CAPÍTULO 11: COMO DOS GOTAS DE AGUA

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1 de abril de 2017. Residencia de los Hudson – Berry, NY. 12:15 de la mañana

POV FINN

- ¡Oh Finn! ¡Me encanta, mi vida!- gime Rachel mientras está desnuda a horcajadas de mí en nuestra cama, haciéndome el amor. Llevamos toda la mañana así, haciéndolo casi sin descanso. Hay veces, como hoy, que se nos va la pinza por completo y nos comportamos como dos salvajes. Supongo que es una de las consecuencias del loco amor que nos tenemos el uno al otro.

- Esto es, cielo. Déjate llevar.- le digo mientras una de mis manos viaja a uno de sus pechos, acariciándolo; mientras que la otra se centra en su cintura.

- Mmm, Finn. No voy a aguantar mucho.- acelera sus movimientos y las penetraciones son cada vez más profundas. Clava sus uñas en mi pecho para contenerse y hago una pequeña mueca de dolor. Pero no se detiene, ahora no puede. Ni yo tampoco. La miro y veo que cierra los ojos y que echa la cabeza hacia atrás por el placer que está sintiendo.

- Rachel.- gimo. Coloco de nuevo en su cintura, la mano que tenía en su pecho y sin previo aviso me siento en la cama con ella encima de mí. Detenemos nuestros movimientos durante unos segundos. Me mira confusa.- Lo siento, cielo. Es que necesito hacerlo así.- le digo agitado. Me sonríe, nos besamos y entro en ella de nuevo. Gemimos al instante y Rachel vuelve a coger las riendas de la situación con la diferencia de que ahora puedo besarla por todas partes y eso lo hace aún más placentero que antes.- Te quiero.- le susurro al oído, luego le muerdo el lóbulo de la oreja y ella grita de deseo.

- Y yo a ti.- y nos besamos, aunque el beso queda interrumpido por nuestros gemidos. Nos falta muy poco a los dos así que le acaricio la espalda, la acerco más a mí y le muerdo ligeramente el cuello. Le susurro a la oreja.

- Vamos mi amor. Dámelo. Sé que no te falta nada.- le doy un beso en el lóbulo.- Córrete para mí, Rachel. Estás tan sexy cuando lo haces...- y entonces, un grito gutural sale de su garganta y un poderoso orgasmo sacude su cuerpo. Se debilita por completo y la sujeto por la espalda para que no se caiga pero mis penetraciones no se detienen, no hasta que al cabo de unos segundos me libero yo también. La abrazo y nos quedamos así durante unos minutos. Luego nos acostamos en la cama y Rachel coloca su cabeza en mi pecho como si fuera un cojín.

- Esto ha sido de otro mundo.- dice después de darle unos cuantos besos a mi torso.

- Sí. Ha sido increíble.- cierro los ojos.

- Estamos un poco locos, ¿no crees?- abro los ojos y la miro.

- ¿Por qué?

- No lo sé. Llevamos toda la mañana en la cama haciendo el amor. ¿No es un poco depravado?- dice medio bromeando.

- En absoluto. Hacemos el amor porque nos queremos y porque eres increíble en la cama.- le guiño un ojo y se ríe. Me encanta hacerla reír. Su risa es mi sonido favorito.

- Hombre, a tú tampoco se te da nada mal esto. ¿Verdad señor Dios del Sexo?- sonrío.

- Yo no soy ningún Dios del Sexo.- le contesto con sinceridad.- Yo sólo quiero darte todo el placer que pueda.

- Pues permita que le diga Sr. Hudson, que lo hace estupendamente.

- Me alegro mucho de esa noticia, Srta. Berry.- y se ríe.

- ¡Pero qué bobo eres Finn! Ya sabes que me encanta cómo eres en la cama. Llevo 5 años diciéndotelo...- Se levanta para mirarme a los ojos y le aparto un mechón de pelo.

KILLERS OF THE NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora