Había pasado una semana desde lo ocurrido en el congelador; para mí suerte, seguía siendo la plática del lugar entre los de servicio y mis amigas, las malas bromas no paraban y Ferrán no contribuía a mi favor, en cambio, prefería darme en mi orgullo diciendo que me derretía por él y afirmando todos las habladurías que le preguntaran por más obscenas que fueran. Ali, como toda buena amiga, era la primera en seguir con los chistes por lo que mi único consuelo era Gerardo que pasaba un largo tiempo conmigo hablando sobre la chica de cabellos negros y Luis Javier que me defendía a capa y espada, negando lo rumores.
Había platicado a Pato la situación, con lo cual (y como era de esperar) se carcajeo durante un buen rato y después compadeció, explicando que no debería de tomar gran importancia. Así con sus palabras en mente, me encontraba esperando a Ferrán, quién se arreglaba para nuestra "primera cita" obviamente forzada por la organizadora de la boda.
─a que se tarda una hora más ─dije a Gerardo mientras tomaba un puño de palomitas del recipiente que tenía el chico.
─sigo sin entender porque, pero los hombres lobo suelen tardarse bastante en arreglar. Tal vez al quitarse las pulgas o algo parecido ─agregó el chico, comencé a reír a carcajadas.
─sí, sí. ¿Podemos ver el video de guapos? ─comentó Ali mientras robaba más palomitas, los otros dos asentimos, nos desparramamos en el sillón y por fin ella reprodujo el video.
En la gran pantalla comenzaron a aparecer los típicos videos que encontrabas en alguna red social con un sinfín de actores, cantantes y bailarines sin camisa. Las dos chicas opinábamos y soltábamos halagos poco apropiado, mientras que el hechicero nos soltaba algún chisme extraño del que se había enterado; los tres moríamos de risa hasta que apareció frente a nosotros uno de nuestros grandes amores. Charlie Hunnam.
El silencio reino la habitación, contemplándolo en su mejor papel hasta ese momento, "Jax Teller de Son's of Anarchy", ambas chicas babeamos.
─¿Por qué no puedo tener a un hombre como él? Ya sabes, motocicleta, matón con un gran corazón y que luce bien en lo que sea, ya sabes... perfecto ─agregué. Entonces, fue entrando a la sala Ferrán usando un atuendo similar al actor.
─aquí me tienes ─dijo con una sonrisilla burlona.
─¿Por qué? ¿por qué tienes que aparecer con algo parecido? ¿Por qué chingados tienes que lucir así? ─dije embarrada en vergüenza, era injusto que la vida siguiera jugando así conmigo.
─porque a las mujeres como tú, les gusta el cuero y yo tengo mucho ─terminó. Ali se levantó echa un tomate y comenzó a reír a carcajadas, yo enarqué una ceja y miré confundida a Gerardo que parecía estar en las mismas que yo.
─¡eres un puerco! ─aumentó Ali entre risas. ¡Oh, okay! Típica frase de doble sentido de la cual entendería lo mínimo, volví los ojos al techo y me levanté sintiendo lastima de abandonar aquel momento tan entretenido.
Con una miradilla observé al hechicero y le dije que llevara a cabo el plan malévolo. Debía aprovechar todas las oportunidades en las que pudiera estar solo con mi mejor amiga; habíamos quedado que en un futuro cercano intentaría dar una vuelta por la hacienda para así tener una plática más íntima. Él asintió entendiendo a lo que me refería, así que un poco ansiosa por él, abracé a ambos amigos y partí detrás del lobo que parecía no importarle mi presencia.
─¿por qué no te arreglaste? ¿Qué no se supone estamos en una cita? ─preguntó sin siquiera dirigirme la mirada, me observé en el espejo más cercano, iba bastante decente para un cita con él, botas con cinta, jeans, blusa negra y chaqueta negra. Era lógico que andaríamos en moto.
Abrió la puerta principal y comenzamos a bajar las escaleras.
─lo hice...
─sí, sí. Bueno creo acertaste en nuestro medio de transporte, súbete ─dijo tendiéndome un casco; encendió la motocicleta y me senté tomándole fuerte por la cintura, tenía gran miedo de que fuera a manejar como perro endiablado.
─por fin demuestras algo de afecto ─agrego antes de acelerar e introducirse entre los árboles.
Manejo por poco rato, bajo a carretera y después volvió a subir por un camino poco visible. Entre subidas y bajadas terminamos en una pequeña laguna; estaciono la moto debajo de un árbol y se quitó el casco; tenía que aceptarlo, lucía bien; cerré los ojos y agradecí que mi rostro no era visible en aquel momento.
─bueno... ¿qué vamos a hacer para salir de esto? ─soltó sin siquiera esperar a que acomodara el casco en el asiento, negué con la cabeza y me quité la chaqueta.
─he estado pensando en que hacer, pero se reducen las opciones. Prácticamente llevamos un mes viviendo juntos y siendo sincera, no sé qué hago ahí...
─¿por qué no escoges a Luis Javier y ya? Es fácil....
─okay, y así tu quedas libre, claro es fácil. ¿Qué parte de no me quiero casar a los veintiún años no entiendes?..
Ambos soltamos un suspiro, era claro que teníamos que salir de ello juntos; me acerqué al agua cristalina tentada a meter los pies al agua, me senté cerca de la orilla y en cambio observé como la brisa levantaba pequeñas olas.
Entonces, sonó mi celular. "que buena recepción" pensé, observé mi pantalla y volví los ojos al cielo, de todas las llamadas tenía que ser ella.
─bueno ─conteste.
─¡Hola prima! ¿Cómo estás? ─escuche.
─bien y ¿tú Rosita? ─agregue un poco molesta. No la odiaba, en realidad todo lo contrario, ella y sus hermanos eran los únicos primos con los que me llevaba bien, sin embargo, en aquellos momentos envidiaba su suerte, no tenía por qué preocuparse para escoger un esposo en menos de seis meses.
─súper, más emocionada que nunca. ¿Por qué adivina quién vuelve a México?....
─¡oh! ¿Para verano? Hubieras dicho algo para prepárame ¿A dónde vamos para esta ocasión? ─dije, era normal que viajáramos de mochilazo dentro del territorio nacional; por el otro lado de la línea escuché a mi prima reír.
─no, no. Nada de eso boba, ¡regresó a vivir a México! Tardé en convencer a mi padre pero finalmente aceptó y ya tengo casi todo listo, así que nos vemos en julio prima...en fin, solo quería compartir la buena nueva, me despido que pronto pasan mis amigas por mí...
Entonces me vino una idea a la cabeza, colgué y me volví hacia Ferrán.
─oye, ¿Cuál fue el proceso de selección de los prometidos? y ¿Cuáles son las razones válidas para que deje de ser parte del tratado? ─pregunte. El chico enarco una ceja.
─el proceso de selección es arduo. Primero se busca a los solteros que están en edad casadera y se analizan sus condiciones, en mi caso, pase la primera fase solamente porque es bien sabido que mi luna murió hace tiempo ─comenzó, supuse que hacía referencia a alguna novia muerta, tendría que preguntar a Gerardo.
─conforme a Luis Javier, no tengo idea de cómo lo escogieron, pero en fin, después investigan que tipo de persona eres, que te gusta, personalidad y finalmente se escogen dos chicos que puedan encajar bien con el perfil de la prometida, es estúpido, ni siquiera te preguntan si quieres hacerlo, te obligan a ello ─¿en serio habían creído que Javi y Ferrán encajaban conmigo? Sobrenaturales bobos, era claro que se habían equivocado. El lobo entonces me observo y bajo la cabeza en negación ─contigo la cosa cambia. Es prácticamente imposible a menos de que murieses o que por obra del destino descubrieses que no eres Aguirre...
─y ¿si se considerara que existe otra Aguirre, quién se supone era la prometida original y vuelve a México en julio?....
─¿Hay otra Aguirre? Eso es nuevo, pero en efecto si era ella la candidata principal los líderes la considerarían de nuevo para el pacto... tú quedarías libre....
Sonreí, ya teníamos nuestra cuartada. Sólo teníamos que fingir hasta la llegada de Rosa, podría alargar mi indecisión hasta julio y en cuanto ella pusiera pie en México tendría que ocupar mi lugar; explique aquello al pulgoso quien parecía satisfecho con la situación.
─Seremos amables el uno con el otro entonces ─dijo el chico.
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El Pacto Tequila
Manusia SerigalaHay pactos que se cierran con sangre, otros con mucho tequila. María José Cuervo Aguirre es una chica decidida y romántica, quién está por comenzar el viaje de sus sueños junto a su mejor amiga, sin embargo, este se ve interrumpido por una hórrida n...