Mi Mujer

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#INUVEMBER

RETO 09 KOGA & CO.


GC MOON

Noviembre 15, 2017

La montaña estaba cubierta por la espesa niebla, el frío retumbaba por todo el territorio; para su suerte eso no era ningún problema, por su raza difícilmente sentía los cambios de temperatura, se encontraba sentado en la roca a la salida de la cu...

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La montaña estaba cubierta por la espesa niebla, el frío retumbaba por todo el territorio; para su suerte eso no era ningún problema, por su raza difícilmente sentía los cambios de temperatura, se encontraba sentado en la roca a la salida de la cueva observando hacia fuera mientras cuidaba de los suyos, lo poco que alcanzaba a mirar le parecía una noche vacía, hace algún tiempo que experimentaba una sensación extraña, le habían hablado de eso anteriormente y sabía que había llegado su momento para tener una mujer, una que le diera cachorros fuertes y sanos para aumentar su manada.

Su mente tenía la imagen de una hermosa Miko, no solo físicamente, el olía en ella algo distinto en su esencia, era dulce, atractiva, intrépida, un poco salvaje y dominante, pero eso precisamente era lo que más atraía a su naturaleza, deseaba someter a la hembra porque sabía que una fuerte era digna de un alfa, ella podía dale las crías poderosas que buscaba.

Por su desesperación decidió salir a correr, esa sensación era única y siempre calmaba cualquier inquietud que tuviera, así que despertó aquellos que sabía cuidaban muy bien de su manada a pesar de ser torpes.

-Ginta, Hakaku- Habló calmadamente sin recibir respuesta.

Molesto se levantó al darse cuenta que estaban profundamente dormidos y parecía que no despertarían fácilmente; -Grrr- Se escuchó en lo profundo de su garganta mientras hacía puños sus manos.

-¡Lobos inútiles despierten!- Gritó fuertemente sobresaltando a sus acompañantes.

-¿Qué pasa? ¡Nos atacan!- Gritaron levantándose.

-Arrggg, ¡No!, solo cuiden la manada- Los confundidos y medios dormidos yokais asintieron con la cabeza.

Necesitaba correr tan lejos como sus piernas se lo permitieran; descendió de la montaña tan rápido esquivando piedras, árboles, arbustos que se encontraba en el camino; la niebla que cubría el lugar parecía no importarle, la brisa de la noche era una caricia para su piel, era una de las mejores sensaciones que podía experimentar.

Pero esto ya no sentía igual, era como si no pudiera disfrutar lo que más le apasionaba en la vida, siempre tenía esa sensación, le faltaba quien lo acompañara, sabía que era lo que necesitaba y esos hermosos ojos brillantes de color celeste aparecieron en su mente, aquellos que conocía y admiraba cada cierto tiempo, eso le hacía falta; tenerla a su lado y ser dueño de ellos, deseaba ser el causante de esas miradas intensas que eran diferentes a todas las demás.

Atravesando el bosque percibió un aroma familiar, tanto que le revolvió el estómago; sabía que estaba cerca y sabía que no estaba bien, la esencia estaba mezclada con un olor salino junto aquel aroma a perro que lo irritaba aún más; no era fresco y dulce como siempre, su pecho ardió y sus colmillos se asomaron amenazantes, él defendería a su mujer.

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