CAPÍTULO 3: "DOBLE R"

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5 de enero de 2017. Kimpton Hotel Vintage, Seattle. 8:05 de la tarde

POV RACHEL

Me miro al espejo y suspiro. Empiezo a sentir pinchazos en el estómago e inevitablemente pongo las manos sobre la barriga y bajo la cabeza. Sólo son nervios me repito una y otra vez. Siempre me pongo nerviosa antes de un misión y nunca he entendido el por qué. Nunca he terminado de entender la razón por la que me preocupo tanto cuando al final siempre sale tal y cómo lo hemos planeado.

Sin embargo, últimamente siento una sensación extraña. Algo parecido a un mal presentimiento. Tengo la intuición de que algo malo va pasar y me preocupa mucho.

Subo de nuevo la cabeza y me vuelvo a mirar al espejo. Veo como a mí vestido rojo y largo le quedan apenas dos dedos para llegar al suelo; y cómo mi escote elegante pero sensual, deja mucho que desear. Observo como mi pelo castaño y aparentemente liso se ondula con facilidad y como mis ojos y labios resaltan por el maquillaje que me he puesto.

El vestido me queda como un anillo al dedo. Lo cierto es que estoy muy atractiva. Definitivamente Kurt, es un especialista en moda. Él siempre nos proporciona los trajes y vestidos más adecuados para cada misión.

Respiro hondo y miro el reloj. Las ocho y diez de la tarde. Ha llegado la hora de pasar a la acción. Me aparto del espejo y cojo la pistola de encima de la cama de la habitación del hotel. La cargo, la coloco en mi muslo derecho y me pongo unos guantes de cuero de color negro. Luego, cojo el cianuro que está encima de la mesita de noche, lo pongo en el bolso y hago lo mismo con el otro par de guantes del mismo color que los otros. Me coloco el bolso en mi hombro izquierdo, apago las luces y salgo de la habitación. Bajo por el ascensor y pago la cuenta del hotel.

Salgo a la calle y camino hasta un callejón oscuro dónde están esperándome Santana y Noah.

- Llegas tarde.- me recrimina la latina.- Siempre llegas tarde.

- Mentira.- contesto.- Hemos quedado a las ocho y cuarto y todavía queda un minuto.

- Como digas, enana.- me dice algo enfadada.

- Chicas...- interviene Noah.- Tranquilas. Que haya paz.

- Bien.- digo.

- Perfecto.- dice Noah.- ¿Quién tiene los micros?

- ¡Joder Puck!- dice la morena.- ¡Ya sabes que los tiene Rachel! ¿Por qué cada vez que tenemos una misión preguntas quién tiene los malditos micros, cuando sabes perfectamente que los tiene Berry? Eres un pesado, tío.

- ¿Te puedes tranquilizar Santana? No sé qué es lo que te pasa últimamente, pero estás insoportable.

- ¿Insoportable yo? Pero si eres tú el que siempre va haciendo el imbécil por ahí. Eres un idiota, ¿lo sabías?- ¡Oh no! Ya empezamos... Estos dos siempre están igual... No sé cómo lo hacen pero siempre acaban discutiendo.

- ¿Podéis parar de una vez? ¡Al final vamos a llegar tarde!- meto mi mano izquierda en el bolso, cojo los micros y se los doy. Cuando los tienen se los colocan en las orejas. Yo hago lo mismo con el mío.- ¿Blaine, Quinn; nos oís?- pregunto des del auricular.

- Como la seda.- contesta Blaine.

- ¿Finn tú también?- pregunto.

- Perfectamente, cariño.- sonrío.

- Muy bien.- dice Quinn.- Blaine y yo estamos en una furgoneta aparcada justo delante del Mediterranean Inn Hotel. Seguiremos vuestros movimientos des del ordenador a partir del momento en que os coloquéis los microchips.

KILLERS OF THE NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora