Capítulo 13 ~ El día después

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Sakura

Cerró sus ojos dejándose llevar por ese momento. Sus manos seguían apretando fuertemente los brazos de Shaoran. Su beso sabía suave, tímido, húmedo. Ya ni siquiera le dolía el trasero con la caída de hace un momento. Sintió también como la otra mano de Shaoran se posaba en su rostro y eso le transmitía un poco más de calor. Había olvidado por completo que estaban empapados.

—¿Por qué está todo mojado? —habló alguien desde afuera.

Ambos se separaron de inmediato y se miraron por casi una milésima de segundo, para luego dar paso a hacer cualquier otra cosa, como si fuese lo más interesante del mundo.

Sakura fue en busca de la ropa nuevamente para distraerse mientras la mujer entraba al lugar donde ellos estaban. Y su corazón latía sin parar. ¿Qué fue lo que acaba de hacer?

—¿Se encuentran bien? —preguntó la señorita.

—Sí, sólo nos metimos a la piscina sin pensar —habló Shaoran—. Lamento el desorden.

—No se preocupen —decía la joven quien caminó hacia algún lado.

Sakura no se movía de su lugar. Estaba paralizada y sumamente avergonzada. Cuando la muchacha se acercó a ella —la misma chica que les abrió la puerta en la tarde cuando llegaron y que también preparó la cena—, le entregó una toalla a Sakura y recién pudo moverse de su estado.

—Vayan a darse una ducha antes de que contraigan un resfrío.

—Gracias—sonrió la castaña.

Se colocó la toalla por encima de su cabeza, para así evitar mirar a Shaoran. Pasó por su lado lo más rápido posible y caminó hasta la escalera de la casa —dejando sus pasos marcados con agua—. Necesitaba llegar a su habitación y tratar de comprender por qué había respondido el beso que Shaoran le había dado. En un momento escuchó como él le agradecía a la señorita por haberle entregado a él también una toalla para secarse y pidió disculpas nuevamente por haber dejado todo el piso mojado. Luego, Sakura corrió hasta su habitación y se encerró allí.

Suspiró y llevó sus dedos hasta sus labios, volviendo a sentir una extraña sensación que percibió estando con él. Ni siquiera estaba sintiendo frío porque el calor en su cuerpo se estaba apoderando de ella. La luz de la habitación estaba apagada y fue mejor así. Se comenzó a sacar su ropa mojada y dejarla tirada en el suelo, para caminar hasta el baño de su propia habitación y poder darse una anhelada ducha.

Abrió la llave y el vapor comenzaba a rodear el ambiente. Se sumergió en ella creyendo que podría dejar de pensar por un momento, y no fue así porque nuevamente recordó la calidez del beso que Li le había dado. Algo más allá que mariposas en su estómago comenzó a sentir. No, eso no estaba bien. Mañana debía enfrentarlo sí o sí. No podía seguir evitándolo. Después de todo, tenían un viaje que hacer de vuelta a Tomoeda.

Shaoran

Encerrado en lo que era su habitación y apoyado contra la puerta, estaba completamente absorto en sus pensamientos, recordando lo sucedido hace unos minutos atrás. No comprendía en qué momento él había decidido acercarse más a ella y besarla. Pero es que algo sucedió, no pensó, sólo actuó. Y no, no estaba arrepentido de lo que había hecho, pero no sabía que pasaba por la cabeza de ella, porque sin lugar a dudas le había respondido el beso. Aunque fue suave y muy sutil sirvió para descolocarlo por completo.

Para no seguir pensando en aquello se metió de lleno en la ducha para poder temperar su cuerpo.

Pero estaba bastante inquieto. Así que optó por volver la ducha fría para luego salir apresurado y tiritando del baño a colocarse algo de ropa —que le había prestado la mucama, puesto que no llevaba nada para cambiarse— y se acostó. Se tapó completamente y así fue recuperando el calor de su cuerpo.

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