Capítulo 13: Planes

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Maratón 2/3

Desperté cuando escuché voces fuera de la habitación, miré a mi alrededor y estaba sola. Vi el reloj que estaba en la cabecera, eran más de las nueve. ¡Había perdido un día de escuela! No es que me importará, pero era extraño no estar ahí.

Fui al baño y me lavé la cara, estaba demacrada, de pronto me dio asco y terminé vomitando en el excusado.

-¡Danielle! ¿Estás bien? -reconocí la voz de Erik

-Ahora salgo, dejame sola

Una vez que termine lave mi boca, me sentía mucho mejor y salí. Erik me esperaba en la puerta, igual que un día anterior.

-Tu hermano esta mal

-¡¿Qué?! ¡¿Qué tiene?! -caminé a la sala

-Temperatura

Corrí y lo vi tapado de pies a cabeza y hecho bolita en el sofá, toqué su frente y estaba hirviendo.

-Levanta -le dije- tienes que ducharte

-¿Estás loca, Dani? -susurró temblando- muero de frío y quieres que me duche

-Si, vamos, arriba

Se rehusó a ducharse por si solo.

-Erik, ¿Me ayudas a llevarlo?

-Claro

Cuando lo tomó por los pies y comenzó a jalarlo se dio por vencido y fue por su propio pie al baño, pero como no confíe en su palabra lo seguí y el baño estaba cubierto de vapor.

-No, es con agua fría

-En serio enloqueciste -me miró

-Tiene que bajar la fiebre

Se sentó en el baño, estaba cansado y abri paso al agua fría y comenzó a temblar.

-En un momento bajará la fiebre, espera ahí un rato

Cuando volteé Erik regresaba con un pantalón y una camisa.

-Es algo delgado, es la ropa más pequeña que tengo para él. Espero le sirva

-Gracias, Erik -besé la comisura de sus labios

-Los espero afuera

Mi hermano estuvo por cinco minutos dentro de la ducha y lo deje salir, me fui a donde Erik para dejar que Steve se vistiera.

-¿Cómo sigue?

-Mejor... -lo abracé- Muchas gracias Erik, eres una gran persona

-Exageras

-No, lo digo en serio. Gracias

Me puse de puntillas para alcanzar su boca y él no me la negó, me tomó de la cintura para besarme con más fuerza.

-Más tarde Weed nos espera -susurró en mis labios- ¿Qué dices?

-Digo que es una gran idea

-Estoy aqui -gritó mi hermano- vayanse a un motel

-¡Estoy en mi casa, enano!

Comenzaban a bromear y que se cayeran bien era un gran paso. Una de las pocas cosas que me hacían feliz en esta basura de vida.

Desayunamos los tres para luego ir a la sala para conversar y saber que sería de mi y de Steve.

-No quiero volver a casa -afirmó Steve- por favor Dani, si regresamos podría terminar por matarnos

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