El pedido de la pizza XL había sido depositada en la mesa en ese instante. El queso derretido les propiciaba aún más la necesidad de llenar sus estómagos, el olor del jamón y el orégano, con los choricillos era para que a cualquier se le hiciera agua la boca. La señorita que los atendía les habló pero ninguno le contestaba porque uno: Li no dejaba de mirar casi atónito a Sakura ante lo que le había dicho. ¿Acaso estaba de broma? Porque la seriedad ante todo era lo que más le llamó la atención. Pensó que en algún momento se pondría a reír a carcajadas porque seguramente tenía un rostro de "de qué diablos me estás hablando" y segundo: Sakura no dejaba de observarlo para que entendiera que no estaba jugando con aquello.
—Que... disfruten su pizza —dijo algo tartamuda la mesera.
Luego de unos segundos el rugido nuevamente del estómago de Li los hizo reaccionar y decidieron atacar la pizza. El deleite fue instantáneo. Y Hien Li miraba divertido la escena. Comentó que le encantaría estar vivo y poder disfrutar de aquello que comían, a lo que Sakura respondió con la boca llena que no dijera esas cosas porque se sentiría mal. Shaoran se atragantó un poco al ver esa escena, en verdad la chica parecía loca hablando sola —pensó que era distinto a cuando uno hablaba consigo mismo, pero no viene al caso— el asunto quedó plasmado cuando miraba incrédulo y atónito a la vez.
—¿¡Qué?! —reaccionó Sakura.
No dijo nada, sólo siguió comiendo. Y aunque tenía mucha hambre en su mente se estaban formulando varias preguntas. Si era verdad lo que la chica estaba diciendo, quizás podría resolver una que otras dudas con respecto a él y el pasado de su padre.
—¿Por qué viniste a Japón? —preguntó de repente Shaoran.
Sakura no entendía a qué se refería, arqueó una ceja para mirar al chico y éste, con los brazos cruzados sobre la mesa esperaba una respuesta.
—Una persona que trabajaba conmigo es japonés.
Al escuchar esas palabras volteó hacia su derecha para ver a Hien Li, quien era el portador de la respuesta a lo dicho por Shaoran Li. Hien miró con serenidad a Sakura indicándole que podía contarle aquello y lo próximo que diría. Las palabras fluían en la boca de Sakura, tal cual se las decía Hien.
— "Xiao Lang, no quiero que investigues más sobre el pasado, haz tu vida. Regresa a Hong Kong con tu madre y tus hermanas. Allá podrás estar más seguro que acá. Hay espíritus vengativos y eso lo sabes muy bien... No pude vivir contigo, ni verte crecer porque he estado toda mi vida rondando en este lugar. Coincidencia o no que hayas venido me alegra mucho el haberte visto, me hizo sentir orgulloso de ti y de los cuidados que Ieran ha hecho contigo, pero por favor hijo. Regresa a casa..."
El silenció apareció de repente después de aquellas palabras. Sakura, cuando repitió todo lo que el padre de éste le decía, se percató de que Shaoran estaba viendo hacia la nada con su ceño sumamente fruncido.
—Sabes... —comenzó a balbucear— soy un hombre que atrae la mala suerte. En mi trabajo es en lo único que me va bien —relataba sin mirar a la muchacha—, pero no tengo amigos, no tengo amores y vivo completamente solo por lo mismo; para evitar que los demás caigan en desgracias que yo atraigo —rió con pesar— ¿Por qué yo? No tengo ni la más puta idea. Por eso arranqué de China y vine a parar acá, para evitar hacerle pasar malos ratos a mi familia. Tokio era una ciudad insoportable, hasta que llegué acá... y ¿para qué? Para que el fantasma de mi padre diga que me vaya.
Negó con su cabeza no creyendo lo que estaba diciendo. Miró a Sakura por un momento quien estaba tan asombrada por lo que acaba de escuchar. ¡Estaba hablando de su vida con una completa extraña! Rió nuevamente, pensando en que todo esto era una ironía, una estupidez del porte de un buque ¿De verdad iba a creer en ese susodicho fantasma y en las cosas que le acababan de decir?
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Descansa en Paz
Fanfiction[U/A] Sakura desde pequeña ha podido ver fantasmas. Por consecuencia de eso ha decidido ayudar a que las almas puedan Descansar en Paz, cumpliendo sus últimos deseos. Pero su vida se vuelve más interesante, cuando un espíritu en particular, le pide...