Era imposible pasar entre la multitud, mi objetivo era salir rápido de aquel lugar por si alguien decidía seguirme, sin embargo, gracias a una pareja que bailaba alegremente a mi lado terminé azotando en el suelo. Resoplé fastidiada, la noche iba de mal en peor.
Alguien me tendió la mano, la cual acepté.
─gracias ─dije, sólo para volverme a topar con el rostro de Rosario.
─¿ya te vas? ─Pregunto mientras me tomaba del brazo, asentí con la cabeza ─¿puedo regresar contigo? Ya sabes, no me encanta tomar taxi a estas horas y tu casa queda cerca de la mía...
Volví a asentir, la idea no me agradaba pero andar sola por la calle era mucho peor que viajar en coche con la chica.
Salimos para refrescarnos con la brisa de la madrugada, tome una gran bocanada de aire sintiendo pequeñas agujas en mi garganta, estaba aturdida y para esos momentos comenzaba a punzar mi cabeza. Nos quedamos paradas esperando a que pasara algún taxi, pero por alguna razón aquella gran avenida estaba vacía.
La pálida muchacha me observaba un tanto preocupada, había varios borrachos en la entrada del lugar y no era ninguna sorpresa que en algún momento se acercaran a platicar con nosotras.
─Majo ─chillo la chica ─¿crees que podamos ir a la otra avenida? Tal vez por ahí pase algún taxi ─termino. Hice una mueca, nunca era buena idea moverse de lugar, pero tenía prisa.
─Está bien....
...
Ferrán.
Todos me observaban como si me quisieran matar, nadie decía nada pero parecía que podía leer sus pensamientos así que levante las manos enfrentándolos.
─¡¿Qué?! Solo digan lo que tengan que decir, no soy el de la culpa ─agregué orgulloso. Sabía bien que sí, pero por alguna extraña razón me había molestado con Cuervo y sin pensarlo mucho respondí agresivamente. Entonces, Alyiana (como era de esperar) fue la que se acercó y empujó.
─¡Vas en este momento a disculparte! ─soltó. Volví los ojos al techo ─es en serio Ferrán, ¿qué no ves que acaba de ocurrir? Se supone Majo no debería de estar por su cuenta o ¿qué acaso no recuerdas el tremendo regaño que nos diste tras venir solas la última vez?...
¡Chingado! Seguro me matarían, no debí permitir que saliera huyendo. Tomé mi chaqueta y guarde lo que debía en mis bolsillos.
─¡Y será mejor que te disculpes por tu estúpido comportamiento! ─agrego entre gritos mientras bajaba las escaleras.
Me moví ágilmente entre la gente sólo para que una borracha me halara hacía sí en aras de que bailase con ella, la siguió lo que pareció su novio quien al ver a su chica abrazada a mí, quiso asesinarme con la mirada; de inmediato levanté los brazos y zafé sin pensarlo, dándole a entender que no tenía culpa alguna en lo sucedido, entonces, procedí a huir.
Creí librarme de los percances, sin embargo, en la salida me detuvo un guardia de seguridad, quien al verme tan apresurado opto por detenerme y revisarme de pies a cabeza con la mayor calma del mundo. "No cabrón, no traigo drogas" pensé.
─¡güey apúrate! ─solté furioso, el guarura se levantó intentando intimidarme, me doblaba el tamaño pero jamás podría contra mí. No habían pasado ni diez minutos de que María José había salido, tenía que ser rápido.
─¿te crees muy gallo? ¿Crees que puedes conmigo? ¡Inténtalo, cabrón! ─agregó dando unos cuantos pasos hacia mí, me mantuve con la cabeza alta. La sangre comenzaba a hervir, una pelea de vez en cuando era buena para un lobo como yo, pero no era el momento; tenía que ir por la damisela. Retrocedí un paso.
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El Pacto Tequila
WerewolfHay pactos que se cierran con sangre, otros con mucho tequila. María José Cuervo Aguirre es una chica decidida y romántica, quién está por comenzar el viaje de sus sueños junto a su mejor amiga, sin embargo, este se ve interrumpido por una hórrida n...