Capítulo 21

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Kurt se sentó en el asiento disponible, junto a la ventana. Estaba ansioso como todos sus amigos y compañeros de equipo. En su cabeza repasaba las líneas que debía cantar y visualizaba su propia persona parada frente al escenario, deslumbrando al público o, en el peor de los casos, olvidando la letra y fracasando estrepitosamente. Su amiga, Tina, cayó a su lado, sentándose y comenzando a platicar de lo emocionada que estaba de concursar, y que estuvieran yendo a Chicago para competir. Kurt la miró, esforzándose en seguir el precipitado ritmo de su conversación, sin perderse en sus propias preocupaciones. El castaño deseaba que Blaine estuviera a su lado, distrayéndolo con sus ojos claros, o haciéndolo reír con sus ocurrencias. Sin embargo, se habían despedido dramáticamente en el parqueadero de McKinley media hora antes.

Kurt rememoró aquel momento, viendo en su mente la escena como un espectador. Blaine mirándolo con preocupación y orgullo al mismo tiempo, acomodándole el rebelde mechón de cabello que el viento había desacomodado.

- Cuídate, ¿sí? – pidió él, tomando ambas manos del castaño.

- Sí, lo haré – prometió el menor, sonriendo de lado ante el tono protector de Blaine – Sólo subiré para cantar...

- Nada de bailar – advirtió, sin dejar de fruncir el ceño.

- Nada de bailar, también lo sé, Blaine – aseguró, asintiendo con la cabeza – Cantaré mi parte y luego bajaré del escenario... confía en mí.

- No olvides que llevas lo más preciado para mí, dentro de ti – comentó, robando el aliento del menor. El moreno lo besó en la frente.

Kurt observó directo a los ojos de Blaine, que lo miraban intensamente. Las palabras "te amo" volvieron a resonar en su cabeza, sin embargo las sacudió, siendo incapaz de arriesgarse nuevamente a decirlas.

- Adiós, Blaine – dijo, volteándose para caminar hacia el autobús amarillo que los llevaría a su destino. No alcanzó a dar más de cinco pasos lejos de él, cuando oyó su voz nuevamente.

- ¡Kurt, espera! – apenas se giró, vio al moreno casi sobre él. Lo envolvió en una abrazo apretado – Haz que nos sintamos muy orgullosos, cariño – le susurró en el oído. Luego le besó la mejilla, dejándolo marchar.

Kurt puso una mano en el cristal de la ventana, como si aun pudiera ver a Blaine despidiéndose desde la acera, pero él ya no estaba allí.

- ¿Estás escuchándome, Kurt? – dijo Tina, sacándolo de su ilusión.

- Lo siento, ¿qué decías? – sacudió la cabeza, apartando los ojos avellana de Blaine de su pensamiento.

- ¿Te sientes bien? – dudó la chica, mirándolo con atención.

- Sí, lo estoy – confirmó, dándole una pequeña sonrisa – Es decir, sólo estoy emocionado, como todos, supongo.

La chica se mantuvo en silencio luego de eso. Kurt continuó el resto del viaje tarareando su solo, mirando por la ventana y acariciando su vientre, sintiendo a su pequeño bebé patearle suavemente desde el interior.

Al llegar al hotel donde se hospedarían el tiempo que durara la competencia, Kurt y sus amigas se acomodaron en un cuarto, mientras los chicos ocuparían la otra con el señor Schuester. El castaño sacó su móvil para llamar a su padre y reportarse.

- Hola, papá – saludó, sonando alegre – Ya llegamos a Chicago.

- ¿Qué tal el viaje? ¿Todo bien? – quiso saber Burt.

- Sí, estuvo bien... - hubo un pequeño silencio – Vendrán a vernos actuar, ¿cierto?

- Por supuesto que sí, esta noche viajaremos, no te preocupes – afirmó el hombre – Diviértete.

¿Quién Es El Padre? [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora