Buenos Aires, Argentina; 11 de diciembre de 2017
Después de casi tres horas logré acomodar toda mi ropa en el pequeño espacio del placard en el mono ambiente que la empresa nos había dado a los becados. Éramos 8 en este edificio, estudié mucho para estar acá, y la recompensa era lo máximo.
Enzo no paraba de mandarme mensajes emocionado por mi mes de estadía acá. Íbamos a desencontrarnos un poco ya que él viajaría con su familia a Mendoza para año nuevo, pero gracias a nuestra cercanía familiar y por la ayuda que le estaba dando con sus temas económicos, Florencia me invitó a pasar navidad con ellos. Me negué, aunque insistió demasiado.
Mi celular comenzó a vibrar. Era Enzo.
—Hola linda de mi vida.— dijo muy animado.
— ¿Cómo estás lindo?— dije igual de feliz.
Hacía dos días River se había coronado bicampeon de la Copa Argentina, dejandolo como el rival de Boca en la supercopa, que se disputaría a principios del próximo año.
Enzo estaba super eufórico aún, yo igual
— Bien, muy bien. Solo. ¿Vos ordenando?— largó insinuante. Estaba solo, Florencia había decidido quedarse unos días más en Mendoza. Enzo me usó de pretexto, y a sus problemas que aún debíamos terminar de arreglar para volver a Buenos Aires.
— Si, ya estoy terminando. No traje muchas cosas, no creía que pudiera. Si querés podemos trabajar esta tarde... — sonreí. Él lo notó.
— Te busco en una hora, preparate. Ya quiero verte.
Al cortar me apuré en arreglarme, es tan puntual que me indigna, yo claramente no lo era.
Exactamente a dos minutos de la hora pactada estaba abajo, me mandó un sms "Baja, amor." No voy a negar que su forma de tratarme me daba nervios y me encantaba, éramos algo y al mismo tiempo no. Y no lo voy a negar, me daba culpa cada vez que Florencia estaba cerca.
— Hola, hermosa.— dijo apenas subí a la camioneta. Estaba hermoso, su aroma invadía el espacio, yo estaba encantada. Intentó darme un beso, lo esquivé. Me miró sorprendido.
— Acá no Enzo, estamos en la calle.— comencé a reír más sorprendida que él.— Te extrañe muchisimo, maneja, que ya quiero estar con vos.
Condujo hasta su casa, estaba cerca por suerte. Entramos al garaje y apenas el portón se cerró me abalance sobre él, lo besé como nunca, lo había extrañado tanto.
— Felicitaciones campeón.— sonrió sobre mis labios.
— Si hubiera sabido que cada vez que gane algo vas a estar así, venía antes a River, amor.
— Que tonto sos.— volví a besarlo, acaricié su pelo.— Te extrañe muchísimo.
— y yo a vos, muchísimo, linda.
Luego de un par de besos, entramos a su casa. No había venido nunca, grande, blanca, ordenada.
— Aunque no están los chicos, está todo medio desastre.— miré detenidamente y sí, efectivamente habían unas cuantas muñecas por el sofá.
— No te hagas problema. Podemos trabajar en otro lado. Traje la compu.— sonrió.
— Como diga, señorita.— puso su mano en mi cintura indicando dónde dirigirme. Su patio era aproximadamente del tamaño de mi casa.
— ¿Muy futbolero Enzito?— dije pateando la pelota que me tope de frente abandonada en el pequeño quincho de la casa.
— Demasiado, no para de jugar. Es un drama que deje la pelota y se ponga a estudiar. Igual, es super buen nene.
— Si, lo note. No los he tratado mucho, pero se nota.— estaba un poco incómoda hablando de sus hijos. Y quizá fue un poco erróneo vernos ahí. No estaba pasando nada, pero se que Enzo no es una persona que se contenga.
Nos sentamos a trabajar, le expliqué unas cuantas cosas sobre su situación económica. No era mala pero debía ordenar unas cuantas cosas impositivas. Nada que no pudiera solucionar con una transferencia bancaria.
— ¿Y si dejamos de trabajar un ratito? Tengo tremendas ganas de helado.— levantó sus cejas y se paro emocionado.
Trajo helado, pasamos la tarde hablando, riendo, jugando a la pelota, nos tiró a la pileta, y como siempre terminamos teniendo sexo. Sí, sexo en su casa.
Jamás me sentí tan sucia como cuando en la noche después de entrar al departamento me senté en la orilla de la cama y pensé en lo que estaba haciendo, haciéndole.
Siempre cuando estaba con él sentía que caminaba por las nubes, y al mismo tiempo algo me bajaba cada vez más. Ya no era yo.
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Por siempre || Enzo Perez
Fiksi PenggemarVos sos mi obsesión, Quisiera atraparte Vos sos mi destrucción, No puedo dejar de pensar.