Merecemos Amar - Chriserick (Segunda Parte)

Capítulo 4

Le pedí a Erick que se quede conmigo hoy, me costó convencerlo pero aceptó.

En lo que venía me quité la ropa a excepción del bóxer para meterme en la cama, le dejé la puerta un poco abierta para que llegue y pase.

Hace tiempo no teníamos la oportunidad de estar solos, digamos que el estar enfermo era una excusa perfecta para tenerlo cerca mío, realmente lo extrañaba.

- Ya llegué, permiso - entró con un jugo en la mano - para ti.

- ¡Gracias! Necesitaba algo con sabor - lo abrí a la brevedad.

- Traje la laptop para que veamos algo, será una tarde algo larga al parecer.

- Acuéstate para que estés más cómodo - le hice un espacio para que lo haga - no haremos nada, lo prometo.

No sé porque estaba tan helado o yo estaba muy caliente debido a la fiebre. Al encender la pantalla me di cuenta que tenía una foto de los dos en ella.

- ¡Ups! - fue lo único que dijo al ver que mi mirada estaba fija en la foto.

- Me gusta, así te acuerdas siempre de lo que hemos vivido.

- Eso lo tengo en mi mente y aquí - puso su mano en el lado izquierdo de su pecho.

Era un tierno total, quería luchar por él para poder estar juntos, pero no sabía que hacer. Era imposible luchar contra toda la mentalidad de la gente, contra todo este mundo que por más que amábamos no nos dejaba ser felices en el lado sentimental, eran tantos impedimentos.

Vimos una película que realmente no le tomé mucha atención, estaba cerrado en mis pensamientos, en él, en su aroma, en sentirlo junto a mi sin poder hacer nada de lo que yo quisiera hacer.

- ¿Por qué ellos pueden ser felices en todo aspecto y nosotros no? - rompí el silencio al ver como los dos protagonistas de esa ficticia historia se besaban.

- Porque la vida real no es tan sencilla como una película.

- Durante el tiempo que fuimos novios ¿te sentiste feliz?

- Sabes que sí - acarició mi mejilla - te lo dije y te lo repito, me hiciste el más feliz mientras todo eso duró.

- Intentemos todo de nuevo.

- Sabes que no podemos, le dimos nuestra palabra a Renato.

- ¿Y eso que? Pudimos ocultarlo durante un buen tiempo, podemos hacer lo mismo ahora - intenté convencerlo.

- No quiero problemas - se negó de inmediato.

- Erick...

- No Chris, ya dejemos ese tema - volvió la vista a la pantalla.

No seguí insistiendo, me acomodé en la cama dándole la espalda. Por un momento pensé que me diría que sí que lo volvamos a intentar pero no, el temor era más fuerte que él.

- No quiero que te enojes conmigo sabes no lo hago porque no te quiera, todo lo contrario - escuchaba mientras hablaba - me ha costado mucho esta situación, igual o más que a ti. Son tantas cosas Chris, ya lo hemos hablado y cada vez que estás cerca mío siento impotencia, rabia, pena por no poder estar contigo. Tú también entiéndeme.

Me giré encontrándome con su afligido rostro, con sus ojos que al hacer contacto con los míos desviaron su mirada de inmediato. Esta situación era más fuerte que nosotros dos juntos.