Capítulo 14

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Kurt escribía distraídamente en su libreta de apuntes, un listado de nombres de niños y niñas; destacando con una estrella los que más le gustaban. Pretendía comentárselos luego a Blaine, para conocer su opinión y ver que sugerencias tenía él. Una sonrisa se apoderó de sus labios de sólo imaginar la escena, ambos chicos eligiendo un nombre para su bebé. ¡Cursi! Se dijo a sí mismo.

- ¿Kurt Hummel? – la voz de la maestra lo hizo alzar la cabeza rápidamente – Su padre vino por usted.

- Oh, okay – balbuceó. Torpemente recogió sus cosas, metiéndolas a su bolso. Noah sabía perfectamente a dónde iba su amigo, por lo que le deseo buena suerte al pasar y el menor se despidió con su mano.

En la entrada del instituto, Burt esperaba a su hijo, cambiando su peso de un pie a otro con impaciencia.

- Hola, chico – saludó al ver a Kurt llegar con la misma emoción que él, pintada en el rostro - ¿Nos vamos?

- Sí, por favor – respondió, mordiéndose una uña luego.

- Pareces nervioso... - comentó al subirse al carro.

- Lo estoy, y no sé cómo controlarlo – una risita se le escapó – Sé que, sea cual sea el sexo del bebé, lo voy a amar profundamente, pero... es inevitable sentirme así.

- Lo sé, conozco esa sensación – rememoró el mayor – Creo haber estado peor que tú, cuando acompañé a tu madre a la clínica aquella vez – Kurt lo miró aliviado – Claro que, eran otros tiempos, y la imagen no era tan nítida como ahora, por lo que nunca estuvimos realmente seguros que fueras un niño, hasta que naciste.

La espera en la consulta del obstetra, fue una tortura para Kurt, convirtiendo aquellos quince minutos, en una eternidad para el castaño. No logró quedarse quieto un solo momento, teniendo que ir al baño dos veces, y tomando agua tres veces más. Burt sólo reía al ver la reacción de su hijo, dándole conciliadoras palmadas en la espalda para tranquilizarlo.

Cuando la enfermera por fin dijo su nombre, el chico brincó de su asiento y casi corrió al interior de la consulta. Burt lo siguió de cerca. En el interior, el obstetra los recibió con una sonrisa y un apretón de manos, para pedirles que se sentaran después.

La conversación se desvió más hacia su padre que hacia Kurt. El menor no podía escuchar dos palabras juntas, sin distraerse, pensando en las posibilidades de saber si tendría un niño o una niña. Casi lograba visualizar a un pequeño niño mirándolo, con sus ojos color miel y el cabello castaño; o una hermosa niña de rizos oscuros y enormes ojos color azul. Se reía para sí mismo y continuaba fantaseando, mientras su obstetra y su padre se enfrascaban en una conversación acerca de los riesgos y cosas técnicas del embarazo masculino, además de algunas recomendaciones prácticas para tener en cuenta.

- Y, dime Kurt... ¿Cómo has estado estas semanas? – el médico rompió la burbuja de pensamientos, con su pregunta.

- Mucho mejor, las náuseas ya se han ido casi por completo – aseguró con una sonrisa.

- Eso está muy bien, pero debes tener cuidado porque suelen haber aumentos de peso en esta etapa ahora que no vomitas todo lo que comes – advirtió – Bastará con que cuides lo que comes y que te mantengas activo, con precaución.

- Lo haré – asintió con su cabeza.

- Bueno, pasemos a la camilla, porque me imagino que el abuelo está ansioso de conocer a su nieto o nieta – dijo, haciendo que Kurt se pusiera de pie como si algo lo hubiera picado en el trasero.

- Sí – soltó el menor, siguiendo al doctor.

Brincó a la camilla y se levantó la ropa, recostándose.

¿Quién Es El Padre? [Klaine]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora