CASA JEON

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Desde que hablaron con NamJoon JungKook ha estado de mejor ánimo. Por lo menos dejaba que Jin fuera a la universidad pero eso no significaba que fuera menos posesivo, incluso el mayor pensaba que lo era más que antes.

Jin acababa de volver de la casa de un amigo después de que se quedara a estudiar un tiempo. Nada más entrar JungKook le recibió con un abrazo que no dudó en aceptar.

—¿Por qué has tardado tanto? — preguntó el menor sin soltarlo mientras se dirijian al sofá.

— Tenía que acabar unas cosas.

JungKook asintió mientras se acurucaba más en el pecho del mayor, como un gatito en busca de mimos.

— JungKook he pensado que mañana podríamos ir a hablar con tus padres. Es domingo y no tengo nada que hacer— dijo mientras acariciaba sus cabellos.

JungKook se separó sorpresivamente al oír al mayor y se puso tenso.

—Escucha, yo estaré allí no pasara nada, además nos ayudara ha saber que te pasa con mayor exatitud. — intentó animarle Jin.

JungKook asintió para después levantarse y dirigirse hacia la habitación que compartía con el mayor.

Puede que aparente estar mejor, por lo menos sabe algo de lo que le pasa gracias a NamJoon, pero eso no significa que todo estaba bien. Si dijera que no echaba de menos a sus padres estaría siendo un mentiroso. Pero no estaba seguro de poder verlos de nuevo sin derumbarse.

[...]

Eran las nueve de la mañana cuando salieron del departamento del mayor. Se acercaban las vacaciones de navidad y ya se podía ver a familias llendo de un lado para otro buscando sus compras perfectas. JungKook sintió una pequeña molestia en el pecho cuando pensó que esas navidades no iban a ser como las de siempre.

La casa Jeon resultaba estar bastante cerca del departamento del más alto. Y puede que ahora Jin entendiera un poco más esos encuentros casuales que tenía con el menor.

La casa era preciosa. Lo que más le llamó la atención a Jin fue que poseía un gran jardín donde flores y plantas parecían estar bien cuidadas teniendo en cuenta la época del año.

Jin al tocar el timbre espero unos minutos antes de que alguien le abriera.

—¿Qué les vas a decir a mis padres?

—Tranquilo, tengo algo planeado.

Pasó poco tiempo después para que una hermosa mujer abriera la puerta. Era la madre de Jungkook, sin duda, su gran parecido la delataba.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarle?— habló la mujer.

A JungKook se le sacudió el corazón al ver de nuevo a su madre, se veía diferente, se veía marcada. Oscuras ojeras reposaban bajo sus ojos, se notaba también que había perdido algo de peso y aún así seguía viéndose preciosa. Tenía unas inmensas ganas de abrazarla. Pero recordó que no podía, intentó contenerse y guardar la compostura aunque ella no lo pudiera ver.

—Buenos días, soy el señor Park, el profesor de literatura de su hijo. — dijo Jin para después ofrecerle la mano que fue estrechada poco después por la señora Jeon.

—Perdón por la pregunta, ¿Pero usted no es demasiado joven para ser profesor?

—No se preocupe me lo dicen mucho. En realidad tengo muchos más años de lo que apariento. —mintió.

—Ya veo. Entre, fuera hace mucho frío.— dijo ofreciéndole el paso.

—Gracias.

—¿Quiere algo para tomar? — Dijo indicándole a tomar asiento en el gran sofá.

—No, gracias.

—¿A que debo su visita señor Park?— dijo sentándose delante del supuesto profesor de literatura.

—Bueno, JungKook es uno de mis mejores alumnos. Cuando me enteré que le ocurrió algo y pidió la baja en la escuela, decidí ir a visitarlo para saber si es algo grave. Pensé que a lo mejor tendría un resfriado fuerte, ya sabe usted, estamos en pleno invierno y los niños tienen cierto riesgo a enfermarse. En realidad apreció mucho a JungKook es un buen estudiante.— dijo Jin, rezando por  que todo lo que ha dicho sea verdad.

¿Y si resultara ser que JungKook es un pésimo estudiante? ¿Y si sus padres nunca pidieron la baja en la escuela? ¿Y si JungKook se le diera fatal literatura?

Pero todas esas sospechas quedaron resueltas al ver una sonrisa asomarse en la cara de la mujer.

—No tenía porque venir. Se lo agradezco, en serio. Pero lo que le pasa a JungKook es algo más complicado que un simple resfriado.—en ese momento la sonrisa desapareció para ser remplazada por una mueca de tristeza.— JungKook sufrió un accidente.

—Lo siento mucho señora Jeon.— dijo ofreciéndole un peñuelo cuando vio lágrimas deslizándose por las mejillas de la mujer.

—Gracias.—dijo aceptando lo que le ofrecía el "profesor de su hijo".

— JungKook salió una tarde después de acabar los deberes, me dijo que iría con unos amigos a jugar al parque que está aquí cerca. Le dije que tuviera cuidado y que no volviera muy tarde. Pero nunca volvió.— hizo una pequeña pausa para después seguir relatando. —Me preocupé cuando ya eran las nueve pasadas, salí a buscarlo ya que mi marido estaba en un viaje de negocios. Fui casi por toda la ciudad, pero no lo encontré, hasta que vi un bullicio en la calle principal. Estaba lleno de policias y me había parecido ver una ambulancia, pensando lo peor corrí hacía el lugar. Me hice sitio entre la gente y allí lo vi, estaba en una camilla mientras lo subían a la ambulancia. Un desgraciado lo había atropellado, un jodido boracho había atropellado a mi niño. Lo siento.— se disculpó al notar que había subido el tono de voz por la impotencia.

—No se preocupe ese hombre se merece que le digan cosas peores.

La mujer asintió para después seguir relatando.

—El doctor me dijo que sufrío una fractura craneal que fue demasiado lejos. Mi pequeño entró en coma. —NamJoon no se equivocaba — En realida estaba pensado en cosas peores, pero no fue satisfactorio oír que tu hijo esta en estado vegetativo. Me derrumbe, me dijeron que no sabían cuando iba a despertar, que el tiempo lo diría. Lleva así ya dos tres semanas, ¿Sabe usted que es para una madre ir día tras día y ver a tu hijo postrado en una cama, ver que ya no  sabes diferenciar de que día lo veías diferente?— dijo mientras se rompía a llorar.

Jin se sentía muy mal al ver a una madre en ese estado, tan destrozada. Y no pudo imaginar como estaría JungKook. Al girar la cabeza lo vio con la cara metida entre sus rodillas, que estaban flexionadas, mientras sollozaba suavemente.

Jin sintió unas inmensas ganas de consolarlo, de protegerlo. Pero no podía.

Volvió la vista a la mujer que seguía llorando y habló.

—Lo siento mucho en serio, no puedo decir que la entendió porque nunca pase por algo así.— dijo para que después la mujer asintiera.— Pero me gustaría ir a visitarlo si no le molesta a usted y a su marido.

— Claro. Le agradezco que haya venido, que bien que siga habiendo buenas personas en este mundo.— dijo mientras apuntaba los datos del hospital en un papel cuando se tranquilizó lo suficiente—Aquí tiene.

—Gracias, se lo agradezco.

—No, la que tendría que agradecerle soy yo por preocuparse por mi hijo.— dijo intentando sonreír.

Jin le devolvió la sonrisa. Ahora tenía más claro que haría lo imposible para ayudar a JungKook .

Encuentro Inesperado [Jinkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora