Capítulo 25 ~ Una nueva oportunidad

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Sakura

No sabía ciertamente dónde se encontraba. Todo en ella era una paz que estaba apreciando de sobremanera. Además el lugar que veía, apenas abrió sus ojos, fue de su total agrado. ¿Dónde había dormido como para haber despertado en este lugar? No recordaba haber ido de picnic con sus amigas o con Shaoran, tampoco conocía ese lugar, y a su alrededor no había nadie más que ella.

Sakura entonces, luego de haber caminado bastante y no encontrar nada más que naturaleza y apreciar el sonido de aves silvestres volando libremente, decidió mirarse a sí misma. Sus manos, sus pies, su vestimenta, que era la misma de ese día, el día del accidente.

―¿Qué fue lo que pasó? ―se preguntó a si misma tratando de que las respuestas llegaran a su cabeza.

Siguió caminando entonces y recuerdos vinieron a su cabeza: alguien lloraba, decía su nombre, alguien temblaba de miedo, eso estaba segura.

Cuando se aburrió de caminar sin encontrar nada novedoso, a excepción de un frondoso árbol con sus hojas completamente verdes, se acercó hasta allí para poder descansar a los pies del arbusto.

Suspiró y cerrando sus ojos comenzó a meditar en voz alta:

―Todo esto es un sueño, todo esto es un sueño.

De pronto, comenzó a sentir frío, así que abrazándose a sí misma esperó que eso pasara, pero no había resultado alguno. Fue allí que pudo reconocer la voz de alguien que la llamaba y cuando alzó su vista pudo distinguir los ojos grises de Yue, quien estaba de pie frente a ella. Y luego, hasta ella llegó también Kerberos.

Sakura los miró extrañada, esperando que todo esto fuera producto de algún fantasma que anduviera rondando por ahí. Pero el único que se le venía en mente era alguien que no lo había visto por ningún lado después de todo: Hien.

―¿Acaso estoy muerta?

―No Sakura, no lo estás. Sólo estás durmiendo plácidamente ―respondió Yue.

―¿Y puedo saber la razón?

―¿Recuerdas lo que sucedió? ―preguntó esta vez Kerberos.

―Sí, aunque no con mucha claridad.

Cuando ambos guardianes le contaron todo con sumo detalle, sintió una terrible sensación en su estómago, justamente donde le había llegado aquella puñalada. Entonces colocó sus manos por sobre su costado izquierdo y sintió como algo extraño había allí, aunque en ese entonces no sentía dolor.

―¿Y el señor Hien? ¿Qué pasará con él? ―preguntó Sakura.

―Él será juzgado, Sakura. Por los actos que estuvo cometiendo últimamente, por romper las reglas de los espíritus y, además por atentar contra la vida de uno de los vivos ―respondió Kerberos.

―Y todo eso qué significa ¿Qué le harán? ―dijo algo asustada.

―Significa que no podrá reencarnar en una nueva vida. Su alma quedará por siempre en el infierno.

―¡Pero no es justo! Es decir, entiendo que rompió las reglas y todo eso, pero antes, él fue una buena persona, ayudó a mi madre y... ―lágrimas comenzaban a brotar de los ojos de la castaña.

Yue fue quien acarició el rostro de ella para secar sus ojos.

―Son las reglas del juego, y él las sabía perfectamente. No hay excepciones.

―¿Podría hablar con él al menos?

Ambos guardianes se miraron y comenzaron a caminar en silencio. Sakura no parecía comprender, pero decidió seguirlos de todos modos. El ambiente seguía siendo igual a como estaba antes, sólo que ahora estaba con la compañía de ambos. De pronto sintió como en un susurro escuchaba su nombre, una voz que le resultó completamente familiar. Cuando giró sobre sí misma para verificar de donde venía el sonido, no pudo percibir nada.

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