Digan lo que Digan.

Capítulo 22: Miedo

Narra Aitana

Habían pasado 2 días, 2 días sin hablar con él. 2 días sin salir de mi casa. 2 días en los que me había pasado la mayor parte del tiempo encerrada en mi habitación. 2 días en los que había estado esperando su llamada. Esta tarde me iba a Londres 3 días con Raoul, no me podía creer que me fuera sin arreglarlo con él, bueno en realidad no sabía si había algo que arreglar, porque no sabía que pensaba de mi.

No había vuelto a saber nada más de Vicente, ni tenía ningún interés en saber nada más. Como podía ser...una persona a la que había querido con todas mis fuerzas, como pude estar tan ciega todo ese año. Pero esa no era mi mayor preocupación, mi mayor preocupación era que pensaba Luis y que había de lo nuestro. Decía lo nuestro pero realmente no habíamos iniciado nada formalmente, no habíamos hablado de nada de eso.

Sabía que todo se podía solucionar si yo cogía el teléfono lo llamaba y se lo explicaba todo. Le explicaba que esa foto era de Mallorca, que me la tomo totalmente desprevenida, que ni yo sabía de la existencia de esa foto. Pero no lo hacía por miedo, por miedo a descubrir si de verdad estaba cabreado conmigo, por miedo a notar el dolor en su voz, por miedo a que no me creyera. Otra vez el miedo siempre frenándome con él...la verdad odiaba no ser capaz de vencerlo con facilidad.

Narra Cepeda

Habían pasado 2 días, 2 días sin hablar con ella. 2 días sin salir de mi casa. 2 días en los que me había pasado la mayor parte del tiempo componiendo. 2 días en los que había estado esperando su llamada. 2 días en los que no había tenido el valor de llamarla.

Había bloqueado a ese número privado, había borrado todo rastro de esa foto en mi teléfono, pero esa foto seguía en mi mente. Ella...tumbada en la cama y abrazada desnuda a ese...impresentable. No obstante esa imagen me daba muchas dudas.

Ahí Aitana parecía totalmente dormida, y luego durante la noche tenía varias llamadas y varios mensajes suyos, no me encajaba del todo. Además que yo consideraba que Aitana era incapaz de hacerme esto, como iba a hacérmelo si jamás en su vida podría hacer daño a nadie...y menos a mí. Era tan fácil como coger el teléfono, tan fácil como aclararlo todo, pero tenía miedo, miedo a descubrir la verdad, miedo a que por mínima que creyera que fuera la posibilidad me confesara que eso era verdad.

Mis sentimientos eran totalmente contrarios a la gala del FiestOt, no tenia rabia solo tristeza, tristeza y confusión, no entendía absolutamente nada.

Narra Aitana

Llaman a la puerta...asoma la cabeza mi padre...

-¿Se puede? – dice dubitativo antes de entrar.

Le asiento. Mi padre entra y se sienta conmigo en la cama, la maleta está hecha en un lado de la habitación, le veo mirándola mientras me acaricia la espalda.

-No parece que vayas de viaje...normalmente las personas cuando viajan horas antes de coger el avión desprenden felicidad...además mi hija es experta en desprender felicidad...-me lo dice con voz suave, como siempre que habla conmigo.

-Quizás no quiero hacer un viaje feliz...quizás quiero viajar pero para desaparecer...-no me costaba nada abrirme con mi padre y expresarle mis sentimientos, siempre me había pasado de tener una conexión especial con él...nos entendíamos sin hablar propiamente de las cosas. Divagábamos pero era una divagación que nosotros entendíamos.