy bien... Oliver, yo... - el chico soltó un suspiro – Necesito su ayuda.
- Dime, ¿qué ocurre? – indagó.
- Diablos, no sé por dónde empezar... - se rascó la nuca - Tengo mucho para decirle.
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¿Quién Es El Padre? [Klaine]
Fanfiction[TERMINADA] #Wattys2019 Tras asistir a la primera fiesta "NO OFICIAL" de inicio de curso, Kurt se ve envuelto en un vergonzoso incidente. Ha ligado con el chico con el cual jamás se debe ligar. El típico malote, que no toma nada enserio, pero que hi...