3.2K 322 21
                                    

— ¡Erick! — Algo golpeó mi mejilla.

Abrí los ojos.

— Puta madre — Susurré bajando la mirada.

¿Qué hace Joel aquí?

— ¿Por qué mierda estás aquí? — Froté mis ojos.

— Deja de decir groserías.

— Mandón — Quité las frazadas de encima mío — Aún no respondes mi pregunta.

— No tenía tu número.

— ¿Esperas qué te lo dé? — Respondí irónicamente.

—No, sólo quería decirte que tengo la tarde libre para trabajemos — ¿Es una broma?

— Pimentel ¿en serio? — Cuestioné.

— Sí, Erick, voy a trabajar contigo — Afirmó seguro.

— No tengo más opciones, así que bien.

Lo miré, estaba ignorando mi mirada, estaba todo en silencio ¿qué espera?

— Ya te puedes ir.

Al parecer reaccionó, dio un pequeño salto cuando hablé.

— Nos vemos — Movió su palma despidiéndose.

Cuando cerró la puerta, deje tres segundos antes de ir corriendo hacia la puerta al escuchar a mis padres.

— ¿Qué tal Joelito? — Preguntó mamá.

— Excelente.

— ¿Tú y Erick ya se están hablando? — Escuché una voz grave, era papá.

Tomé la ropa y abrí la puerta, hice sonar mi garganta para interrumpir. Miré a Joel quien estaba a punto de hablar.

— Ya debería irme, tengo que ir a buscar a mi novia — Me miró — Con permiso.

Joel bajó las escaleras, mamá, papá y yo nos quedamos ahí, sin decir nada, cuando escuché el cierre de la puerta tomé camino hacia el baño.

— ¿Qué fue eso Brian? — Preguntó mamá de brazos cruzados, alzando la voz.

Ignoré lo que dijo y entré al baño, dejé a un lado mi ropa. Los escuché murmurar, traté de ignorarlos, pero no pude.

— Me sorprende — Musitó mi padre — ¡Santa mierda cuando se dará cuenta!

¿Cuenta de qué?

— ¡No lo sé! ¡No lo sé! Es un gran idiota cuando se trata de Joel.

¿Idiota?

Me desnudé tirando el pijama hacía cualquier lado, extendí mi mano para dar con el grifo y lo giré.

Regulé el agua a mí gusto, entré a la ducha, esta vez dejé el agua estuviera más caliente de lo común.

Mis ojos ardían por la espuma del shampoo que había escurrido hacia mis ojos.

Cerré el grifo y tomé la toalla que estaba el perchero, la coloqué alrededor en mi cintura e hice un nudo.

Me miré en el espejo, tenía mis ojos rojos y sollozos, ojeras debajo, labios rojos mojados, cejas despeinadas, piel enrojecida, soy un desastre.

— ¡Erick a desayunar! — Gritó una voz ronca.

Agarré la ropa interior, levanté mis pies para subir mi ropa interior, con la toalla sequé cada rincón de mi cuerpo, me coloqué las medias, el pantalón y la camiseta.

Bajé las escaleras y fui la cocina, ahí estaba papá cocinando y mamá acomodando la mesa. Corrí la silla para sentarme, ya todo listo empecé a comer, levanté la mirada estaban observándome, preocupados, no habían tocado sus tostadas. Quizá estaban sorprendidos por lo rápido que estaba comiendo.

— Hijo... ¿dormiste bien? — Preguntó papá examinando mi rostro.

— Oh por supuesto ¡dormí excelentemente, maravillosamente, fabulosamente, extraordinariamente, fantástica...! — Mi respuesta sarcástica fue interrumpida.

— Erick, basta — Dijo papá.

— Y ¿por qué pregunta si ya sabes cómo soy? — Solté mi tostada con huevo de mi mano.

— Desde la cena con los Pimentel estás muy antipático, después preguntas por qué no te dejamos ir con Ethan — Gruñí ante su respuesta.

— ¿Por qué Joel estaba en mi habitación, mejor dicho, por qué ese idiota estaba pisando mi casa? — Cambié de tema.

— Es nuestra casa, Erick, puede entrar cuando nosotros lo dejemos — Afirmó mamá.

— Bien, estará en casa si los viene a ver a ustedes — Me paré de la mesa —. Sin embargo, si me busca a mí díganle que me fui del país.

Modelo | JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora