▶24◀

27 3 10
                                        

[Reproducir la canción]

Ya dentro de casa, subí el primer escalón con intenciones de darme una ducha y dormir, pero algo llamó mi atención, en el otro extremo de la casa se encontraba alguien cubierto por la oscuridad. El miedo recorrió mi cuerpo, todas mis extremidades se congelaron, sentí frío y palpe el sabor a temor en mi boca, lo que sea que estuviera observándome infundía un miedo terrible. Con todo el valor que junte, respire hondo y aleje el miedo, me gire tomando una postura intimidante y lo enfrente. 

— ¿Quien anda hay? —exigí.

Todo lo que recibí a cambio fue silencio. Con ganas de saber quien era acerque mis pasos hasta donde se encontraba, con cada paso que daba sentía las fuertes pulsaciones en mi pecho. Me detuve a una distancia prudente y mire los ojos color negro que a la distancia no pude apreciar.

— ¿Quien eres? —volví a preguntar.

Con una especie de magnetismo acorte la distancia que nos quedaba, vi como la persona desconocida extendía su mano y sin dudarlo la acepte.

Mi cuerpo pesaba, la cabeza me zumbaba y me sentía desorientada, lo único que recordaba era a mi llegando a casa y siendo atraída por una persona, apoye las manos contra el piso para poder recostarme pero al hacerlo se escucharon crujidos, alertada mire a todos lados y vi donde me encontraba. Un bosque y lo que crujía eran las hojas bajo mis manos.

Era de noche, hacía frío y mi cuerpo tiritaba, con ganas de encontrar el camino a casa me levanté y empecé a caminar por el. Había algo que me decía que ya había estado aquí, sentía que conocía este lugar, a lo lejos pude sentir que me observan asustada empecé a caminar más rápido, agotada apoye las manos en mis rodillas para tomar aire. Con intención de seguir levanté la vista, de mi boca salió un grito involuntario al ver a alguien enfrente de mí, todo estaba oscuro y no pude divisar de quien se trataba, pero sus profundos ojos negros brillaron bajo la luna haciéndome retroceder, era la misma persona que estaba en casa, choqué contra un árbol a mi espalda acorralandome, intente gritar pero ningún sonido audible salía de mi boca, tratando de retroceder lo más posible di un paso atrás, una humedad extraña palpó mi pie por inercia baje la mirada y gracias a los reflejos de la luna vi lo que era. Sangre. Me tocaron el hombro, haciéndome mirar a esa persona, sus ojos se volvieron blancos y a mi mente llegaron imágenes.

— ¡Ayuda!

Esa era yo cuando tuve el accidente y llegue a este mundo. Como un libro pasaron ese recuerdo y vi a mamá.

Estábamos en el parque y yo tenía unos 6 años ella me enseñabas a patinar y yo reia cuando me caía, pero aún así me levantaba.

El siguiente fue de papá mientras jugábamos a los videojuegos en el sofá de la casa, yo protestaba porque hacía trampa. Sonreí ante eso.

— Wow es hermoso.

Era Tayler cuando compro un porsche azul y estaba alegré porque a mi me gustaba.

— ¿Ves algo que te guste? 

Andrew. Sentí que mi pulso fallaba al mirarlo, era cuando nos conocimos. Podía ver la sonrisa ladeada que tenía y cómo sus ojos brillaban.

— Te extraño. 

Intente tocarlo pero el recuerdo desapareció, llenándome de una tristeza, mi cabeza me dolía mucho haciendo que callera arrodillada en el piso golpeando y raspando mis piernas por las rocas y ramas. Un grito desgarrador brotó de mi garganta al sentir que golpeaba contra algo. El accidente, lo estaba reviviendo. Sin poder aguantar más contra el punzante dolor, deje de luchar haciendo que mis ojos se nublaran, lágrimas brotaran y aullidos de auxilio escaparan de mi boca. Gatee por el piso tratando de buscar oxígeno, me estaba asfixiando lentamente, mis uñas rasguñaron el piso ocasionando cortes en mis dedos, sentía que moriría en cualquier momento, éste era el infierno y me estaba quemando en él, dejando escapar mi último aliento, llame su nombre con la esperanza de que me ayudara.

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora