CAPÍTULO 22: NO PUEDO VIVIR SIN TI

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25 de mayo de 2017. Hospital Good Samaritan, Los Ángeles. 2:05 del mediodía

POV RACHEL

Han pasado diez días des de que matamos a Rabinovich y parece que la felicidad no quiere ni acercarse a nosotros.

Después de que Rabinovich acuchillase a Finn, nuestros amigos llamaron a una ambulancia y se lo llevaron al hospital más cercano. Tuvieron que operarlo de urgencia y consiguieron cerrarle la gran herida que tenía en el estómago. Sin embargo, el médico nos dijo que había perdido mucha sangre y que había entrado en un estado de coma...

Dijo que la hemorragia fue tan fuerte y duró tanto tiempo que no le llegó suficiente sangre al cerebro para poder reaccionar. Ahora está en una habitación de hospital lleno de cables por todo el cuerpo y con un respirador. Parece un fantasma de lo que era antes. Sus ganas de vivir, su simpatía, su sonrisa... Todo esto se ha desvanecido. Ya no queda nada de su vivacidad.

No obstante, lo peor de todo es que no sabemos cuándo despertará, si es que despierta algún día. Estoy empezando a perder la fe de que lo haga... ¡Y es que lleva 10 días así y no ha mejorado nada! Lo veo allí tumbado con los ojos cerrados y respirando profundamente. Parece que se quedará así para siempre ¡y no puedo soportarlo!

No puedo soportar ver a la persona que quiero más en este mundo así. Le prometí que cuando todo esto terminara estaríamos juntos para siempre junto a nuestro hijo. Pero no ha sido así. Ni la cosa ha terminado cómo queríamos ni Finn está conmigo para criar a nuestro futuro hijo. Vete a tu saber. Puede que no lo conozca nunca...

¡Maldito Rabinovich! Me ha provocado más problemas ahora que está muerto que cuando estaba vivo.

¿Por qué las cosas no pueden salir bien una vez? ¡Sólo una!

Aunque tengo que admitir que yo tengo parte culpa de lo que le ha pasado Finn. Primero le insistí para rencontrarme con Rabinovich y luego cometí un error de novata, dejándome manipular por el psicópata este, ¡debería de haberlo matado de primeras!

Un solo error puede significar seguir con vida o morir. Yo he cometido dos errores y estas son las consecuencias.

Y dicho esto, sé que os estaréis preguntando qué piensa James sobre todo esto porque aunque lo avisase antes y le advirtiera de que esta vez habría sangre, evidentemente no le dije nada sobre el asesinato de los guardaespaldas de Rabinovich y menos sobre el coma de Finn. Así que lo llamé y le conté todo lo ocurrido con Finn y lo entendió perfectamente. Me dijo que el Gobierno se ocupará de encubrir la muerte de Rabinovich y de sus guardaespaldas y deseó de todo corazón que Finn se recuperase pronto. También me dijo que nos concederá unas mini vacaciones mientras Finn se encuentre en este estado.

Lo cierto es que se ha portado muy bien con nosotros. Al menos hay algo positivo en todo esto.

Respiro hondo y abro el grifo del baño del hospital. Me mojo la cara e intento disimular que he estado media hora llorando como una desesperada. De hecho, esto es lo único que he hecho estos diez días: llorar. No puedo comer, no puedo dormir, sólo puedo llorar. Supongo que esto es lo que siente cuando al amor de tu vida le pasa algo así, ¿no?

Miro mi muñeca, justo en el lugar dónde me dio la bala que disparó Rabinovich, y observo algunos de los puntos de sutura que me dieron para cerrar la herida. Luego, pongo mi mano derecha encima de la barriga, trasladándome al disparo de Rabinovich a esta parte de mi cuerpo. Al menos cuando el médico me revisó de arriba abajo después de ingresar a Finn, me dijo que todo estaba bien y que el bebé estaba perfecto.

Gracias Kurt, por poner a salvo la vida de nuestro futuro hijo.

Cierro el grifo y veo a Noah y Blaine sentados en un banco del pasillo del hospital. Presumo que los otros están en la habitación donde se hospeda Finn.

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