CAFETERÍA

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Volvía a la rutina; levantarse, ir a la universidad, volver a casa, acabar los proyectos y dormir. Así llevaba desde hace unas semanas y que se acercara las finales no ayudaba en nada. Se estaba ahogando entre tantos libros, apuntes y profesores. Deseaba que llegará las vacaciones, en serio que las deseaba.

Salía de su cafetería favorita donde llevaba su desayuno. Café, era lo único que necesitaba para sobrevivir al día que le esperaba.

Era lunes y el cielo estaba cubierto de nubarrones, se veía que llovería pronto, decidió apresurar el paso si no quería llegar mojado y tarde a la universidad.

Cuando abrió la puerta de la cafetería ya tenía en la mano su café caliente bastante cargado listo para despertarlo de una vez, pero no esperaba que alguien chocara con él logrando así tirárselo encima. El café estaba caliente, sí, pero tampoco tanto como para quemarle, además de que llevaba su abrigo. Cuando levantó la vista para ver quien era el culpable de mancharle su camisa favorita con café, no podía crerlo.

—¡¡TÚ!! —gritaron los dos al mismo tiempo mientras se señalaban.

— ¿Qué haces tú aquí? ¿Porqué te encuentro por todas partes?—volvieron a preguntar los dos a la vez.

— Eso me preguntó yo — y volvieron a decirlo al mismo tiempo, vale, esto se estaba volviendo raro.

— Haber niño que quieres de mí, ¿Por qué me persigues? —preguntó el mayor harto de encontrárselo por todas partes.

—Eso lo tendría que preguntar yo— respondió el menor con un puchero en los labios.

Jin agarró la mano del azabache y se dio la vuelta dirigiendose al baño cerrando la puerta tras él.

— ¿Qué haces? Suéltame —se quejó el menor.

— A ver, ¿eres amigo del niño con el que peleé por el último juego de Mario Bros que quedaba en la tienda? Si es así dile que lo supere, ahora es mío —dijo mientras se intentaba limpiar la mancha de café en el lavamanos.

— No sé de que me hablas. ¿Y en serio te peleaste con un niño pequeño por un juego?

— No era un simple juego era el último juego, además era limitado había hecho horas de cola por ese juego. Pero ese no es el punto, el punto es qué quieres de mí, niño.

—Para de llamarme niño, mi nombre es JungKook.

—Como sea, ¿por qué me persigues?

—Yo no te persigo, tengo cosas más importantes que hacer que perseguirte a ti.

—Mierda es tarde, tengo que irme ya. Vale escucha te voy a dejar pasar esta—dijo señalando su camisa y parte de su chaqueta —pero espero no volver a verte, creo que queda claro que nosotros dos no nos llevamos bien.

—Créeme que pienso igual.

—Me alegra que nos entendamos. Pues yo me voy, ya me he perdido la primera clase, adiós.

Pero nadie le respondió, supuso que el crio era demasiado orgulloso para ser educado con él. No le tomó demasiada importancia y salió disparado de la cafetería.

Encuentro Inesperado [Jinkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora