Alyiana.
Yacía tranquilamente en el sofá de la sala, tomando una margarita mientras trabajaba en algunas planeaciones de la boda; Amelia dormía en su habitación y Gerardo llevaba encerrado en la suya desde la noche anterior, el único ruido que embargaba el lugar eran los pasos pesados de Patricio y Ferrán, quienes arreglaban los últimos detalles para ir tras la castaña que había escapado del lugar, no faltaba mucho para que la hacienda se inundara de silencio y no podía pedir más. Sin embargo, llegó Alfredo, cargando el correo del mes, me lo tendió a la mano, señalando que la mayoría estaban dirigidas para mí. Bufé, aquello significaba no otra cosa más que trabajo lo que irrumpiría mi tranquilidad, agradecí a mi querido amigo y pase a revisar dirección por dirección intentado organizar y me detuve en el paquete más grande, que iba dirigido al hombre lobo, vi el remitente y sonreí. Parecía que el plan de contingencia de Majo rindió frutos justo en el momento adecuado.
—¡Pulgoso, hay correo para ti! —grité. El hombre lobo apareció, vestido de negro con su paliacate en la cabeza, no lucía mal, y conociendo a mi querida amiga, hubiera babeado un poco al verlo.
—¿puedes dejar de llamarme pulgoso? —dijo, a lo cual me negué. Le tendí el sobre y sin esperar a su soledad decidió abrirlo frente a mí, cuanto descaro, pero aquello me serviría para informar a mi amiga vía internet.
En cuanto arranco el envoltorio, quedo cual estatua sin poder parpadear, y cual Jellal de Fairy Tail el sonroso subió hasta sus orejas, hojeo rápidamente la revista, descubriendo más sorpresas para sí. Me volteó a ver, sin saber que pregunta formular.
—¿todo bien? —solté, fingiendo ignorancia. Él se mordió el labio intentando concentrarse.
—¿Qué chingados es esto? -soltó agitando la revista, encogí los hombros —no te hagas, también hay fotos tuyas...
Arrebate el objeto de sus manos, dando una inspección detallada. Verdaderamente que Gerardo era un genio, la sesión de fotos que nos había hecho hacia un tiempo relucía perfecto en la revista, que parecía ser un número muy especial. Sonreí.
—no sabía que la edición de este mes era el doscientos aniversario de la revista, nos tocó buena suerte...
—¿así que no lo niegas?,¿por qué lo hicieron?,¿cómo fue que las mandaron? Y ¿qué parte no entendieron de pasar desapercibidas?...
—¿qué tiene? Gerardo nos comentó que el dueño de la revista estaba muy interesado en hacer una sección sobre la chica del pacto tequila, después de escuchar las generosas contribuciones que se nos ofrecían no pudimos más que aceptar ¿qué tal que en una de esas encuentro al amor de mi vida?...
Ferrán comenzaba a gruñir.
—¿y Majo? —comentó entre dientes. Parecía que alguien estaba celoso y no lo sabía.
—pues pensamos que en el dado caso que todo se vaya a la goma, sería buena idea para buscar alguno que otro prometido... nunca sabes que puede llegar a pasar —dije con una sonrisilla para picarle más los nervios. Volvió los ojos para comenzar a refutar cuando le entro una llamada a su celular.
Contestó de inmediato y tras saludar al receptor bajo el teléfono y apuntarme con el dedo, me recordó que todavía no estaba a salvo para después llamar a Pato en un gritó para que viese el caos que se había armado, se retiró lo suficiente para poder conversar.
No tardó para que el cazador apareciera preguntando lo que había ocurrido, le tendí la evidencia volviéndolo loco en cuestión de segundos. Sin siquiera esperar a mi declaración comenzó a llamar a quien supuse era la editorial, se alejó y comenzó a despotricar en inglés pidiendo al dueño que retirara las fotos.
Todo aquello era demasiado divertido, por lo cual sólo los observaba. Volvió el lobo tratándose de contener.
—Será mejor que se arregle pronto, ya un amigo pregunto por ti Alyiana —dijo. Aquello me tomó por sorpresa.
—¡uh, lala! ¿Quién será?...
—un chico del norte de Europa, vikingo para ser exactos...
—pues suelta la sopa —agregué. Él se negó para después recibir otra llamada la cual contesto de inmediato.
Mi mejor amiga estaría complacida con los resultados ya que no sólo nos estaban pagando una cierta cantidad por las fotos, si no, habíamos logrado entrar exitosamente al mundo sobrenatural y detenido toda la operación para recuperarla. Tenía que aceptarlo, a pesar de ser imprudente de vez en cuando, sabía cómo lograr sus objetivos.
...
Majo.
Estaba conteniendo mi risa mientras mantenía el teléfono alejado unos cuantos centímetros, mi travesura con Gerardo había rendido sus frutos justo en el momento adecuado. Tanto el papá de mi prometido como el último no entendían bien que estaba pasando.
—¿todo bien? ¿qué paso? —solté en voz inocente.
—no te hagas María José, sabes a que me refiero. Casualmente decidí revisar una revista para sobrenaturales y para mi sorpresa estabas en la portada, y no sólo es eso; Ali y tú son la edición de oro para celebrar el doscientos aniversario, cuentan con cinco hojas enteras de una sesión de fotos candentes bajo el título "Humanas para ser devoradas". Estúpidamente creí que eran retocadas por un segundo hasta que María Alyiana confesó que las dos acordaron hacerlo... ahora tienes a Patricio intentando negociar con la gente de la revista para que las quite -agregó con rabia. Solté un suspiro.
—¿qué tiene de malo? Me iban a pagar y por otro lado no es como que estuviese desnuda, en todas las fotos uso ropa —dije.
—pero demasiado corta y ajustada, no dejas nada a la imaginación mujer, es una estupidez...
—bueno, ya sabes... "tal vez sea estúpida, pero soy tu estilo, ¿no? Ya sabes...buen cuerpo y todo eso —agregué respondiendo con las mismas palabras que había escuchado de sus labios cuando habíamos quedado encerrados en el congelador. El chico se enfureció mucho más.
—¿qué todo para ti es una broma? No tienes ni idea de cuantas llamadas he recibido de personas que me piden que cambie mi lugar con ellos, que si les puedo pasar tu número y que si no estarías interesada en conocerlos...
—¡oh vaya! No esperaba tan buena respuesta, ¿Algún buen pretendiente que me recomiendes? —solté.
—¡ya mejor cierra el pico y pásame a Luis Javier! No creas que no sé porque lo hiciste —comentó; solté una risilla, encantada por la situación. Finalmente decidí acceder y ceder mi teléfono al confundido vampiro, quién tras escuchar el relato me volvió a ver sonrojado para después intentar disimular su interés en ver las fotos excusándose en reprimirme a mí.
Reí con más ganas, escuché unas groserías de parte del lobo para después colgarle al rubio. Él último se quedó parado un segundo viendo a la nada y procedió a darme algunas indicaciones.
—me comentó Ferrán que Pato está intentando hacer un convenio con el de la revista para que quiten tus fotos, pero no saben si es posible por el mutuo acuerdo. Igual, como bien sabes mi querida Majo, hoy es una noche importante, no podemos permitirnos el que te arriesgues más así que mi padre y yo partiremos a realizar algunas cosas antes de nuestra misión y de ahí volveremos. Quiero que sepas que quedaras bajo custodia de algunos de nuestros subordinados mejor entrenados, para que no intentes nada, ¿okay? —asentí con la cabeza, Javier me daba demasiada ternura.
Tocaron la puerta y entraron dos trogloditas, que lucían serios, según el señor Antigua los nombres de mis guardaespaldas eran Renée y Mauricio, dos hermanos morenos y con unos rizos preciosos. Les pidió que me echaran bien el ojo y tras regalarme un abrazo salió de la habitación.
Mi prometido se acercó y tras darme un beso en la mejilla desapareció de la habitación.
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El Pacto Tequila
Hombres LoboHay pactos que se cierran con sangre, otros con mucho tequila. María José Cuervo Aguirre es una chica decidida y romántica, quién está por comenzar el viaje de sus sueños junto a su mejor amiga, sin embargo, este se ve interrumpido por una hórrida n...