Is it hate or love? | KLANCE

35 | date.

"¿Realmente crees que... la habitación es como, yo? Digo, tu dijiste tranquilo, ¿lo soy?" Preguntó Keith, ni siquiera sabía porqué había preguntado, claro que había pensando en aquello desde que Lance lo había dicho un hora atrás, pero una cosa es pensarlo para ti mismo y otra soltarlo en voz alta.

Lance se removió desde su asiento, que era la cama de Keith, y si eso todavía no lo había matado, la voz del pelinegro muy seguro que lo haría. Aún así, él no sabía como responder a la pregunta del otro, por supuesto que pensaba que la habitación se asemejaba a Keith, por eso y por más razones, pero Lance no estaba seguro de poder responder a eso sin sonar como un completo enamorado.

"Mmm..." Comenzó Lance, un tanto inseguro y llevándose el bolígrafo a la boca".

"Olvídalo, no pregunté nada" Lance casi está seguro de que su alivio se ha percibido desde miles de kilómetros de distancia, feliz de poder esquivar algo que podría haber sido la escena mas vergonzosa de su vida así de fácil, pero entonces su mirada viaja hasta el rostro de Keith y se da cuenta que este mismo tiene el ceño fruncido y luce... apagado. Lance sabe que debe de responder, solo para animarle; después de todo, el moreno odia esa expresión de Keith, porque no la entiende del todo, y él siempre esta intentando cambiarla por una distinta.

Si tuviese que escoger una expresión favorita de Keith, sería la de él cuando a una medida pequeña, se avergüenza por algo, porque sus mejillas se vuelven un tanto rojizas y siempre intenta ocultar su vista con su cabello. Lance se ruboriza de solo pensar en ello.

"Bueno... sí" Suelta Lance, encogiéndose un poco de hombros y sin apartar sus ojos de el libro sobre su regazo, aunque él ni siquiera está leyéndolo "No es un secreto que eres tranquilo, ¿no? Mas bien tirandole a amargado". El moreno se abofetea mentalmente con lo último, aún es difícil no decir cosas molestas al rededor de Keith, pero lo que más hace que Lance quiera realmente golpearse es que el pelinegro aun tiene la misma mirada aburrida, así que se obliga a seguir hablando. "Bien, no realmente amargado. De hecho eres divertido, ¿sí? Pero eres tranquilo, como... ¿podría ser, un koala?"

"¿Acabas de compararme con un koala?" Suelta Keith, incrédulo, volteando a ver al chico a su lado.

"¡No se me ocurría nada mejor!" Respondió Lance ligeramente exaltado, girándose para estar cara a cara con Keith. Mala idea. Lance vuelve su mirada a su libro casi inmediatamente, consciente de que su cara ahora está ardiendo a un nivel poco controlable.

Keith había estado sonriendo, su expresión apagada se había ido y aunque esa era la meta de Lance, no se había dado cuenta de lo peligroso que era llevarla acabo.

"Lo que sea... me interrumpiste" Dijo el moreno una vez más, lentamente y lo mas tranquilo que pudo, casi en un susurro lleno de timidez, tanto que hizo que Keith se sorprendiera. Lance tragó saliva y respiró antes de seguir. "Entonces, intentaba decirte que... sí, eres realmente tranquilo, de una manera buena. Muy buena. Siento que podría... que podría decirte lo que sea, y que responderías de la mejor manera... con esa calma tuya ¿entiendes?" El pelinegro asiente, incluso aunque se siente inseguro, realmente inseguro.

Lance está actuando distinto, y Keith lo sabe, y eso solo lo pone verdaderamente nervioso. Keith sabe lo difícil que fue conseguir adaptarse al Lance juguetón, bromista y molesto, pero este Lance... no lo conoce, y ¿sinceramente? Le gusta tanto como el de siempre. Le gusta tanto que se siente un poco mareado. Quizás por eso mismo asiente sin decir nada más.

"Y no es solo eso,  sino... que esta habitación es cómoda, agradable... y sí... es, bueno, es como tú" Keith muerde su labio y aprieta su mano en un puño por debajo de su almohada, ¿qué esta pasando? Lance ni siquiera levanta su mirada, visiblemente afectado o conmovido por algo, el pelinegro no sabe como interpretar nada de esto. "Y tampoco necesitas tanto, ni una decoración exagerada, para destacar, porque eres... eres realmente especial a tu manera, con todo ese atuendo emo y expresión de no querer simpatizar, incluso con esa mullet fea, tú realmente eres muy bueno a la vista". Y entonces ambos abren los ojos de par en par, de golpe y con su corazón comenzando a latir más veloz.