Alyiana.
María José gruñía mientras intentaba ponerse un short que parecía no le quedaba en lo absoluto, estaba frustrada y empeñada en que aquello lo había comprado hacía un mes.
—¡No lo entiendo! este me quedaba gigante. Y no sólo es esto, todo mi closet se ha visto reducido hasta dos tallas —soltó perdiendo la paciencia.
—de seguro ganaste un poco de peso es todo —dijo Luz Mariana quién como yo estábamos sentadas en la cama observando el espectáculo.
—¡calla, no digas eso!...
Comencé a reír, si algo molestaba a Majo es que le dijesen aquello; finalmente terminó venciendo el short a lo cual mi ahijada y yo nos sentimos un tanto incómodas. No lucía mal, más bien todo lo contrario, pero junto con aquella blusa escotada y ombliguera parecía lista para aparecer en alguna revista para hombres.
—¿segura que quieres dar la vuelta por ahí con ese look? Digo, luces increíble pero no quisiera que Javier o Ferrán se te vayan a echar encima en cuanto te vean —añadí.
—¿qué quieres que haga? Te juro es lo único que me queda medio bien. Tú sabes perfectamente que no me gusta la ropa ajustada pero no tengo otra cosa....
Sabía que algo interesante se desembocaría, así que sin esperar a que pasara otro minuto de diversión, les dije al par de hermanas que procediéramos con el plan del día; había logrado convencer a todos de que celebráramos la llegada de la primavera con unas hamburguesas y albercada y que mejor que aprovechar aquellas diversiones antes de que mi niña favorita partiera a los brazos de su madre y me abandonara con el gran caos que era organizar la boda.
Llegamos a la cocina e hicimos lista de todos los ingredientes que necesitábamos para preparar nuestros platillos y finalmente nos dividimos las secciones de la cocina; entonces entró Gerardo y soltó un gritillo cuando vio a la castaña intentar alcanzar los panecillos de una de las alacenas, la última completamente apenada se pegó a la pared más cercana y se cubrió con los brazos como si aquello la fuese a proteger.
El hechicero dio tres grandes pasos hacia ella y sin dejarla esconderse entre las cortinas, la halo del brazo e hizo que diera una vuelta para contemplarla.
—¡Santa diosa luna! Luces demasiado sexy para existir —comento el chico sin dejar de contemplarla de pies a cabeza —me he convertido en tu fan número uno, eres completamente perfecta cariño...
—gracias —comentó la halagada entre risas nerviosas.
—ahora, la pregunta del millón. ¿Por qué chingados no te estás tomando una candente sesión de fotos con este outfit tan atrevido?...
¡Oh, ahora sí se venía lo bueno! Comencé a echar unos brinquitos apoyando la idea del chico, Majo intento excusarse e intentó negarse recurriendo a su as bajo la manga, la chica de dieciséis años que la mandó por un tubo exigiendo que obedeciera a la petición de Gerardo.
—¿qué hay de las preparaciones para la comida? —pregunto Majo.
—no pasa nada, le diré a Alfredo que él y los demás se encarguen de ello —añadí para que no tuviera escapatoria.
Sin más que añadir el chico hizo aparecer todo un estudio en la cocina para así empezar con la labor; en un principio (como era de esperar) mi amiga se encontraba nerviosa mientras posaba como le pedía el chico, después de unos chistes se desenvolvió como si aquel hubiera sido su trabajo de toda la vida. Pasamos de locaciones al jardín dentro del establecimiento y sin más volvimos a la habitación para que la chica cambiara de conjuntos; fui yo la que se encargó de ellos pero por algún motivo termine posando con mi mejor amiga y pasando la responsabilidad a la más chiquilla del lugar.
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El Pacto Tequila
VârcolaciHay pactos que se cierran con sangre, otros con mucho tequila. María José Cuervo Aguirre es una chica decidida y romántica, quién está por comenzar el viaje de sus sueños junto a su mejor amiga, sin embargo, este se ve interrumpido por una hórrida n...