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Había ignorado cinco veces la alarma, pero terminé despertándome por los gritos eufóricos de mi papá, me levanté al baño y lavé mi cara, sonreí al recordar que hoy era un día muy especial. Se cumple 4 años con mi novio.

— Buenos días — Dije para mamá y papá, y me acerqué a ellos para darles un beso en su mejilla.

— Buenos días, Erick, ten — Me dio cinco vasos.

Tomé el jarro de jugo de naranja y lo serví en los vasos, me puse a pensar de qué manera decirle a mi mamá que iría a donde Ethan, sé que no le cae del todo bien.

Llegan mis hermanos saludando y sentándose en frente mío.

— Mamá, papá... iré a donde Ethan, después de la escuela — Los miré a los dos con una sonrisa.

— No — Responde mamá.

— ¿Qué? ¿Por qué? — Levanté el tono sin pensarlo.

— Vendrán Patricia y con sus hijos a cenar - La miré con disgusto, ella sabía perfectamente lo que pensaba.

— ¿De qué te sirve que este yo aquí? Siempre que vienen me encierro en mi habitación.

— ¡Está vez no, te comportaras y saludas a todos!

— ¡Es mi aniversario con Ethan, mamá!

— ¡¿Y?! Que él venga, tú te quedas aquí — Iba a hablar, pero vi la hora en el reloj de la pared, ya se me hacía tarde.

Papá se quedó callado mientras aún cocinaba.

Subí a mi habitación, busqué mi mochila y el regalo de Ethan, me tomé bastante tiempo en pensar algo interesante, mi imaginación solo pensó en ropa y chocolates, que idiota.

Bajé con mi mochila en mi hombro derecho y las bolsas en mis dos manos. Salí de casa sin despedirme de nadie, mis hermanos salieron detrás de mí, mi caminar fue rápido, empujé a todo lo que se atravesar.

— ¡Hey! — Era Gabriel, al parecer lo había empujado.

— Lo siento — Dije sin mirarlo, sé que estaba con sus otros hermanos.

Corrí hacía la escuela apenas entré, me vino a la mente algo que debía haber hecho ayer.

— ¡Mierda! — Grité, había olvidado mi celular.

Me devolví por donde mismo venía y choqué nuevamente con alguien, seré imbécil, es mi hermano.

— ¿Olvidaste esto? — Dice Mark con mi celular en la mano.

Se lo quité de las manos y miro a Mitchell que tiene un paquete de Oreos en sus manos y también se las quito.

— ¡Oye! — Reclama, pero ya era tarde, las estaba disfrutando sin culpa alguna.

Entré y ahí estaba en su casillero hablando con alguien, mientras observo me empujan hacía un lado casi logrando que caiga.

— ¡Ups, no te vi! — Dice Talenia con una mano en su boca tratando de sonar sorprendida.

No digo nada y dejo que se alejé con su grupo de idiotas, veo como Joel mira de reojo y le miro centrando mis cejas con enojo.

Modelo | JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora