Carpe Diem III [Saga CARPE DIEM 3] *SIN EDITAR*

Epílogo.

Alemania, tres años después.

La chica camina por la habitación preparando todo lo que planea llevarse. En una pequeña maleta yace la poca ropa que carga con ella y los recuerdos que no se alejan. La televisión encendida parlotea sin que nadie le preste atención, a ella no le importa nada que ese aparato tenga que decirle... hasta que un reportaje la saca de su ensimismación:

—En otras noticias hoy se cumple un año de la matanza que trajo terror a todo estados unidos. Dicho evento se dio lugar luego de que un grupo de narcotraficantes pelearan una guerra por territorio. Extrañamente la policía había recibido un aviso de lo que sucedería en ese lugar y, en el enfrentamiento con los criminales, fue abatido el conocido narcotraficante Jackson Petrov. Hijo de Viktor Petrov, conocido mafiosos y jefe de uno de los carteles de drogas rusos mas importantes. Con la muerte de Jackson se vio desintegrado el cartel que trataba de ocupar gran parte del territorio de los estados unidos. A un año de su muerte las personas aun recuerdan la violencia con las que se vieron teñidas las calles y tratan de continuar con sus vidas y salir adelante, enfrentando la ausencia de los seres queridos que les fueron arrebatados en esta interminable guerra.

La ojiazul observa el televisor sin inmutarse y después continúa empacando sin prestarle más atención al reportaje, hasta que el aparato, insaciable por su atención, le vuelve a arrojar una bomba:

—El joven empresario y multimillonario Derek Carpenter, será premiado con el galardón del emprendedor y empresario del año. Su empresa "Global Communication" ha roto más de un récord en el poco tiempo de su fundación, y aquí una entrevista con el galardonado:

—¿Cómo se siente al recibir este premio?

—Muy feliz y dichoso de poder ver mi esfuerzo dando frutos.

Sonríe a la cámara con una chica rubia a sus espaldas.

—Ah, pero o hay que ser groseros, no excluya a su novia —le dice el reportero al chico y este suelta una pequeña risita.

—Ella no es mi novia. Es una amiga, su nombre es Amber y es hija de uno de mis socios.

—¿Pero es que entonces usted no tiene tiempo para el amor?

—No, no. no es eso. Simplemente yo ya tengo al amor de mi vida.

—¿Y cuando conoceremos a la afortunada señorita?

El chico vuelve a reír.

—Cuando la encuentre.

Esta vez es el reportero quien ríe.

—¿Cómo es eso?

La sombra de la nostalgia cubre su rostro.

—Sucede que, una serie de eventos desafortunados nos separaron hace unos años y le perdí el rastro. Pero eso no significa que haya dejado de amarla.

—Ya veo, es una pena. Pero diga algo a esa persona especial para las cámaras, con un poco de suerte llegara a ver este reportaje.

—¡Claro! Si me lo permiten, me encantaría.