Brenda Calvins, estudiante de secundaria y linda chica, vida millonaria pero aburrida, hasta que un accidente lo cambia todo en su vida.
No te dejes llevar por lo primero que ves.
A veces la confianza puede llevarte a la perdición.
Al subir a mi habitación está Annie revisando mi armario...
— ¿No tienes nada más que no sea pantalones? —pregunta Annie.
— Si, pero escondido de ti —digo yo.
Hace una mueca.
—Bueno en ese caso tendremos que usar esto. —dice sacando unos jeans ajustados negros y un top.
— OH NO, eso es muy corto, es decir, se me ve el ombligo —digo exaltada.
— Esa es la idea, lucir como si no fueras Virgen —me rió.
— No tengo ningún problema con ser virgen, además el hecho de que lo sea no quiere decir que use ropa que diga lo contrario. —digo con la frente en alto.
— Deja de quejarte, esto te quedará bien. —dice señalando el conjunto y unos tacones bajos.
— Bien, dame eso. —sonríe emocionada.
— Esto será grandioso. —dice chillando.
Después de eso me ayuda a maquillarme, no es que no sepa, pero no soy persona de maquillarme para todo, prefiero lucir natural, me siento cómoda con eso, pero en momentos así, no está mal hacerlo.
— Quedaste hermosa. —sonrió.
— Gracias, pero enserio ¿Tenemos qué ir a esa fiesta? Yo estoy muy cómoda en mi cuarto leyendo y escuchando música.
— Brenda tienes 17 años y lo único que haces es leer, estudiar y vivir como una rata de biblioteca—su comentario me desanimo baje la cabeza— El hecho de que estés en secundaria y debas estudiar no quiere decir que no debas divertirte —la miro a los ojos— Debes hacer más amigos, socializar más. Mira a tu madre tiene más citas que tú —ruedo los ojos.
— Lo sé, pero yo no tengo tantos amigos como tu y no soy tan bonita, es decir, mírame soy alguien común con una vida "común", nada cambiará eso.
— La próxima vez que digas eso te doy con el tacón —reímos— No vuelvas a pensar eso, eres alguien grandiosa que puede lograr todo lo que quiera y no tienes una vida tan "común" —sonrió y la abrazó.
— Gracias, por apoyarme, eres la mejor no se que haria sin ti.
— Sigue siendo la misma que eres, ahora ponte los tacones que ¡ESTA NOCHE ES DE FIESTA! —gritó y yo reí.
Ella es la mejor no se que seria de mi sin ella. Lo es todo una parte de mi es de ella y viceversa, se que no sería capaz de lastimarme. Es una gran amiga.
Dicho esto nos subimos en mi hermoso Porsche negro —Es lo más valioso que tengo— Y nos fuimos a la dichosa fiesta.
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