POV RACHEL
El sonido de un objeto cayéndose al suelo me despierta y soplo frustrada. Meto la cabeza debajo de la almohada y cierro de nuevo los ojos. Todavía no me creo que tengamos que ir a por Rabinovich.
¿Por qué tiene que ser justamente él? ¿Acaso no existen miles y miles de psicópatas en el mundo que podemos asesinar? Ahora que las cosas iban sobre ruedas... Ahora que sé que voy a tener un hijo con el hombre más maravilloso del mundo. Ahora que estábamos haciendo un gran trabajo en la agencia. Ahora que todo era perfecto... ¡Plas! Se interpone este gran obstáculo en el camino.
Lo cierto es que cuando entré en el Programa de Protección de Testigos de la FBI, creí (y seguía creyendo hasta hace apenas una hora) que no lo volvería a ver nunca más. Ellos me prometieron que Rabinovich no podría encontrarme en la vida y que tenía que estar tranquila porque estaba segura.
¡Pues vaya seguridad que tenemos! Dicen que es el país más seguro del mundo. ¡Y un cuerno! Si esto fuera así, el 11-S, los asesinatos de Lincoln y Kennedy y el atentado de Boston; no hubieran ocurrido nunca.
Abro los ojos y respiro hondo. Pienso en ellos, en mis padres. Eran las dos personas más leales y sinceras que he conocido nunca. Eran los mejores padres que un niño quisiera tener. Y aunque pueda sonar falso e hipócrita, a mí no me importaba el dinero que tenían. Creedme. Para mí, el mejor momento del día era cuando mi padre llegaba de trabajar y me abrazaba. Recuerdo que siempre cenábamos los tres juntos y yo les contaba lo que había hecho en el instituto.
Era la chica más alegre y más feliz del planeta hasta que él entró en mi vida. Cuando lo vi por primera vez supe que me traería problemas. Sin embargo, nunca pensé que sería capaz de hacer lo que hizo... ¡Y es que mató a mis padres y lo hizo además sin darles la oportunidad de defenderse! El muy cobarde...
Una lágrima baja por mi mejilla e intento tranquilizarme. Pongo mis manos sobre la mesilla de noche y respiro hondo. Estoy asustada y confundida y no sé qué hacer.
Qué gracia, ¿no? Casi diez años después de lo ocurrido, vuelve a aparecer en mi vida. Supongo que es el destino.
¡Un momento! ¡Eso es! El destino. ¿Y si esta es mi oportunidad de superar mis traumas y demonios del pasado, enfrentándome a él? ¿Y si el destino me está poniendo a prueba? Porque que yo sepa, no existe una manera más eficaz de dejar atrás un miedo que enfrentándose a él.
¿Y si acepto la misión? Sé que puede parecer una locura y puede que lo sea pero es mi última oportunidad, mi última oportunidad de ser feliz para siempre.
Estos últimos cinco años que he pasado con Finn, han sido los mejores de mi vida pero si soy totalmente sincera, tengo que admitir que siempre me ha faltado algo para estar bien conmigo misma. Y este es el momento de llenar este vacío que tengo dentro.
Aunque Finn me haya ayudado mucho con mis traumas, hay cosas que tengo que resolver yo sola. Cosas como asesinar al tipo que ha arruinado mi vida...
Oigo como la puerta de nuestra casa se cierra y también oigo motores de coches encendiéndose. Deduzco que nuestros amigos se han ido y que nos hemos quedado Finn y yo solos. Supongo que esta no es la comida que todos habíamos deseado.
Salgo de la cama y bajo las escaleras. Voy hacia el salón y veo a Finn sentado en una de las sillas con la mirada perdida. Levanta la cabeza cuando me ve.
- ¡Rachel!- grita sorprendido.- Creí que estabas durmiendo.
- Me ha despertado un ruido.
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KILLERS OF THE NIGHT
Fiksi PenggemarNo son asesinos corrientes, no son terroristas ni traficantes; sólo se ocupan del trabajo sucio del Gobierno estadounidense. Su trabajo es acabar con todos aquellos individuos que ni el FBI ni la CIA pueden. Son los mejores, sólo ellos pueden acabar...