ⅩⅧ

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Fue mala idea ir a la casa de mis primos a emborracharme.

Busqué mi celular para ver la hora, me incliné hacía abajo de la cama y recogí el aparato. Prendí la pantalla y la hora marcaban las siete y media de la tarde.

Me quité la ropa y fui al baño, entré a la ducha, dejé que el agua estuviera más fría de lo común ya que tenía calor.

Salí de la ducha, agarré la toalla y la coloqué alrededor de mi cintura.

— ¡Erick, hay un chico buscándote afuera! — Gritó mi hermano.

Corrí la cortina para asegurarme que era Danilo quien me buscaba.

Abrí la puerta de mi habitación para decirle a Mark que lo dejara entrar.

Danilo apenas entró se cubrió los ojos y empezó a reír.

— ¡Wow! Debiste hacerme pasar cuando tuvieras al menos una prenda puesta — Dijo con aún su mano en sus ojos.

Era primera vez que me veía en esa situación.

— Sabes tantas cosas sobre mí que verme sin nada es lo mínimo — Antes de que quitara la mano me vestí con la ropa interior.

— Mucha razón — Se acercó al altavoz que estaba en la cómoda —. Vamos hacerlo con música — Levantó sus cejas con una expresión bastante graciosa.

Empezó a sonar "Bye Bye Bye" de NSYNC, comenzamos a cantar y a bailar con demasiada pasión entre risa y risa.

Nos movíamos muy cerca del otro disfrutando la canción.

Danilo se empezó a quitar la ropa al ritmo de la música, yo reía por la manera en que bailaba.

Terminó la canción y comenzamos a arreglarnos para el baile.

Tenía todo listo encima de la cama, tomé el pantalón negro grisáceo de tela fina, la camisa de color blanca y el chaleco del mismo color del pantalón.

Agarré el perfume y eché en mi cuello, me acerqué al espejo y arreglé mi cabello.

Observé a Danilo que estaba a mi lado, casi listo, le faltaba la corbata igual que a mí.

— Nuestra belleza debería ser ilegal — Habló mientras nos admirábamos en el espejo.

Solté una fuerte carcajada por lo dicho, me acerqué al cajón donde tenía las corbatas.

Tomé un color zafiro obscuro y Dani eligió una corbata de moño del mismo color de su traje con puntos blancos.

Aproveché de agarrar unas pastillas para la resaca.

— ¿Listo? — Pregunté tomando su mano.

— Listo — Afirmó apretando mi mano.

Tomamos nuestras cosas y bajamos las escaleras, la puerta estaba abierta, todos estaban esperando afuera.

— ¡Guapos! — Gritó Mitchell y Mark desde la entrada.

Papá y mamá miraban emocionados, se acercaron.

— Que lindos están — Dijo mamá besando mi frente.

— ¡Foto, foto! — Dijo papá al lado de los chicos con su celular en mano.

Danilo paso su mano por mi hombro para posar en la foto.

Sentimos la bocina del auto y entramos.

Estaba nervioso, apreté mis manos y Danilo se dio cuenta.

— Aún no logró diferenciar a tus hermanos, son los gemelos más parecidos que he conocido — Tomando mi mano, entrelazando la suya con la mía.

— Yo me sigo confundiendo después de quince años — Reí nerviosamente.

Miraba ansioso por la ventana, no estábamos tan lejos, en dos calles más llegábamos.

Mi pulso se aceleró al ver la fachada del establecimiento.

Bajamos del auto, con unas miradas encima de nosotros.

Me apegue a Danilo, necesitaba de él.

— Vamos con todo — Susurró a mi oído.

Caminamos a par hasta la entrada del gimnasio. Solté un gran suspiro antes de atravesar la puerta.

Entramos y creí desmayarme en ese momento, podía ver como toda la gente estaba mirándonos de arriba abajo.

Caminamos poco a poco hacía el centro, el volumen de la música aumentó y perdimos la atención de algunas personas.

Sonaba fuerte canciones de los ‘90.

Me movía y reía al ritmo que todos lo estaban haciendo.

La canción cambió y pude ver entre la multitud las fotografías que había tomado.

Me acerqué y pude ver las letras enormes del título "Desamor"

— No lo puedo creer — Dije en voz baja al ver una cantidad inmensa de gente admirando mis fotografías.

Volví a donde Danilo que estaba con una sonrisa de oreja a oreja.

Pude reconocer ese vestido dorado, Talenia.

Traté de no mirar más ella del ángulo que ya tenía, pero no pude.

No encontré lo que buscaba, no lo encontré, no encontré a Joel.

Me sentí vacío, una parte de mi lo quería aquí, sonriendo, con su traje.

— Iré por bebida, ¿quieres? — Habló fuerte a mi oído por la música.

Asentí y se fue, varios me saludaron y sonrieron, miraba y buscaba, pero no encontraba, era inútil, él no había asistido.

— Erick — Danilo agarró mi cintura

— Dani... — Me di la vuelta y no era Danilo.

Trate de separarme al ver que era Joel.

— Por favor — Miré a mi alrededor y todos estaban observando la situación.

Pude ver a Danilo desde la mesa de aperitivos viendo con una sonrisa, la traición.

— Dime qué te hice para que te alejarás de esa manera — Preguntó aún más cerca de mí.

— Joel... todos están mirando... tu novia — Miré apenado al suelo.

— Ya no es mi novia, Erick.

Sentí algo que nunca había podido sentir, paz y amor combinados.

Me sentí seguro de poner mis manos sobre sus hombros.

— No sabes cuánto te amo — Dijo aún más cerca rozando su nariz con la mía.

— No me amas Joel.

No respondió, solo chocó sus labios con los míos, apenas correspondí abrí mi boca para dejar paso a su lengua. Todo era diferente, las sensaciones eran aún más llenas, no quería soltarlo de alguna manera sentía que por fin me pertenecía.

— Te amo, Erick — Repitió volviendo a unir nuestros labios.

— Te amo — Me separé unos centímetros — Siempre lo he hecho — Él sonrió pegando nuestras frentes.

Joel fue lo que necesité todos estos años y ahora lo tenía.

Yo lo amaba y él a mí.

Modelo | JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora