•Euphoria• [ MinSung ]

→15

-¿Cómo has estado? -Su voz grave, la misma que le informo de la forma más cruel lo que le había sucedido a su madre.

Por la cabeza de JiSung pasaban todo tipo de cosas.

-¿Acaso te importa? -el mal humor lo delataba.

-Claro que me importa, eres mi hijo.

JiSung negó en su mente. Si tanto le importaba, ¿Por qué nunca iba a visitarlo? ¿Por qué le echaba la culpa de la muerte de su madre? ¿Por qué lo separaba de todos sus seres queridos?

-¿Qué es lo que quieres?

Su padre sacó una caja algo rectangular, pero ancha; envuelta en papel de regalo en un tono grisáceo.

-Es para ti.

¿Un regalo? Ya no sabia si la noticia era terriblemente mala o su padre se sentia realmente arrepentido por lo de la vez pasada. Lo segundo sin dudas, era un sueño.

JiSung abrió la caja; era un celular, de los más caros probablemente, un iPhone el cual no le daria tanto uso. No tenía más personas con las cuales hablar que las que tenía en el hospital.

-¿Por qué me das esto?

Su padre suspiro, la expresión en su cara cambio a una de preocupación.

-La empresa esta en bancarrota.

-¿Esta en bancarrota y me compras un celular? ¿Qué chiste tiene?

-Pero encontré la solución.

-¿Y qué tengo que ver yo en esto? -La paciencia de JiSung estaba siendo colmada.

-Creemos que si unimos nuestra mpresa de forma adecuada, con la hija de la empresa Im, y se comprometen podrian...

JiSung no lo dejó terminar -¿Qué? ¿Estas loco?

-Nayeon es una chica buena... -Su padre seguía hablando.

-Padre -JiSung se levanto rápidamente -Me gustan los hombres.

Los ojos de su padre estaban a punto de salirse de su órbita. Su expresión era totalmente nueva para JiSung.

Luego su padre se echó a reir -Que buena broma, hijo.

-¿En que año crees que estamos? ¿Crees que sigo siendo ese niño tonto que dejabas en diferentes hospitales? -JiSung estaba herido por dentro -Quieras o no, asi soy.

-No pueden gustarle los hombres a un Han.

-Verás como si.

JiSung se dio la vuelta dejando sólo a su padre en ese extenso pasillo, con las palabras en la boca.

Estaba a punto de estallar. No sabia de donde había sacado tanto valor ni como podría continuar parado. Los nervios lo estaban matando.

Pero ya habia sido suficiente.

Salió fuera del hospital sin que nadie lo viera. Ya era tarde.

Estaba decidido a escapar un rato, como en los viejos tiempos.

Caminaba -mejor dicho, corria- hacía el puente central de la ciudad. El viento volaba su cabello, pero aún asi lo hacía verse bien. Además de que todo a su alrededor parecía desierto.

Lo soltó.
Se dio cuenta.
Lo dijó.
Se lo dijó.
Y no nesecitaba de su aprobación.

Observo el río bajo el puente, podian apreciarse claramente las luces nocturnas reflejadas en él.

Suspiró, y respiró de manera fuerte tomando todo el aire posible.

Soltó un enorme grito.

-¡Si, soy Gay, me gustan los hombres! -Gritó, de tal forma en la que podría escucharse desde la otra punta del mundo.

No le importó si fue escuchado o no por alguien.

-Eso si no me lo esperaba -aquella voz, dulce y sonora -Me alegra saberlo, es un buen dato.

-Oh.

Quizás fue una coincidencia. O quizás MinHo se dirijia al hospital en el mejor momento.