Carpe Diem III [Saga CARPE DIEM 3] *SIN EDITAR*

16.

Algunas semanas después...

Lanzo la pequeña pelita al aire, se eleva y un momento después regresa a mi mano. Repito el movimiento, se eleva y de nuevo regresa.

Lo vuelvo a hacer un par de veces mas hasta que decido que ya estoy fastidiada de hacer lo mismo, así que me quedo quieta, recostada en mi cama con los pies recargados en la cabecera y observando mi aburrido techo. Suspiro, y después mi estomago gruñe recordándome que aún no he desayunado nada y que, de paso, estoy sola en casa.

Dylan regreso a donde sus padres para ayudarlos con algunos problemas que se les estaban presentando. Lucius, por otro lado, voló a Londres en cuanto su papá pudo contactarlos después del ataque que intentaron en su contra. Así que uno de los hermanos tenia que volver, y como a Drake y a Lay los buscan por allá... Lucius se tuvo que marchar.

Por otro lado, Rebeka y Elliott decidieron pasar las dos ultimas semanas de vacaciones con sus respectivas familias antes de regresar a curso. Elliott por que los extraña y Beka por buscar un lugar seguro para su madre. Así que en la casa solo quedamos; Derek, Edward, Drakekov, Dániel, Adam, Dimitri, Marissa, Laylani, Aleena y yo. Menudo grupo.

Cuando por fin siento que ya no puedo mantenerme quieta por mas tiempo, doy una voltereta y con un rápido movimiento me pongo de pie y salgo de mi alcoba arrojando la pelotita al sillón individual junto a la puerta. Bajo las escaleras de dos en dos hasta que me detengo abruptamente al escuchar un sollozo ahogado, me inclino un poco para asomarme y alcanzar a ver la sala. El perfil de Dimitri se aparece frente a mí; está llorando.

<<Oh, diablos>>

Termino mi descenso y camino sigilosamente hacia la sala para no alterarlo, me quedo de pie a menos de un metro de él. Suspiro y pienso cual será la mejor forma de comenzar la difícil conversación que viene por delante.

Así que decido comenzar por consolarlo un poco.

—Hola Dim —lo saludo sentándome frente a él.

Rápidamente se gira esquivando mi mirada y limpiando discretamente sus mejillas.

—Ho-hola Sam.

Suspiro.

—Es por Beatriz, ¿verdad? —pronuncio y eso si que hace que se gire a mirarme.

Tiene sus hermosos ojos grises inyectados en sangre.

—¿Qué quieres que te diga Sam? La extraño, estoy preocupado. Y lo que Derek dijo la ultima vez no ayudo mucho que digamos.

Un recuerdo baña bruscamente mi mente, trayendo a mi la ultima vez que hablamos de este tema, antes de que varios de los chicos se fueran.

<<

Dos semanas atrás...

Derek y yo estamos recostados en mi cama, son cerca de las once de la noche y estamos por terminar de ver una película de terror cuando alguien toca violentamente a mi puerta. Yo pego un brinquito y Derek se pone tenso pegándome con mas fuerza a su costado, hasta que escuchamos una voz familiar hablarnos del otro lado.