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Keith estaba intentando conciliar el sueño mientras miraba al techo de su habitación, su nueva habitación. Él siempre tardaba en dormirse, estaba acostumbrado a eso, pero jamás se acostumbraría a los pensamientos que lo atacaban. Él sabía que había tenido un primer día bastante bueno, comparado con otros. Y aún así, se sentía mal. Lo cual no alcanzaba a entender. Pero incluso cuando Shiro le había preguntando un montón de veces como le había ido, él jamás le diría la verdad. Fingiría hasta que de algún modo, todo estuviese bien. Keith se obligó a cerrar los ojos y después de un rato, por fin cambió a un plano donde estaba él y sus sueños. Los cuales no siempre eran tan buenos.

*

Una mañana en casa de Lance podría describirse como una locura. No, de hecho, la casa de Lance siempre era una locura, pero Lance amaba aquello y siempre estaba dispuesto a ayudar. Él se levantaba muy temprano, mas temprano de lo que cualquier otro chico en su escuela lo hacía, no porque le gustase, Lance amaba dormir, pero él tenía que hacerlo para así poder tomar una ducha, ya que en cuanto el resto de su familia estaba despierta, había que esperar tu turno por bañarte. Y a Lance le gustaba tomarse su tiempo mientras se duchaba, lo cual se traduce a que él amaba cantar e imaginar que era parte de una telenovela mientras lo hacía.

Después de eso, él se preparaba para clases, y perdía su tiempo viéndose a si mismo en el espejo. Cualquiera diría que era debido a su enorme ego, pero de hecho, Lance siempre terminaba viendo cada parte de sí que no le gustaba, y eran muchas. Luego de aquello, Lance ayudaba a sus hermanos pequeños a cambiarse y a prepararles el almuerzo. Él podía recordar como su hermano mayor hacía lo mismo por él. Después de eso caminaba a casa de Hunk, que quedaba relativamente cerca, y ellos caminaban juntos a clases. Pidge siempre iba en auto con su hermano Matt, así que la encontraban allá.

"Adivinen quien no hizo su tarea por ver su musical favorito toda la noche" . Anunció Pidge cuando sus dos amigos llegaron. 

"¡Oh Dios mio! Dime que estás bromeando. Estaba apunto de pedirte que me la pasaras".

"Lo siento Lance, pero no estoy mintiendo. Hamilton es mas importante que cualquier otra cosa. Además, no te la pasaría de todas maneras". Lance fulminó a su amiga con la mirada. 

"¿Supongo que yo se las pasaré entonces?". Preguntó Hunk, sacando su cuaderno de su mochila. Pidge y Lance lo miraron como si de un Dios se tratase.

"Hunk, lo he dicho antes, pero nunca será suficiente, no te merecemos."

"Nosotros los seres mortales jamás seremos capaces de pagarte". Agregó Pidge con un tono dramático abrazando a su amigo.

"Lo sé chicos, lo sé. También los quiero". Dijo Hunk con una sonrisa en su rostro, dándoles el cuaderno a ambos. Lance fingió limpiarse una lagrima mientras con su celular, le sacaba fotos a la tarea.

"¿La harás hasta la hora del almuerzo, no es así?". Le preguntó Pidge al moreno cuando este le dio el cuaderno.

"Sip, trabajo mejor cuando estoy bajo presión".

"Holgazán". Dijo ella.

Lance vio por el rabillo del ojo a Keith entrando por el salón de clases, esta vez llevaba el uniforme y sin toda esa ropa oscura, él parecía mas humano y menos como un ser que te mataría si intentases observarlo, sentándose en el mismo lugar que el día anterior. Lance no lo había visto hablar con otras personas además de en la hora del almuerzo. Y ni siquiera parecía importarle o interesarle hacerlo. Lance rodó  los ojos, muy seguro que Keith creía que era mejor que todos los demás. Eso lo molestaba. 

"¿No creen que es un poco triste?" Preguntó Hunk entonces. Pidge y Lance se miraron entre sí, no entendiendo de que hablaba. "Keith".

Is it hate or love? | KLANCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora