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Al salir del probador estaba Laura, se le formo una sonrisa de oreja a oreja al verme.

— Te ves hermosa, tienes un buen cuerpo, ¿No quisieras ser modelo?, estaría encantada de guiarte.

Solté una risita.

— Pues... de pequeña practicaba modelaje, pero ahorita eso no me llama la atención.

— ¡Tienes experiencia maravilloso!, pues siempre que necesites a alguien para moda y cosas así no dudes en buscarme —le sonreí— Ahora vamos con el resto, te gustara.

Caminamos hasta la pasarela en donde se encontraban el resto de las chicas, Laura me presento con ella, eran muy agradables, luego nos explicó quién salía primero, lo que había que hacer y otras cosas.

Mientras hablaba detalle el lugar, era un lindo sitio, amplio y con una elegante pasarela. Cuando volteo a mi izquierda me encuentro con la mirada penetrante de Emma, quedamos mirándonos como si no fuera real hasta que ella habla y confirma que sí es ella con su irritable voz de pito.

No puede ser.

— ¿Qué haces tú aquí? —ruedo los ojos.

— Lo mismo que tú.

Respondo seca y fijo mi atención en Laura quien nos estaba mandando a nuestras posiciones, cuando voy a rodear la pasarela para posicionarme en mi lugar detrás de Bárbara —Una morena de grandes curvas y lindos ojos marrones— Me agarra la muñeca.

— No sabia que modelabas —lo dijo tan cálidamente que me sorprendí.

Fruncí el ceño y la observe, se veía hermosa como siempre con un vestuario para la primavera que le resaltaba sus atributos y unos botines de la colección.

— Pues si mi madre me pidió que lo hiciera.

— Oh... la mia igual.     

— ¡CHICAS A SUS POSICIONES!   

Grito Laura, ella se fue a su lugar a cinco puestos detrás del mío y empezó a sonar la música, las chicas empezaron a salir cuando faltaban dos delante de mi respire hondo.

Vamos tu puedes, ya lo haz hecho, solo dejate llevar.

Y así lo hice, cuando fue mi turno salí, miré al frente y cruce. Encontrándome a Laura sonriendo y mamá que al mirarme también lo hizo.

Camine zumbando mis caderas de un lado a otro haciendo que el dobladillo de la falda se meneara, cuando llegue al final sonreí al público imaginario pose y me di la vuelta marchándome a mi lado pasó una chica haciendo lo mismo.

Cuando llegue al final de la sesión, di saltitos de felicidad y bebí un poco de agua de mi botella.

— Lo hiciste genial —era Emma.

 Estaba parada detrás de mí sonriendo, nunca la había visto siendo tan amable conmigo, la última vez que la vi no recordaba mi nombre.

Le sonreí cálidamente 

— Gracias, tenia tiempo sin hacerlo, pero se sintió muy bien.

— Lo mismo digo, ¿Brenda no?

La miré con hastío.

— Si, un gusto —dije tendiendole la mano amablemente ella la tomó gustosa.

— Lo siento es que la última vez que te vi estaba un poco ebria, y el resto de las veces solo te veo por los pasillo del instituto o cuando Tyler te nombra.

— Si... te entiendo no soy tan sociable, pero no sabía que Tyler me mencionaba —me dio una sonrisa sin despegar los labios.

— Siempre habla de ti.

— Mmm interesante —creo que la mirada se me iluminó por que me miro extrañada.

— ¿Y dime que te gusta hacer?

Hablamos un rato le conté mis gustos y ella los suyos, la mañana se nos pasó rápido con las prácticas, conocí muchas chicas, estaba muy feliz por aceptar la propuesta de mamá.

Para cuando nos subimos al auto era las 4 de la tarde, la hora se pasó rápido y ni cuenta me dí.

Encendí mi móvil cuando lo agarre no dejaban de llegar notificaciones, tenía un mensaje de Tyler el cual respondería luego, unos mensajes de las chicas a las que le di numero para salir cualquier día, unas llamadas perdidas de Annie y unas notificaciones de Instagram, Twitter y Wattpad, cuando lo iba a soltar para ponerlo a un lado me llegó una nueva notificación, era un mensaje. Lo abrí pero no conocía el número.

Desconocido: Lamento lo de tu amiga.

Casi me llevo la mano al pecho al darme cuenta de que era el mismo número del cual había recibido el anterior mensaje, trate de calmarme porque tenía a mamá a mi lado y no quería preocuparla, guarde el número como "Extraño" por si volvía a escribir, tenía que investigar quien era.

Aproveche y respondí el mensaje de Tyler contándole de mi día y lo que hice, se alegró de que volviera a modelar dijo que iría a verme.

Tyler: No me importaría viajar a NY para verte, se que brillaras, preciosa

Sonreír a la pantalla como una tonta. Mientras releía el mensaje por segunda vez.

— Uyyy esa sonrisita.

La voz de mamá me sacó de mi trance haciendo que la mirara, solté una carcajada por la forma en que movió las cejas de arriba a abajo.

— ¿Mamá qué haces? Es Tyler —la voz me salió extraña por la risa que aguante, lo siguió haciendo nos pude más y volví a reír, ella se me unió mientras conducía—. ¡Mama la vista al frente, la seguridad primero!

Dije como buena conductora que era gracias a las lecciones de papá.

— Me alegro que te gustara el día de hoy, no pude evitar sentirme feliz por lo emocionada que te veías —la voz se quebró un poco, pero se recompuso.

Le di mi mejor sonrisa.

— Gracias mamá de no ser por ti no hubiera socializado tanto como hoy, ni me hubiera divertido como lo hice —se le escapó una lágrima. La abracé como pude por el cinturón— Eres la mejor.

 Le susurre y le di un sonoro beso.

— Te quiero, hija.

— Y yo a ti, ¿Sabes? Al verme en el espejo cuando me puse el primero vestuario me sentí bonita, y me prometí que cambiaría mi look y volvería a ser la chica confiada de antes y me sentiria muy emocionada si me apoyar...  

No termine de hablar por en grito que pegó mamá, me puse pálida del susto miré al frente percatandome de que un auto venía en nuestra dirección. 

Dicen que cuando estas por morir, vez la vida pasar a través de tus ojos, recuerdas lo que creías olvidado, te arrepientes de todos tus errores y le pides a Dios que no te deje morir, en momentos como esos te apegabas tanto a la fé que pareces fiel creyente de ella, también dicen que ves todo suceder rápido, pero conmigo no fue así.

Ese día 25 de abril vi mi vida pasar a través de mis ojos en cámara lenta; me vi a mi sonriendo por el regalo de navidad que tanto quería a los 8 años: mi bicicleta rosa, me vi llorando cuando me caí la primera vez que ande en patines, recordé las navidades felices con mamá y papá, mi primer dia en la escuela, recordé mi primer auto, vi la sonrisa de papá cuando le enseñe mi primer 20 en un examen, vi a un pequeño Tyler comiendo helado, recordé todo lo que creía olvidado. 

Pero algo que no olvidaría en ese momento fue el aterrador grito que dio mamá. 





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