Capítulo 50: Recuerdos

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Narra Aitana


-Aitana...-no hay respuesta- Aitana...-no hay respuesta- ¡AITANA!

El grito me quita de mis pensamientos y me devuelve al espacio que ocupa en estos momentos mi cuerpo, digo mi cuerpo porque mi mente desde que he salido de casa sigue pérdida...divagando en dudas...divagando en pensamientos...divagando en él. Enfrente de mi Marta me mira con una cara de enfado y de preocupación, la verdad es que no le estoy haciendo caso en toda la noche, me sabe mal, pero no me lo puedo quitar de la cabeza.

-Jo...Marta no grites que me has asustado...

-¿Me has escuchado al menos?

Me mantengo en silencio y agacho la cabeza, haciéndole ver que no, que no la he escuchado...en realidad podríamos decir que no la estoy escuchando en toda la noche.

-Bueno me vas a contar ya que te pasa...o tendré que amenazarte y gritarte más...-después de un suspiro largo, entiendo que no hay marcha atrás...que toca desfogarme...

-Pues que no sé qué me pasa Marta...Luis quería quedarse esta noche conmigo...me ha dicho que quería hablar...que me quería conocer...aprovechando que estábamos solos...pero claro le he dicho que había quedado contigo y si hubieras visto su cara...sé que no siente nada por mi pero si la hubieras visto parecía súper decepcionado y...-antes de terminar la explicación no me he fijado que Marta se ha levantado y me pega una colleja fuerte- ¡AH! ¿Se puede saber que mosca te ha picado? – me rasco la nuca enrojecida por la fuerza que ha usado mi amiga.

-Tú eres tonta de verdad...Aitana cariño mío tu novio te dice que se quiere quedar a solas contigo para charlar...porque si ha perdido la memoria es súper jodido y lo que tú quieras pero imagínate sin saber lo que sois se interesa por ti, te quiere conocer, te propone una cena solos y tu tan esplendida como siempre no se te ocurre nada más que decir que tienes que cenar conmigo. ¿Pero se puede saber qué clase de problema tienes? – veo a Marta fuera de sus casillas como nunca antes la había visto, sus ojos expresan indignación máxima ante mi decisión y además creo que hace algún amago de volver a levantarse para darme otro golpe.

-Y yo que se tía...yo que se... no se qué hacer Marta esta situación me supera, es que no puedo seguir sin que me recuerde...por supuesto que es mi novio pero tú lo has dicho ni se acuerda de lo que somos...como voy a hablar con él si lo que tengo ganas es de achucharlo, de besarlo...de estar con él a todas horas, de que se acuerde de todo...joder no es tan sencillo.

-Claro, y la solución para que se acuerde de ti es pasando de su cara, gran estrategia eh.

Juego, set y partido para Marta, ahora si me había dejado tocada y hundida, seguramente por eso mismo, porque esas palabras, perdón, esas verdades eran tan irrefutables como el amor que yo sentía por Luis, puede que por eso no pude contener las lagrimas que empezaron a salir de mis ojos, lagrimas contenidas durante todo el día y que salían unas detrás de las otras como si fuera una tormenta veraniega, como si hubieran abierto las compuertas de una presa...necesitaba que alguien me dijera las verdades a la cara, y pese a que Marta había sido muy dura tenía toda la razón, la estaba cagando y además de forma bastante severa.

-Anda ven aquí boba...-veo como mi amiga se levanta y me abraza-joder no quiero que llores Aitana pero es que no te entiendo...cuando me dijiste de quedar pensé que no tenias nada que hacer...no que quisieses huir de Luis...porque ya sé lo que has hecho, le has dicho que habías quedado conmigo aunque no fuera verdad y luego me has llamado para cubrirte la espalda, seguro.

Asiento avergonzada, me conocía mejor que nadie, sabía perfectamente la reacción que había tenido, solo busque una excusa ante el pánico de quedarnos solos, ante el pánico de derrumbarme delante de él.

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