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                          19 de febrero de 2019; Mendoza, Argentina.

   No creía poder confiar en nadie para que me acompañara en este momento. No me creía capaz de poder explicarles a mis papás sobre el embarazo. Y mucho menos de la interrupción a la que debía someterme.

   Hacía ya unos días, cinco para ser exacta sentí unos fuertes dolores, el ginecólogo me explico sobre el embarazo ectópico que estaba transitando. Al parecer el embrión no se había implantado donde debía por lo tanto no había viabilidad para el mismo. Mi vida corría riesgo. Nada de lo que Enzo dejó en mi vida tuvo buenas repercusiones, un hijo no iba a ser la excepción.

   Julián estaba a mi lado en la sala de espera después de haberme registrado. Él me acompaño en cada momento de estos dos meses donde lloré, me emocioné y reí por este bebé.

Juli, voy al baño. Ahora vengo.— tomé su mano, le sonreí, jamás pensé que estaría aca, mucho menos con él.

   Caminé unos cuantos metros. Entré y me miré al espejo. Creo que había envejecido unos cuantos años después de estos meses, el estrés y claro que la tristeza, me habían transformado.

Cami ¿Todo bien?— dijo Noelia, pareja de Franco, hermano de Enzo.

Hola, Noe. Sí, todo bien. Controles solamente ¿Vos que haces acá?

Lu tuvo a la nena, así que las vine a ver un ratito.

Que lindo, dejale mis saludos.— las tres habíamos compartido equipo cuando yo jugaba torneos en las canchas de Enzo. La saludé por ultima vez, y salí dirigiéndome hacia el lugar donde había dejado a Julian.

   No esperamos más de tres minutos hasta que una enfermera me llamó.

   Caminé confiada, un poco indecisa, nerviosa y temerosa por aquél pasillo. Pero Julián tomaba mi mano, en este momento no creía que algo pudiera salir mal.

¿Cómo te sentis? — dijo apenas me instalé en la habitación.

No sé. Supongo que bien.— toqué por milécima vez en el día mi vientre.

Todo va a estar bien, Cami.— tomó mi mano y dejó un beso en ella.


   Verlo ahí al despertar de la anestesia me hizo emocionar. Quizá la falta de cariño que había sufrido en los últimos años me había hecho pensar que lo que Enzo podía darme era lo que yo merecía. Y aún no sabía lo confundida que estaba.

Despertate, nene. Vos me tenes que cuidar, no al revés.— dije cuando lo ví durmiendo con su cabeza en la cama.

 Perdón ¿Estás bien linda?— dijo un poco alterado y aún adormilado.

Perfecta, más si te veo acá. Gracias.

   El pasar de los días mejoraban mi situación, acompañada de Julian, claro. La vida me estaba dando una segunda oportunidad de amar, de amar sin problemas, de amar y poder decirlo, sin tiempos, sin preocuparme por nada.

"Me dijo Noe que te vió en la clinica ¿Todo bien?"

   Media hora después de recibir aquel mensaje seguía mirándolo ¿Debía contarle? Quizá sería lo mejor, después de todo él es el padre del "bebé". Pero al mismo tiempo es absurdo hacerlo, no existe tal embarazo ya.

   Quizá era momento de cerrarle la puerta de mi vida definitivamente a Enzo Nicolas Perez.

"Si, todo bien. Y de no ser así, no creo que sea algo que contarte a vos."

   Seguí maquillándome, Julian me había invitado a cenar a su casa, con sus padres. Realmente esto iba en serio, yo después de mucho tiempo me sentía feliz. 

Por siempre || Enzo PerezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora