El dios demonio

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Este reto...
umm no, estoy sin palabras.

Reto: Declaración de Sesshomaru/comedia romántica.
Idea dada por: Kim Lucero

La juventud es la mejor etapa de la vida

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La juventud es la mejor etapa de la vida.

En ella, existen muchos cambios, experimentas, aprendes y disfrutas.

O bien, puede ser la peor etapa.

Porque también cometes errores, algunas estupideces y sufres.

Y este es el vivo ejemplo de "un impulso de idiotez" protagonizado por una joven azabache...



La morena avanzaba con pasos presurosos y la respiración agitada en busca de refugio.

—¡Tonta, Tonta! — se regañaba la joven cerrando los ojos.

Por este motivo, no alcanzó a ver la piedra que sobresalía del suelo, tropezó con ella llevándola hacia la tierra húmeda del campo.

Su batalla interna estaba llena de vergüenza, impotencia y miseria.

¿Por qué?

Bueno, esta chica tenía un crush intenso con el joven más guapo del colegio, tres años mayor y, millones de veces más popular; que, a pesar de tener un carácter difícil, las personas lo tenían en un altar como un dios... o demonio, tal vez, un dios demonio.

Escuchó un ruido detrás de ella poniéndola alerta y acelerando su ritmo cardíaco.

—No— susurró.

Se levantó rápido, sabía quién la seguía; se trataba del mismo encargado, el joven Taisho.

Le había enviado por error un mensaje confesándole su amor; los sentimientos eran verdaderos, pero no tenía intención de que él se enterara, simplemente fue una idiotez de su parte escribirlo con Ayame cerca.

La pelirroja le arrebató el móvil después de ver a la azabache con el rostro ruborizado, su amiga leyó lo que había escrito dibujando una sonrisa en su rostro, y lo envió.

Maldita su suerte.

Encontró una puerta semi-abierta y entró cerrándola tras de sí.

Suspiró aliviada, recargó su frente en la puerta e intentó calmar su agitada respiración, creía que se encontraba a salvo; de pronto, sintió que algo no estaba bien.

Abrió con lentitud sus ojos y se giró, al ver donde se encontraba gritó llena de vergüenza.

Las duchas masculinas.

Kagome podía ver que los jóvenes envueltos en toallas y torsos descubiertos la observaban, tapó su rostro e intentó disculparse.

—Yo, de verdad lo si-siento, no tenía idea que era el baño de los hombres.

La joven se disculpaba con gran pena, no sabía que era peor, estar dentro con los chicos semidesnudos o fuera y enfrentar al joven Taisho.

Escuchaba unos pasos acercarse poniéndola más nerviosa, ¿qué debía hacer?, no tenía la menor idea, y no quería mirar algo que no debería.

—Oye, tranquila — escuchó la voz masculina.

Apretó más las manos e intentó retroceder chocando con la pared, los chicos comenzaron a gritar y silbar. Sintió una mano sobre su hombro, y se tensó.

El ruido de la puerta abriéndose llamó la atención de todos haciéndolos callar de inmediato, pero Kagome se negaba a descubrir su rostro.

—¿Qué sucede? — la voz demandante hizo eco en el lugar.

—Parece que la señorita se extravió— contestó arrogante el joven de ojos azules que tocaba el hombro de la mencionada.

El encargado miró con furia al moreno.

—Quita tu mano de mi novia— ordenó tajante acercándose a la mujer.

Kagome confundida por fin bajó las manos y observó esos ojos dorados.

—Sesshomaru— susurró.

Él se acercaba con pasos lentos y decididos, mirándola fijamente.

La tomó de la mano y salieron.

La tomó de la mano y salieron

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Gracias por leer.

(sigo sin palabras).

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