Al rescate

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Ferrán.

Tenía agarrado a un vampiro por el cuello, cualquier movimiento en falso y le torcería el cuello para que perdiese la vida. Me volví al cazador quién yacía sentado sobre otros dos vampiros posiblemente muertos y después a nuestro alrededor donde quedaba el resto de cuerpos sumergidos en un charco de sangre.

La estrategia que habíamos diseñado no había salido del todo bien; tras cruzar la puerta adecuada nos encontramos con un pasillo que parecía llevaba a otra habitación, un troglodita la resguardaba y en cuanto aparecimos en su rango de visión se puso a la defensiva.

¿qué no es por aquí el baño? pregunté listo para asestar un buen golpe, sin embargo, mi acompañante fue más veloz. Una aguja termino clavada en su cuello, dejándolo inconsciente casi de inmediato, en cuanto comenzó a caer el chico a mi lado se acercó y evitó que cayera cual costal. Le dirigí una mirada de extrañeza.

¿Qué chingados güey?...

¿Qué? Tiene somníferos, es importante que escuchemos la conversación de quien sea que este del otro lado de la puerta, eso nos dará una ventaja sobre ellos susurró. Entonces en aquel momento fue cuando realice por completo que debía de tener cuidado con él, por más extraña que fuera nuestra relación, había sido entrenado toda su vida para cumplir con un cometido: matar. Y en dado caso eso me incluía a mí.

Nos pegamos a la ranura de la puerta, y aguzamos el oído. Alcancé a contar ocho figuras tal vez nueve, sin embargo, sólo visualizaba a un joven vampiro moreno que bebía a carcajadas de su copa.

Se dice que faltan tres meses comenzó alguien con una voz gruesa –en cuanto pasé su cumpleaños sabremos si pertenecerá a los hijos de Huitzilopochtli o Coyolxauhqui. ¿Quién imaginaría que así ensuciaríamos la sangre de nuestras castas?...

El señor Liborio estaba enrabiado al escuchar las noticias; no puede concebir la idea de que se siga protegiendo a una raza inferior. "¿Cómo puede ser posible?", decía mí amo cuando le conté sobre los sucesos, "ellos se han apropiado de nuestro mundo, de nuestra esencia, nos han borrado del mapa" comentó en un arranque de furia. Él pensó que después de cien años realizarían su error y eximirían por sus considerados pecados. Si recordamos bien, en su intento por detener esta aberración fue duramente castigado; su esposa e hijas violadas y asesinadas por las manos de nuestra propia gente, la mayoría de sus tierras expropiadas por los malditos cazadores y sus esclavos liberados como si esos asquerosos mereciesen derechos, y ahora no le queda más que esconderse cual fugitivo, esperando a que su hijo, nuestro querido señor Esiquio cumpla con su cometido dijo. Me volví a Pato con una sonrisilla, aquellas palabras nos confirmaban lo que queríamos saber, eran ellos a los que buscábamos, sólo teníamos que saber cuáles eran sus siguientes pasos.

He escuchado por voces que la chica los tiene hipnotizados comenzó el que parecía el más joven según los informes de unos, los dos cabrones prometidos a la humana hacen lo que ella diga..

¿Será cierto? En ese caso podría ser alguna bruja dijo otro.

O tendrá buenas caderas, me gustaría verla y juzgar por mí mismo. En una de esas y compruebo si la ramera tiene algún buen juego para traerlos como perros mendigando por comida terminó el joven.

¿Qué había dicho qué? En aquel momento ya no importó el maldito plan, me transforme y tras un gran impulso tire la puerta y caí sobre el vampiro, mordiéndolo por la mandíbula y arrancado un buen pedazo de carne, sonreí para mí al ver como se empapaba de escarlata. Después, me volví furioso hacia el resto, que estaban preparados para atacar, bufaron y enseñaron los dientes.

Uno de ellos se acercó envalentonado, pero fue mal recibido por Patricio que se había lanzado con un cuchillo en mano clavándolo en su corazón; parecían confundidos. ¿Quién no? No existía razón alguna para que un cazador y un hombre lobo trabajaran juntos.

Entre brincos, zarpazos y unos buenos navajazos, la gente comenzó a arremolinarse, curiosos por saber que ocurría, entre ellos visualice a Javier pero poco importo. Terminamos agitados y empapados de sudor, a pesar de los errores había podido atontar a uno de los idiotas, el que parecía con mejor puesto que el resto.

Les pago la cifra que gusten, pero déjenme ir. Prometo decir a mi amo que no pasó nada dijo el hombre que traía por el cuello.

Nel cabrón comente antes de darle un golpe con un vaso que estaba cerca y dejarlo inconsciente.

¿Era necesario? soltó Javier quien por fin había cruzado el umbral. Encogí los hombros y fui preparando al vampiro inconsciente para que fuese un costal, pregunte entonces por nuestra prometida le dije que esperara afuera, hubiera sido peligroso si entraba aquí terminó. Me volví hacia el cazador que se limpiaba el sudor de la cara, a pesar de la masacre no había caído ni una sola gota de sangre en su traje, ambos pensamos lo mismo.

Serás idiota, el establecimiento entero pertenece a los Montalvo Orozco...

¡Tenías un pinche trabajo güey, un pinche trabajo! explotó el cazador. Se levantó y sin importar el chiquero que dejó pidió que lo siguiésemos y así hicimos. Mientras movía a la gente, marcó por teléfono a alguien y pidió que limpiaran el desmadre.

Una vez estando en el lounge buscamos por todas partes, no había ni rastro de María José. Pato se acercó al bar-tender quién un tanto asustado dijo que no había visto nada, el primero le tendió su tarjeta prometiendo que le ayudaría con lo que necesitara.

Te recomiendo que te vayas antes de que lleguen mis compañeros, vamos a desmantelar este lugar dijo. El chico asintió y no pregunto más, ni siquiera cuando me vio cargando al que reconoció como su jefe, Pato prendió su celular y con ayuda de la tecnología intentó localizar la ubicación de Cuervo, sin embargo, fue inútil Ferrán, necesitamos tu olfato para buscar a Majo terminó cuando estábamos saliendo.

Volví los ojos al cielo, cual perro, como siempre. ¿Por qué desde que había conocido a la chica se me había degradado en tantos sentidos? Lo dejé pasar y tomé aire para concentrarme, mis sentidos se activaron de inmediato y con ello un horrido conjunto de aromas como alcantarilla, alcohol, vómito y feromonas invadieron mi nariz, contuve las ganas de regurgitar y me concentré intentando encontrar el aroma de María José; vainilla y un toque suave con destellos embriagadores, algo muy característico de ella.

Apareció, casi esfumándose, como si se la hubiesen llevado lejos, así les indiqué a los otros dos; nos dirigimos pues al estacionamiento, y quede sorprendido el que nadie sospechara sobre mi saco de carne y hueso que llevaba en hombro. Cuando llegamos al coche le pregunte al cazador que haríamos con el hombre.

ponlo en la cajuela, no podrá salir, está asegurada soltó. No quise preguntar más, me senté en el asiento de copiloto y fui indicando a Patricio por dónde ir; el rastro era casi nulo pero ahí estaba.

¿seguro que vamos por buen camino? comenzó Javier quien iba atrás, asentí –pero si estamos saliendo de Aguascalientes...

seguro la llevan a Zacatecas, los Montalvo Orozco tienen dos escondites ahí agregó el cazador.

El Pacto TequilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora