CAPÍTULO 4: CICATRICES Y MALOS RECUERDOS

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6 de enero de 2017. Residencia de los Hudson-Berry, NY. 1:35 de la tarde.

POV RACHEL

- ¡A comer chicos!- digo llevando las bandejas a la mesa para comer.

- ¡Ya vamos!- dice Noah.

- Ya que estás tan entusiasmado para comer podrías parar la mesa.

- ¡Si señor!- dice.

- Idiota.- y para la mesa.

Hoy, como todos los sábados comemos todos juntos en nuestra casa. Cuando llevábamos tres meses trabajando juntos, acordamos que cada sábado organizaríamos una comida para preservar nuestra amistad y alejarla de alguna manera de las cosas desagradables que ocurrían en nuestro trabajo. Pactamos que conservaríamos nuestra amistad, costase lo que costase; y de este pacto nació una bonita tradición.

- Ya lo he hecho.- dice Noah cuando ha terminado de parar la mesa.

- Perfecto.- le sonrío.

- ¿Qué has hecho de comer?- pregunta con curiosidad.

- Menestra de verduras con solomillo con patatas y de postre, pastel de chocolate.

- Mmm. ¡Qué bueno! ¿Pero tú no eras vegetariana?

- Y soy vegetariana.- aclaro.- Yo comeré verdura y una ensalada buenísima que tengo guardada en la nevera.

- Pues muy bien.

- ¡Chicos! ¿Podéis venir de una vez? ¡Qué esto se va a enfriar!- todos se levantan del sofá y se sientan a la mesa, excepto Finn que no sé dónde está.- ¿Dónde está Finn?

- Ha ido a coger una botella de vino de la bodega.- contesta Kurt.

- ¿Ahora?- digo un poco moleta.- ¿No podría ir antes?- justo en este momento, aparece Finn por la puerta.- ¿Dónde estabas?- le digo algo enfadada.

- He ido a buscar una botella de vino de la bodega.- dice con una sonrisa.

- ¿Y tenías que ir ahora? Has tenido toda la mañana, Finn.- Estoy muy molesta con él.

- ¡Uy!- dice mientras deja la botella de vino sobre la mesa.- Veo que alguien está algo nerviosa.- camina hasta a mi lado y me rodea con los brazos. Yo intento salir de su agarre pero no puedo. Es más fuerte que yo.

- ¡Finn déjame! No estoy de humor.- me hace girar sobre mis talones poniéndome cara a cara.

- ¿Puedes tranquilizarte, por favor?- me quita un mechón de pelo de la cara.- ¿Qué te pasa, Rach? Te veo algo distante.

- No lo sé.- le contesto sinceramente.- Estoy algo nerviosa.

- Pues estate tranquila.- suspiro y luego le miro. Tiene razón, estoy algo nerviosa. Más bien, muy nerviosa. Y está claro que he pagado mi nerviosismo con él.

- Lo siento, Finn. Lo he pagado contigo.

- No pasa nada, cielo.- nos miramos a los ojos y nos besamos.

- ¿Podéis parar de comeros la boca y venir a comer? ¡Qué tenemos hambre aquí!- dice Santana.

- ¡Ya va!- digo ahora con una sonrisa en la cara. Me siento en mi lugar y Finn se sienta a mi lado. Sirvo la comida y comemos todos juntos hasta que llega el postre.- Y ahora el postre.- digo.

KILLERS OF THE NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora