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Danilo ya había dejado nuestra orden, se fue confundido, nunca llegué con alguien más.

— ¿Ese no es el chico con el que te andabas besando? — Habló tan alto que casi me atraganté con el bizcocho.

— ¡Hey! Sólo me estaba saludando, sí que te dejas llevar por unas simples imágenes.

— Lo siento... — Se disculpo mientras su mirada seguía a Dani que iba a la cocina.

Tomé mi taza de café y miré por la ventana, ¿esto era real? Joel estaba hablando nuevamente conmigo, lo que debería parecerme desagradable me estaba empezando a agradar, no lo negaré es bastante agradable, tanto que me asusta.

— ¿Te gusta este lugar? — Preguntó interrumpiendo mis pensamientos.

— Sí, realmente disfruto estar acá, es mi lugar, alejado de todos.

— ¿Solamente vienes solo?

— Así es, bueno tú has sido la excepción— Vi como sonrió por debajo.

Me pregunto qué pensaría Ethan si me viera con Joel, seguramente se enfadará, me besará e intentará tener sexo conmigo.

Vi que Danilo nos estaba observando desde la caja registradora, le sonreí para que estuviese tranquilo.

— Y él... ¿es tu amigo? — Dijo Joel al darse cuenta que lo estaba mirando y dio la vuelta a mirarlo también.

— Prácticamente, es el único que tengo— Baje mi mirada.

Joel dio un gran sorbo a su americano, con su mirada hacía todos lados, hice lo mismo, terminando mi capuchino, me levanté y me fui pagar la cuenta.

Miré hacia donde Joel, estaba tranquilamente tomado su americano, salí de la cafetería, me apoyé contra el vidrio y dejé mi cuerpo caer. Miré el alrededor, solo había un chico que acabada de salir de la cafetería pegado a su celular.

— Yo...— Llegó a decir Joel a mí lado.

— No digas nada— Se sentó a mí lado derecho — Estoy solo, es vergonzoso, no puedo confiar en nadie, ni siquiera en mi propio novio, no sabes que mierda estoy hecho.

Me levanté con destino a correr lejos de ahí, no puedo ser vulnerable en frente de él.

Unos fuertes brazos me agarraron por detrás.

— Quizás no soy el indicado para que digas eso, pero agradezco que así sea — Me dijo al oído.

Me di la vuelta y lo abracé, cuatro años sin abrazarlo, cuatro años sin tocar su cuerpo.

Me separé de él y empecé a caminar.

— Lo lamento, debes pensar que soy un marica sentimental — Le dije sin mirarlo, me estaba siguiendo.

No respondió, solo paso su brazo detrás de mi nuca para llegar a mi hombro y me apegó a él. Seguimos el camino semi-abrazados, no quería que me soltara.

Lo miré, él tenía mirada fija en el camino.

— ¿Cuál es el color que menos usas? — Pregunté sin dejar de mirarlo.

— No lo sé ¿rosa? — Él río.

— Bien, rosa — Repetí con una sonrisa.

[···]

— ¿Recuerdas cuando teníamos diez, te empuje de la cama y luego tú me tiraste salsa de chocolate en la cara? — Le recordé riendo.

— Lo recuerdo perfectamente, Choco-Erick — Me dio un pequeño codazo.

No podía dejar de sonreír, esto se sentía demasiado bien para ser real.

Paramos de caminar cuando llegamos al frente de mí casa, observe a Joel quien me estaba mirando, ¿cómo nos despedíamos? ¿Con la mano? ¿Un abrazo? ¿Un beso en la mejilla? ¿Un simple adiós?

— Adiós — Dije alejándome de él, dirigiéndome a la puerta principal.

Sentí unos fuertes pasos, me dieron la vuelta, Joel estaba nuevamente abrazándome.

— Nos vemos mañana — Dijo antes de separarse.

Modelo | JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora