Cap. 5

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- Joder, qué bueno esta esto! Cómo se llama esta cosa?

- Risotto querida - me contestó Dayan sonriente -

- Esta bueníssimo!

- Mara, empezaremos otra vez desde 0 te parece bien?

- Si claro - le contesté sin dejar de comer -

- Soy William tengo 33 años y dirijo muchas famosas multinacionales. Mi esposa es Dayan, tiene 33 años y es psicóloga aunque tambien da clases en la universidad. Tenemos un hijo de tu edad con el que seguramente te llevarás estupendamente ya que irás con él a la escuela y te conviene. Ahora cuentanos sobre ti Mara.

- Soy Marley Stevens Anderson pero todos me conocen como Mara. Tengo 16 años, me he criado en la calle, no tengo modales como los niños pijos, cuidé de mi madre desde los 7 años, tube que hacer cosas de las que no os sentireis muy orgullosos pero no me arrepiento de haberlas echo, no me gusta estudiar, bueno, no se lo que es estudiar y me encanta bailar. Algo más?

- Solamente vivias con tu madre Mara?

- No, también con Ted

- Quién es Ted?

- Un puto boracho de mierda que utilizaba a mi madre y la martilizaba.

- Está bien tranquila, no queremos presionarte Mara.

- No me presionais Dayan, fué mi vida y es lo que hay.

- Y qué tipo de aficiones tienes?

- Me gusta bailar y surfear, poco más.

- Qué hacias para ganar dinero?

- William por favor, otra vez no - le reprochó Dayan -

Me reí, estos dos eran graciosos juntos. Ellos me miraron.

- No trabajé en ninguna multinacional William asi que lo siento pero no sirvo para trabajar en tus enpresas.

- No me referia a eso... - blanqueé los ojos -

- Ya lo se, solo bromeaba. En un barrio de mierda con 7 años de edad en qué podria trabajar Williams?

- En la droga - susurró Dayan -

- Exacto, yo y una amiga eramos sus mulas. Transportabamos la droga en nuestras mochilas del colegio. Quién sospecharia de unas mocosas como eramos nosotras? El problema vino cuando cumplimos los 11 años, nos habian crecido las tetas y muchos de los camellos a los que transportabamos nos pedian mas cosas, ya me entendeis, follar y todo eso... Nuestro jefe nos conocia desde enanas y nos piyó cariño asi que nos quitó de ser mulas para esos cabrones y nos puso a ser camellas autónomas como la mayoría. Pero el problema seguia, eramos niñas con tetas y los tios unos cachondos de mierda asi que dejamos de vender y nos fuimos con la banda a robar. Pa' los 14 un colega nos metió en su local para currar los findes por la noche bailando, en esa temporada también robabamos y eramos las q ofreciamos las drogas en las fiestas privadas del jefe. Y creo que ya está.

Ninguno de los dos dijo nada, creo que no estaban acostumbrados a escuchar estas cosas. Estaban tan impactados que ni pestañeaban.

- Os importa si duermo un rato? - les desperté de su trance - No he dormido muy bien esta noche

- Claro, te mostraré tu habitación

Dayan se levantó de la silla y me sonrió. Las dos caminabamos sin decir nada, subimos unas escaleras y paramos frente a una puerta. Ella me izo un gesto para que yo pasara primera. Abrí la puerta y joder menuda habitación!

- Es gigantesca!

Miré a mi alrededor y vi todas mis cosas sobre una mesa.

Habia otra puerta en la habitación, la abrí curiosa.

Rompiendo las olas (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora