CALLE

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Ya hacía más de una semana que no se encontraba a ese mocoso de nombre, si mal no recordaba, JungKook. Y no lo iba a admitir en voz alta pero tenía que reconecer que le echaba un poco de menos, sólo un poco. No es que disfrutara de la compañía de ese niño, seguía pensando que era irritable, pero tenía que admitir que durante ese tiempo no le había pasado nada más interesante.

Su rutina seguía siendo igual, menos con la única diferencia de que ahora estaba saliendo con la chica de sus sueños. Después de unas citas más, reunió el valor para pedirle una relación oficial y ella no dudo en darle un sí como respuesta.

Volvía a casa después de trabajar en la tienda de un amigo durante todo su día libre, tendría que dejar de hacer favores a cambio de nada.

Eran las doce de la noche pasadas y hacía un frío que congelaba hasta los huesos. Las calles estaban iluminadas pero no había nadie para transitarlas, salvo él.

Cuando avanzó unas calles más se encontró con una sombra recostada en la pared. Parecía ser la de un niño, pero, ¿Qué hacía un niño a estas horas de la noche sólo en la calle?

Cuando se acercó más pudo observar que iba muy desabrigado para la temperatura que hacía. A solo unos pasos de él pudo reconocer quien era.

- ¿JungKook?

El nombrado volteó hacía él con los ojos abiertos, mirándolo con asombro.

- ¿Qué haces sólo en la calle a estas horas de la noche?

El menor no respondió, sólo bajo la cabeza y comenzó a llorar. El mayor no entendía nada, decidió agacharse un poco para estar a la altura del chico para así verle la cara. Le limpió las lágrimas que resbalavan de sus mejillas, al tener su mano contacto con la piel del menor se dio cuenta que estaba bastante frío, recordó que no iba bien vestido para el tiempo que hacía y le puso su abrigo encima de los hombros.

- ¿Qué pasa pequeño?

El menor no paraba de hipear y parecía que se estaba ahogando con sus propias lágrimas.

-M-mis padres - y no dijo nada más, no paraba de llorar y sollozar parecía que también le costaba respirar.

-Bien, tranquilo- decidió no preguntar más y comenzó a acariciar su cabeza para que se tranquilizara. No sabía que hacer, es verdad que desde que conoció al chico deseó no encontrárselo más, pero tampoco era un monstruo, no podía dejar al chico en la calle sólo en ese estado.

-Escuchame JungKook, es peligroso estar a estas horas en la calle. Te voy a llevar a mi casa, bien. Cuando te tranquilizes hablaremos e intentaré ayudarte.

JungKook no hizo más que asentir ante lo dicho por el mayor.

Pero lo que no se espera Jin es que él problema que tenía JungKook, era casi imposible de resolver.

Encuentro Inesperado [Jinkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora