CAPÍTULO 24: DE ALEGRÍAS Y CURACIONES

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POV RACHEL

- ¿Finn?- digo incrédula.

- Rachel...- dice con dificultad abriendo los ojos muy lentamente. ¡Dios mío! ¡Es un milagro! ¡Se ha despertado! ¡No puedo creerlo!

- ¡Finn!- me tiro sobre él, me abraza y yo empiezo a llorar desesperadamente sobre uno de sus hombros. Lo he pasado tan y tan mal y ahora él al fin se ha despertado... Necesito sacar toda la angustia que tengo en mi interior.

- Mi querida, Rachel.- dice con una voz muy débil. Me acaricia el pelo. Me separo de sus hombros para mirarlo frente a frente. Me saca las lágrimas y sonríe.

- Aún no puedo creerlo.- digo lloriqueando.- Lo he pasado tan mal estas semanas. Creí que te perdía...

- Esto no va a pasar nunca, ¿me oyes? Nunca. Yo siempre estaré contigo para amarte y para protegerte. Te lo prometo.

- ¡Te quiero muchísimo!

- ¡Y yo a ti mi amor!- nos acercamos un poco y al fin nos besamos después de casi dos meses. Es un beso dulce y tierno pero juro que es el mejor beso que me han dado jamás.

- Te he echado muchísimo de menos.- le cuento.

- Lo sé.- me aparta un mechón de pelo.

- Y con esto quiero decirte que lo siento.- le digo con sinceridad.

- ¿Sentir? ¿El qué?

- Ya sabes, si hubiese matado a Rabinovich cuando tuve la oportunidad, no te habría apuñalado y ahora no estarías aquí.

- ¿Qué?- grita sorprendido.- ¿Pero de qué estás hablando? ¡Esto no fue culpa tuya! Nos manipuló a los dos, Rachel. Los dos nos quedamos hipnotizados por sus palabras. Tú no pudiste hacer.

- Pero...- intento decir.

- ¡Basta! No quiero que pienses eso, ¿vale?- asiento con la cabeza.- ¿Y cómo está mi pequeñín?- pone una mano sobre mi vientre y sonrío.

- Está muy bien. El médico dice que el embarazo evoluciona a la perfección.

- No sabes cómo me alegra oír eso.- dice sonriendo.

- Y respecto a eso, creo que tengo que contarte una cosa que pasó hace unas semanas y que afectó al bebé.

- Joder, Rachel. Me estás asustando.- respiro hondo.

- Resulta que como estaba tan deprimida por todo lo que te estaba pasando, dejé de comer y de dormir y claro, adelgacé mucho. La cuestión es que la falta de alimentos y de sueño provocaron que...- No puedo terminar la frase.

- ¿Qué provocaron? Rachel, por favor. Me estás matando.

- Provocaron que tuviera un simulacro de aborto.- Se queda completamente congelado. Me doy cuenta de que no puede articular ninguna palabra por el disgusto que le acabo de dar. Está muy triste, lo veo en sus ojos. Pero sé que en su interior está aliviado de que todo haya salido bien.

- Vaya...- dice al cabo de unos minutos.- Tengo que admitir que no me hace ninguna gracia que hayas puesto en peligro la vida de nuestro hijo de esta manera. Pero no estoy enfadado contigo, Rachel. Sería muy injusto contigo si lo estuviese.

- ¿No lo estás?- pregunto muy sorprendida.

- Claro que no.- dice sonriendo.- Te entiendo, cielo. Estabas fatal por lo que me había pasado y sólo tenías ganas de tirarte en una cama y llorar como si no hubiera un mañana.- ¿Cómo lo sabe?- Lo sé porque yo hubiera actuado igual que tú si la situación hubiera sido al revés.- respira hondo.- Sé que te sientes mal contigo misma y que si le hubiera pasado algo al niño, no te lo hubieras perdonado nunca.

KILLERS OF THE NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora