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"... Tengo tiempo para saber
si lo que sueño concluye en algo...."
Mendoza, Argentina; 9 de marzo de 2015
¿A quién se le ocurre casarse tan temprano? Sí, solamente mi tío podría.
Era un gran acontecimiento que después de 9 años juntos al fin, Walter se casara con su primer novia. Habían decidido que las damas de honor se arreglaran juntas. Llegué a la casa de María a las 7 AM ese sábado. Mis tías corrían, mis primas estaban sentadas esperando su turno y las chicas encargadas de maquillarnos y peinarnos simplemente estaban terminando de arreglar el lugar para hacerlo.
Las ansias comían a todos mis familiares, en especial a mamá y mis tías. El menor de los varones se casa, y los casamientos no pasa todos los días, al menos en mi familia. Yo simplemente intentaba no dormir mientras la peluquera me peinaba. Ni hablar de la hora del maquillaje.
Sonó el timbre, una chica de unos 25 años entró por la puerta. Tatiana, la prima de María corrió a abrazarla al grito de "Cuñada".
Era la esposa de Enzo.
Una vez listas, a las 9AM partimos juntas a la iglesia donde sería la boda.
Fotos, fotos y más fotos después encontré a Luciano, mi novio. Estábamos juntos hacía un año, es íntimo amigo de Fran, primo de María y hermano de Enzo.
—Bebé ¡Al fin!- dijo mientras me abrazaba. A lo lejos, Florencia y Enzo, quien estaba hermoso, hacían lo mismo. Es tremendamente lindo, pensé.
—Espero nunca casarme, están todas como locas. No paran de estar alteradas un segundo.
—Vamos a viajar por el mundo, amor.
—Obvio, como se debe... — dije pensando en lo feliz que sería conocer el mundo con Lu.
— Mira quien está acá y no me ha saludado. Caradura.— dijo Enzo alegre a mi espalda, su voz inconfundible.
— Negro querido ¡Que alegría verte! Tanto tiempo.— contestó mi novio dándole un cálido abrazo. — ya se deben conocer, pero por las dudas, ella es Camila, mi novia.
— Todo queda en familia ¿No?— dijo Enzo riendo.— si, la conozco ¡Obvio!— creo que estaba a punto de hiperventilar después de ese "obvio" tan entusiasta.—Me dijo mi hermano que estas trabajando en las canchas. Fue una linda noticia.— sentí mis manos sudar, estaba hermoso.
—Si, Fran me ofreció ayudar los fines de semana. Y me quedaba cómodo con la facultad, así que acepté.— y sí. Era verdad que gracias al horario podía tener mi dinero y estudiar, pero también lo acepté teniendo esperanza de mantener algún contacto con el, mi jefe.
— Hija, vamos. Ya llega la novia.— mi madre oportuna, como siempre. Sonreí, hice una mueca de inconformidad hacia Luciano y fui detrás de ella, aún sin entender mucho que hacer.
La ceremonia fue emocionante, hablaron sobre la familia, el amor, la vida y el compromiso desde un lugar humano.
Admito que no pude sacar mis ojos de Enzo en ningún momento y eso me ponía un poco inquieta. No veía la hora de que empezara la fiesta y poder tomar y bailar hasta el final del día.
**
En mitad de la fiesta fui al baño, deje a Luciano bailando con alguna prima.
Al momento de salir me tope de frente con él. Estábamos a centímetros de distancia, estaba casi de su altura gracias a los zapatos, él se había deshecho del saco y la corbata.
— Disculpame, Enzo.— dije al reaccionar. Estaba embobada al tenerlo tan cerca.
— No, vos a mi. Perdón, no vi por donde caminaba, Cami.— siguió su camino como huyendo de la situación. Yo mientras tanto sentía mi respiración agitada.
Camilourd Mendoza, Argentina
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