열넷 | 14

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–Si no fuera por tí, yo sería feliz con él.–dijo mientras seguía reteniéndolo por el cuello de la camisa.

–Oh, por favor, ya olvida eso.–dijo simple.–Recuerda que los ángeles no pueden tener ese tipo de sentimientos hacia otros, así que deja el odio de lado y compartamos al pequeño Yoongi.–dijo con una sonrisa ladina.–La última vez no quisiste hacerlo y no tuve otra opción mas que decirle a nuestro padre que el pequeño y hermoso ángel estaba saliendo con el demonio traidor de Zeros.

Jimin estaba molesto, muy molesto. La sangre le hervía por el solo hecho de tener a aquél trastornado ángel frente a él. ¿Por qué estaba aquí? ¿Por qué conocía a Yoongi? Y lo más importante, ¿Cómo era posible que Dios, no supiera de la verdadera naturaleza de este ser, que no supiera de sus verdaderas intenciones.

Aunque, a decir verdad, desde aquella vez en la que Yoongi fue atravesado por completo por aquella espada, ya no tenía ningún tipo de esperanza, ya no veía a aquél ser "Perfecto" de la misma manera.

–Aquí el único traidor eres tú.–gruñó por lo bajo.–Yoongi confío en ti y tú lo traicionaste.

–Aww, el pequeño está molesto.–cantó burlón apretando una de las mejillas del contrario, quien rápidamente se apartó, su mirada se oscureció.–Si no me detuve de hacerlo en el cielo ¿Qué te hace pensar que me detendré aquí?.–dijo.–En este lugar, en la Tierra con los humanos, tengo más oportunidades que antes.

–¿A qué te refieres?.–cuestionó con notoria molestia y confusión.

–Lo explicaré lo mejor que pueda, después de todo, sé que puede ser difícil el comprender cuando eres un idiota.–dijo divertido.–Aquí en la Tierra, donde tú no tienes poderes, Yoongi es mi "amigo de la universidad", donde todos en este lugar me tienen cariño, en especial el pequeño gatito.–hizo una pausa, miró a sus ojos.–En este lugar en el que no eres nada más que el ángel que debe de cuidarlo hasta que termine el plazo y llegué su muerte.–sonrió triunfante.–En este lugar en el que no significas ni significarás nada para él.

–Eres un maldito.–soltó con furia, estrellándolo contra uno de los bordes del lugar.–Te lo advierto, no te atrevas a acercarte a él, no pienses en mirarlo, mucho menos en tocarlo.

–Pequeño y dulce Zeros, ¿Cuándo entenderás que el amor nunca será algo de lo que puedas disfrutar?.–dijo con calma.–¿Cuándo entenderás que tu destino no es ser feliz?.–su mirada se fijó nuevamente en los ojos del contrario.–Y si así lo fuera...nunca lo permitiría.–terminó de decir con una sonrisa. Jimin iba a responderle e incluso creyó que iba a golpear el rostro de aquél chico, pero una voz detuvo sus acciones.

–¿Chicos? ¿Que están haciendo?.–preguntó confundido por la escena frente a él.

–Oh, nada.–habló el rubio apartándose del chico que ya había cedido a su agarre.–¿Qué pasa, el pequeño Yoongi se sentía solo?.

–Para nada, estaba con Tae y Hobi y me preocupé porque Jimin no llegaba.

Una pequeña mueca de disgusto cruzó el rostro del rubio, sin embargo desapareció de inmediato.–Ya veo...bien, creo que es hora de que me vaya.–dijo dejando un beso en la blanca mejilla del pelinegro.–Nos vemos luego Yoongi...Jimin, espero verte pronto nuevamente.

El chico se fue del lugar, dejando a los otros dos ahí mismo.

–¿Qué es lo que estaban haciendo hace rato?.

–Como él dijo, nada.–respondió.–No estábamos haciendo nada.

–No me pareció que no estuviesen haciendo nada.–contestó al no estar muy feliz con aquella respuesta.

–Bien, sea lo que sea que estuviésemos haciendo, no es de tu incumbencia.–dijo con molestia.–No quiero estar más aquí, los veré en la casa.

Jimin se fue del lugar, dejando al pálido chico atrás con las palabras en la boca. No estaba del mejor humor y el que Yoongi estuviese cuestionando todo a cada segundo no le ayudaba en lo absoluto.

Al llegar finalmente a su "hogar" se tumbó en la que ahora era su cama. Estaba cansado, cansado mentalmente, su cabeza dolía a horrores, nunca había experimentado aquello y para ser honestos, apestaba.

–Mierda, mierda...jodida mierda.–decía mientras masajeaba su sien.

–Los ángeles no pueden decir esa clase de palabrotas.

Jimin dió un salto en su lugar, esa voz lo había espantado. Alzó su rostro para mirar de quién se trataba. Bufó.–¿Qué haces aquí, Jin?.–cuestionó.–Sabes muy bien que el plazo aún no ha acabado.

El nombrado se encogió de hombros.–Simplemente quería visitar a mi hermano.–dijo.–Aunque creo que he venido en un mal momento.

–¿Tú crees?.–dijo sarcástico.

–Deja el sarcasmo para alguien más.–dijo ofendido.–Mejor dime qué es lo que sucede.

–Yekun.

–¿Yekun? ¿Qué tiene que ver el aquí?.

–Tiene mucho que ver.–dijo mientras seguía en la misma posición que al principio, con sus manos sobre su nuca, mirando al techo.–Está aquí.

–¿Aquí?.–preguntó, comenzando a buscar al mencionado en la habitación.

–No aquí, imbécil.–dijo con fastidio.–Aquí en la Tierra, es un humano que se hace llamar Jackson.

Una perfecta "o" se formó en los labios del mayor.–¿Y?.

–¿Y?.–repitió molesto.–Es amigo de Yoongi.

–Vaya mierda.–dijo.–¿Qué piensas hacer?.

–No lo sé, pero debo hacer algo y rápido.–dijo, en su voz había un deje de decisión.–No puedo permitirme el cometer los mismos errores del pasado.

–Sea lo que sea que quieras hacer, sabes que cuentas conmigo.

–Lo sé, gracias.–le regaló una sonrisa la cual fue correspondida.

–Bien, me tengo que ir.–dijo volviéndose a colocar la negra capucha sobre su cabeza.–Jimin.

–¿Si?.

–Pase lo que pase y hagas lo que hagas, no permitas que él se entere.

–No tienes que decírmelo.–dijo.–Yo más que nadie, sé eso.

«Death Angel».-«Jimsu».#Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora