하나 | 1

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Las calles de Seúl, frías cómo puede ser por las noches de invierno, con una ligera neblina y luces rojas y azules acompañadas por el sonido de las sirenas de una ambulancia.

Murmullos de la gente que se encontraba mirando la terrible escena, haciendo nada más que estorbar. Las indicaciones de los paramédicos y oficiales que estaban haciendo todo lo posible por ayudar a aquél hombre, aquél hombre que se encontraba al borde de la muerte.

El hombre miraba a su alrededor, su vista borrosa, su cuerpo entero dolía y le costaba respirar. Estaba acostado sobre un charco de su propia sangre que llenaba la mitad de la acera de esa calle.

Los que podía asumir que eran los paramédicos, se movían con rapidez de un lado a otro, hablándole para que así no perdiese la conciencia porque eso, eso sería fatal.

Vislumbró una figura a su lado, vestida completamente de negro al igual que las grandes alas que cargaba a sus espaldas, a excepción de un par de brazaletes y un cinturón de color rojo.

Al tiempo que la figura se acercaba a él, Yoongi perdía las fuerzas. Cerrando poco a poco sus ojos que perdían fuerza, sumiendolo en un profundo abismo de oscuridad.

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Abrió los ojos, respirando nuevamente de golpe.

Estaba en un lugar oscuro y tétrico, la única fuente de luz del lugar era un círculo púrpura alrededor de él en el piso.

–Min Yoongi, nació en Daegu Corea del sur el día nueve de marzo, edad del deceso veintidós años.–una voz misteriosa habló, no entendía la razón del porqué estaba diciendo todos esos datos sobre él.

–¿Qué? ¿Deceso? ¿A qué se refiere?.

–A que tú, Min Yoongi. Estás muerto.

–E-eso no puede ser cierto.–negó incrédulo.–¿Dónde estoy? ¿Es esto alguna clase de broma? Porque no es para nada divertida.

–Ninguna broma señor Min.-habló otra voz en el lugar.–Usted murió cuando una camioneta lo arrolló.

–¿Qué una camioneta qué?.

–Lo arrolló y le abrió el abdomen, le diría que mirara su cuerpo en la escena pero no quiero que se exalte más de lo que ya está.

–No lo puedo creer...

–Ni nosotros lo podemos creer.-habló nuevamente la primer voz.–A decir verdad, aún no era su tiempo de morir.–dijo.–Usted debía morir a mayor edad.

–¿¡Entonces por qué carajos estoy muerto!?.

–Lugar incorrecto, momento incorrecto.–ésta vez fue una tercera voz la que habló.–Lo sentimos mucho señor Min.–dijo.–Pero tenemos una propuesta que hacerle para reparar este daño.

–¿Propuesta? ¿Qué propuesta?.

–La reencarnación.–dijo en tono alegre.–Le estamos dando la oportunidad de reencarnar inmediatamente.

–¿Reencarnar? Yo no quiero reencarnar.–dijo desesperado.–Yo quiero mi vida, la vida que he llevado por veintidós años. Soy un hombre joven, quiero casarme, tener bebés. Amar y ser amado...quiero ser feliz.

–Eso no puede ser posible señor Min.–habló nuevamente la primer voz.–Es muy arriesgado hacer eso, no podemos exponer un alma a eso.

–¿Arriesgado? ¿Por qué es arriesgado? ¿Intervendrían en el flujo del tiempo o algo así?.

–Para nada mi querido Yoongi.–una cuarta voz se hizo presente, una voz femenina con tono comprensivo.–Nosotros podemos intervenir el tiempo cuando queramos.

–¿Entonces cuál es el riesgo? ¿Cuál es el problema?.

–El riesgo es únicamente tuyo, Yoongi.–dijo aquella voz femenina.–Para hacer eso debes apostar con nosotros, apostar con los dioses.

–¿Apostar con ustedes? ¿Y qué es lo que apostaríamos?.

–La apuesta es ésta.–dijo.–Te regresaremos tu vida, todo será igual que antes, pero tienes un mes para encontrar el amor.

–¿Solo un mes? ¿Y si no lo logro que pasa?.

–Tu alma vagará para siempre en el limbo, un abismo de pena y dolor.

Yoongi tragó duro.–¿Y-y si gano? ¿Y si encuentro el amor, al amor de mi vida?.

–Serás libre y regresarás a tu vida como si nunca hubiese pasado nada.-dijo.–¿Trato?.

Yoongi lo pensó por unos instantes, decidiendo así que correría el riesgo.–Trato, acepto.

–Muy bien.

Aquella luz púrpura pasó a ser una de color vino, y un pequeño ardor se hizo presente en la muñeca de aquél chico. Una pequeña cicatriz en forma de cruz se hizo presente en ésta.

–¿Qué es esto?.

–Es la señal de que nuestra apuesta está hecha.–dijo.–Ahora regresarás a la tierra, a tu vida. Pero no lo harás solo.–Yoongi frunció el ceño.–Él te acompañará.

Un hombre apareció de lo alto de aquél lugar, con un par de alas negras y atuendo de la misma manera. Rasgos finos pero definidos al igual que su cuerpo. Un ángel.

–Yoongi, este es tu ángel.

–¿Mi ángel guardián?.–preguntó embelesado. Aquella voz soltó una estruendosa carcajada.

–No, querido. Él es tu ángel de la muerte.

–¿Mi ángel de la muerte?.–cuestionó sorprendido.

–Así es, si tú fallas.–dijo.–Él recogerá tu alma.

–Recoger...¿mi alma?.

–Así es pequeño.–habló aquél ángel.–Si tú pierdes la apuesta, yo te mato.

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Hola hola 🐱
Este es mi segundo fanfic. Ya saben que a mí me gustan mucho las historias de fantasía, leyendas y todas esas cosas, además de que este sí es original, es una historia mía✨
Espero que les guste, gracias por leer. Nos leemos pronto 💕

 Nos leemos pronto 💕

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«Death Angel».-«Jimsu».#Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora