«10»

1.5K 93 1
                                    

Mendoza, Argentina; Diciembre 2015 


El nacimiento de Elena fue, al menos para mí algo especial. Tenía ya tres primos menores, pero en el embarazo sentí algo especial, una conexión.

Esa misma tarde 26 de diciembre, mientras estaba discutiendo con Enzo sobre el departamento, mamá me llamó... Helena iba a nacer.

Mis manos comenzaron a temblar, tenía un poco de miedo y nervios, aún faltaban algunas semanas según el obstetra de María. Al mirarme el se asustó un poco.

Helena, Enzo. Va a nacer. Están llevando a María a la clínica. —las lágrimas de emoción estaban a punto de caer por mis mejillas, intenté controlarlas.

Vamos.— me tomó de la mano dirigiéndose a la puerta.

Pará, primer espera que te avisen. Si no ¿Cómo vas a explicar?— sonreí— Primero voy yo, quizá alguien pueda sospechar. — besé sus labios rápidamente, tomé mis llaves y me fui.

Camino a la clínica estaba tan nerviosa, no sé exactamente como llegué pero hice en 10 minutos un trayecto de aproximadamente 20. Al entrar al hospital corrí por los pasillos, pregunte a enfermeras, médicos y todo aquel que se cruzara en mi camino hasta que encontré a mi familia.

Todavía no nace. — dijo mamá al verme aparecer. No podía dejar de caminar nerviosa por ese pasillo, la luz no se prendía y eso me ponía más nerviosa aún ¿Cuánto tiempo tarda un parto?

Comenzaron a llegar más familiares de ambas partes, Enzo aún no llegaba. Mejor para mi, no me gustaba verlo en público.

Cuando pasaron 10 minutos reloj desde que llegué, la bendita luz rosa se encendió, Elena estaba en este mundo. Nos abrazamos todos felices. En ese momento vi como Enzo y su madre llegaban apurados al lugar emocionados, sus ojos tenían un brillo especial

Habían pasado tres horas desde que María alumbró y yo no tenía intenciones de entrar. Siempre entendí este momento como el más íntimo y especial para los padres y la bebé. Prefería acompañar desde afuera.

Cami, veni. — dijo Walter invitándome a entrar. Negué.

La conozco otro día, cuando esté menos alteradas por las visitas. — dije, lo entendía.

Dale, veni que queremos decirte algo. — caminé sorprendida hacia la habitación. Estaban mis tíos y Enzo también, el cual al igual que yo no entendía mucho.

Bueno. — comenzó a hablar mi tía. — se preguntaran por que estamos solamente los cuatro. — mis manos estaban hechas agua, asentí esperando una respuesta.

Bueno, Cami. De un tiempo para acá estamos pensando sobre ustedes. Son dos personas que han estado tan pendientes de Elena que no imaginamos, después de pensar mucho, a dos personas que sabemos van a cuidar, guiar, proteger y sobre todo apoyar en momentos donde para nosotros sea complicado a nuestra hija. A dos personas buenas y que sabemos nunca nos van a dejar solos como padres.— una lagrima de emoción salió de su ojo derecho y yo comencé a entender.

Bueno, los hemos elegido como padrinos de la bebé. — dijo mi tío completando la oración de su esposa.

¡Obvio!— dije acercándome rápidamente a darle, como pude, un abrazo a mi tía. Puso a Helena en mis brazos. Acaricié su cabecita, era tan hermosa, tan chiquita.

Gracias por pensar en mi, prima. — dijo Enzo acercándose. Me miró y luego a la bebé, no sé que habrá pasado por su cabeza cuando después sonrió de esa manera tan linda, tan suya.

              Desde ese momento, algo nos unió especialmente. Elena.   

Por siempre || Enzo PerezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora