Me sorprendió para mi cumpleaños con un fin de semana en Potrerillos, uno de los lugares naturales más hermosos de Mendoza, nuestra provincia.
— ¿Te gusta el lugar?— dijo señalando la cabaña en medio de la nada donde pasaríamos estos días.
— ¡Me encanta!— dije emocionada, amaba este lugar. Era hermoso.
— Entremos, solamente lo vi por foto, quiero ver si es tan lindo como me dijo el hombre con el que hablé. — tomo mi mano y comenzamos a recorrer el lugar. Era una pequeña cabaña con vista al dique. Un verdadero sueño, donde solo estábamos nosotros dos.
A pesar del calor de la época, en este lugar acostumbra a estar un tanto más frío. Al caer la noche decidimos prender una fogata.
— Es uno de mis mejores cumpleaños. — Dije mientras miraba detenidamente sus facciones a la luz del fuego. — Nunca nadie había pensado en algo así por mí.
— Es lo menos que puedo hacer por vos. Te hago pasar momentos raros, por no decir feos. A veces pienso en lo que tenemos, y no está bien. — hizo una pausa pensando en lo que estaba diciendo, quizá pensó que me heriría, pero yo pensaba lo mismo que él, asique gesto mediante lo animé a seguir. — pero a mí me gusta lo que siento por vos, sé que a veces es solamente sexo. Pero es diferente, lindo y nuevo para mi. Y quizá vos no sentís lo mismo, pero bueno... Yo sí. Y aunque es muy injusto para vos, mi familia y todos... Es lindo.
— Es muy lindo. Creeme que pienso igual. A veces intento ignorarte un poco, ignorar lo que siento cuando te veo o alguien habla de vos, y se me hace imposible. — me acerqué un poco más a él. — no sé que es, pero tenes algo que me hace imposible alejarte, Enzo. — sonrió mientras se acercaba a mis labios. Comenzó a besarme lentamente, acaricio mis piernas y en un rápido movimiento me senté a horcajadas sobre sus piernas y comencé a besar sus labios que me volvían loca.
Lo mire a los ojos unos largos segundo antes de separarme. Siempre me sorprendió su inexpresividad hasta esa noche aprende a descifrar que pensaba. Estaba feliz, y yo más aún.
Me tomo de la mano y fuimos a la habitación.
Con un rápido y ágil movimiento quede sobre el. Bese su cuello, luego de sacar su remera simplemente lo admiré. Sus tatuajes, su cuerpo firme y sus fuertes brazos, me volvía completamente loca.
El me encantaba, y ahora era solo para mí.
camilourd
Potrerillos, Mendoza, Argentina.
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camilourd ¡GRACIAS! Mi mejor día, mi mejor compañía.
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rolilli feliz cumple morocha, te quiero ¡Me alegra un mundo verte tan bien!