"...Mi gran problema eres tú.
Amarte como te amo es complicado.
Pensarte como te pienso es un pecado..."—¿ENZO PÉREZ? Vos estás demente, Camila. Estás loca. No podes.— soltó un tanto sorprendida Romina, mi prima, después de escuchar atentamente mi relato de la noche anterior.
— Puede ser, pero no pude contenerme. Aparte él empezó.— llevé mi dedo medio a mi boca mordisqueando la uña de este, estaba un poco nerviosa aún.
— Y vos feliz. Camila, tiene hijos, esposa ¡Es el primo de tu tía!— dijo alterada.
— Ya sé quién es, no hace falta que repases todo el árbol genealógico. Sé que no estuvo bien, pero pasó y ¿Que puedo hacer ahora más qué contarte y seguir con mi vida? No es como si fuera a acostarme con él mil veces.
—Espero... ¿Y como fue? Contame.— dijo entusiasmada, amé su cambio de actitud.
— Fue genial, es tan fuerte y bueno, es grande. Fue diferente, me encantó. El y la situación obvio...
— Chicas, ya está la comida.— Mamá interrumpió nuestra conversación.
Nos sentamos finalmente en la mesa de domingo familiar, todos juntos. La familia era para mi, lo mejor de mi vida. Mi cable a tierra, mi refugio en momentos dificiles.
— ¿Por qué no vinieron Walter y María?— dijo mi tío, Gonzalo.
—Es que vino el primo futbolista, viste que vienen muy de vez en cuando y pasan mucho tiempo juntos.
Si, me seguía por todos lados, lo escuchaba y veía hasta en casa con mi familia.
Si me preguntan de que me arrepiento hoy en día, es de contestar el mensaje que recibí ese día.
Enzo Pérez.
Hola Camila ¿Crees que podríamos hablar? Avisame cuando puedas, prefiero que sea personalmente.
Y ahí me encontraba afuera del pintoresco edificio en ciudad, un edificio imponente; y no podía ser de otra manera. Le envié un mensaje de texto avisandole de mi llegada y contestó un simple "Entra, estoy esperandote piso 4."
Camine nerviosa entrelazando a veces mis manos. Entré al cubículo y presione el botón del piso cuatro. Siempre odié los asensores, creo que es el invento mas peligroso de la historia, sufro mucho. Pero esta vez, simplemente no sentí nada por que iba pensando, pensando en él.
Mi celular sonó nuevamente. Pensé que era Enzo nuevamente, pero era el décimo mensaje de disculpas de Luciano. Quería hablar para aclarar, y lo único que se estaba aclarando era su actitud desubicada y violenta que no estaba dispuesta a soportar.
"Luciano, por favor dejame en paz. No quiero saber más nada. No me interesa. Que estés bien."
Al llegar, golpee tímidamente la puerta, y ahí estaba él, en su departamento de soltero, un domingo a la tarde.
Lo observé de arriba a abajo, después de todo lo vi en una situación mas incomoda que esta. Tenia un short deportivo, una remera adidas al igual que las ojotas casuales de la misma marca. Estaba hermoso. Y por su expresión, preocupado.
Al instante note que me citó simplemente para hablar sobre como le fue infiel a su esposa.
—Yo no soy así.— dijo sentándose frente a mi en el sofá. No le interesaba mas que eso al parecer.
— ¿Infiel? Mira, Enzo, yo no tengo intenciones de seguir, buscarte y mucho menos de provocar algún tipo de problema. Habías tomado, yo igual... Fue un error.
— Me gustó, mucho. — me miro serio y un poco avergonzado. Jamas hubiera pensado eso de él.
— A mi también, no te lo voy a negar. Pero entiendo que fue un error, habíamos tomado de más y... — me interrumpió.
— Nunca había estado con otra persona, Camila. Flor fue mi primer novia, yo era muy pibe. Y lo que pasó me gustó...
— ¿Estás intentando proponerme que sigamos viéndonos? Mira, yo no soy la puta de nadie, Enzo...— me levanté, caminé hacia la entrada y me frenó.
— Si lo decís así suena horrendo. Mira, vos me gustas, somos grandes y no queres compromisos...
— No, no quiero compromisos. De hecho ya tengo uno, con el mejor amigo de tu hermano. Y si crees que por tener 19 años voy a aceptar todo y vas a poder manejarme a tu antojo estás equivocado.— dije al borde de la histeria. Caminé decidida hacia la puerta, no habían pasado ni siete minutos desde que llegue y ya quería correr a la puerta, pero anticipándose, y dando dos pasos llego a frenarme por el brazo suavemente. Me observo unos cuantos segundos antes de bajar su mirada a mis labios y finalmente besarme.
Sus labios para mi fueron el cielo siempre, y me llevaron al infierno poco a poco...
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Por siempre || Enzo Perez
FanfictionVos sos mi obsesión, Quisiera atraparte Vos sos mi destrucción, No puedo dejar de pensar.