LIBRO

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Eran las tres de la madrugada y JungKook no podía dormir. Su hyung lo tenía aprisionado en sus brazos y su pecho que le irradiaba calor, que en otras ocaciones le hubiera relajado tanto que se habría dormido al instante, que es lo que pasaba todas las noches, pero no esta.

No es que ya no le relajara ese calor o el sonido del corazón de Jin al palpitar, que creaba un ritmo que lo hipnotizaba a cerrar los ojos y perderse en el mundo de los sueños, en realidad el problema no era ese.

Había algo que no le dejaba dormir, algo que lo atormentaba. Se removía incómodo entre los brazos del mayor por la frustración de no poder conciliar el sueño, hasta que escuchó una voz.

— ¿Qué tienes pequeño? — fue un susurro pero lo escuchó perfectamente.

— ¿Qué haces despierto?

— Pues alguien me despertó con sus patadas y manotazos.

— Lo siento— ni siquiera sabía que había comenzado a moverse tanto.

— Ya, no te preocupes y dime que te atormenta, ¿No puedes dormir?

— No lo sé pero el sueño no viene a mi— dijo frunciendo el ceño pero pronto se asomó también un puchero involuntario al escuchar la risa del mayor.

—¿De qué te ries?

—Eres adorable cuando te enfadas. En realidad no se te puede tomar enserio.

El menor frunció mucho más el ceño para después darle la espalda al mayor y alejarse de él todo lo que la cama le permitiera.

—¿Por qué te enfadas? —preguntó acercándose y abrazandolo por la espalda.

—No se donde le ves la grácia.

—Bien, lo siento, dime que te pasa conejito.

Y en ese momento ya no pudo resistirse más y se giró sobre sus brazos para esconder su sonrojo en el pecho del mayor.

Desde que lo llama de esa manera se sonroja hasta las orejas por la manera tan cariñosa de como lo dicia.

En verdad no lo entiende, no entiende como puede caer tanto por una persona.

Hace ya un tiempo que no ve a Jin como un hermano mayor, que es como lo veía al principio, si no que ahora lo ve como algo más, algo mucho más fuerte que no tiene nada que ver con una relación fraternal. Claramente se hacía sospechas de lo que sentía hacia el mayor, pero no quería asumirlas, sabía que pasaría si le contaba algo al respecto. Tenía claro que se alejaría de él porque el otro no lo veía de esa manera, sólo lo veía como un niño al que quiere ayudar, que solamente le provocaba ternura nada comparado a lo que le hacía sentir él. Era imposible que él, un niño pequeño, le fuera hacer sentir un sentimiento mayor, porque él ya tenía a alguien que se ocupara de eso, él ya estaba enamorado de alguien más.

—¿JungKook estas bien? Estas ardiendo— preguntó preucupado.

—Nada, creo que ya me está entrando sueño— dijo soltando un bostezo.

—Bien— dijo algo confundido el mayor intentando también dormir.

Pero esa noche Jin no pudo volver a conciliar el sueño.

                                 [...]

La mañana siguiente JungKook se despertó sólo en la cama. Se giró hacia la mesita de noche y vio que ya eran pasadas las diez.

Se levantó y se dio una ducha rápida, salió de la habitación y se dirigió hacia la cocina donde un desayuno algo frío lo esperaba. Desayunó despacio sin prisas mientras veía cualquier cosa que ponían en la televisión.

Encuentro Inesperado [Jinkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora